La mayor parte de los 4,1 millones de personas que fueron desplazadas el año pasado por el tifón Haiyan han regresado a casa o han sido reubicados, pero todavía se buscan soluciones para unas 20.000 personas que siguen desplazadas viviendo en refugios.
El gobierno filipino está realizando un programa para reubicar con fuerza a la gente que se encuentra en estas regiones de alto riesgo. Según el funcionario Edwin Tabora del Centro para la Empoderación Popular (CPE), ONG que apoya al gobierno en el programa, muchas de las familias afectadas por la catástrofe del año pasado todavía viven en hogares provisorios, poniéndolas aún más en riesgo ahora.
El tifón que se acerca a las Filipinas tiene una fuerza que alcanza vientos de hasta 200 kilómetros por hora. Hace un año el país sufrió un tifón de la misma fuerza, el cual dejó a más de 7,000 personas fallecidas.
Según Edwin Tabora del CPE, el país está más preparado esta vez. El año pasado se aprendió que una gran causa de muerte fue el agua que el viento empujó hacia los edificios de acogida. Esto resultó en la muerte de muchas personas ahogadas.
“La gente no sabía que el agua podía subir hasta siete u ocho metros. Ahora lo saben,” dijo Edwin Tabora.
Fuente: SR