Un género común de microbios que se encuentra en ambientes húmedos y pantanosos podría desempeñar un papel clave en el desarrollo de la enfermedad de Parkinson, al excretar compuestos que provocan que las proteínas del interior de las células cerebrales formen aglomeraciones tóxicas.
Los hallazgos, realizados por un equipo de investigadores de la Universidad de Helsinki y la Universidad de Finlandia Oriental, se basan en los resultados de una investigación anterior que mostraba que la gravedad del trastorno neurodegenerativo en voluntarios aumentaba con las concentraciones de cepas bacterianas de Desulfovibrio en sus heces.
Al demostrar ahora un camino potencial desde la presencia de la bacteria en gusanos editados genéticamente hasta los cambios físicos en el cerebro que coinciden con la enfermedad de Parkinson, los investigadores esperan mejorar el diagnóstico precoz de la enfermedad en humanos, o incluso ralentizar su progreso.
Qué significa
«Nuestros hallazgos hacen posible la detección de los portadores de estas dañinas bacterias Desulfovibrio. En consecuencia, pueden ser objeto de medidas para eliminar estas cepas del intestino, aliviando y ralentizando potencialmente los síntomas de los pacientes con enfermedad de Parkinson», afirmó el microbiólogo y autor principal del estudio, Per Saris.
Actualmente se desconoce a ciencia cierta la causa de esta enfermedad neurodegenerativa, y según los estudios los factores genéticos solo tienen lugar en entre un 10% y 15% de los casos. Por lo tanto, los factores ambientales podrían ser uno de los factores a tener en cuenta, más aún cuando se sabe que acumulaciones de ciertas bacterias en nuestros intestinos correlacionan con el curso del párkinson.
En la nueva investigación, el equipo tomó muestras fecales de 10 pacientes con párkinson y sus cónyuges sanos, y aislaron cualquier cepa de la Desulfovibrio presente. Junto con dos grupos de control de bacterias pertenecientes a un género completamente distinto, los microbios de ensayo extraídos se administraron a continuación a especímenes transgénicos de nematodo Caenorhabditis elegans, que habían sido modificados para expresar α-sinucleína humana. Esta es una proteína que suele estar implicada en la liberación de neurotransmisores en el cerebro del enfermo.
Revelaciones
Un análisis estadístico basado en observaciones microscópicas de las cabezas de los nematodos reveló que los alimentados con Desulfovibrio tenían muchas más probabilidades de producir aglomeraciones de la α-sinucleína, y que esas aglomeraciones eran mucho más grandes.
De manera reveladora, las cepas de la bacteria Desulfovibrio recogidas de pacientes con párkinson también fueron mejores en la agregación de las proteínas en C. elegans que las recogidas de sus compañeros. Lo que es más, esos gusanos murieron típicamente en mayor número que los de los grupos de control.
Es posible que pronto podamos incluso controlar el progreso de la enfermedad utilizando terapias dirigidas al sistema digestivo y a los nervios que lo rodean, en lugar de al cerebro.
«Una vez eliminadas las bacterias Desulfovibrio del intestino, los agregados de α-sinucleína dejan de formarse en las células intestinales, desde donde viajan hacia el cerebro a través del nervio vago, como las proteínas priónicas», resumió Saris.
Fuente Sputnik
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