Las organizaciones feministas y parte de la sociedad hastiada de la violencia mortal y sistemática contra las mujeres, así como de los datos que demuestran que los femicidios en Argentina no desaceleran, acudieron en masa a los tribunales de Justicia de todo el país para demandar respuestas y soluciones bajo la consigna ‘El Estado es responsable’.
La cita fue masiva frente al Palacio de Tribunales de la ciudad de Buenos Aires.
El movimiento Ni una menos, que enarbola desde 2015 en Argentina el reclamo del feminismo para visibilizar los femicidios y la violencia de género, pintó bajo su color insignia violeta las columnas del monumental edificio porteño con las banderas y las voces de miles de mujeres y disidencias que se hicieron presentes en representación de las que ya no están.
La muerte de Úrsula Bahillo, una joven de 18 años, asesinada el 8 de febrero por su exnovio, Matías Ezequiel Martínez, agente de Policía, a quien ya había denunciado 18 veces por violencia y amenazas, no fue la primera muerte violenta de una mujer de 2021, pero fue la gota que rebalsó el vaso luego de un año de confinamiento, que no hizo más empeorar los registros de denuncias por violencia de género, que subieron durante la cuarentena un 25%.
«Nos encontramos en una nueva movilización y una respuesta muy importante de movimiento de mujeres y disidencias de Argentina ante un nuevo femicidio», dijo a Sputnik Celeste Fierro, referente del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), partido que integra el Frente de Izquierda-Unidad.
«El caso de Úrsula volvió a mostrar la responsabilidad del Estado y todas sus instituciones; por acción o por omisión, el Estado y los gobiernos son responsables.
La policía terminó apañando y encubriendo y la Justicia desoyó las denuncias que hizo. Decimos basta de Justicia patriarcal, el único poder que no se elige por el voto popular, fiscales y jueces que liberan violadores y femicidas», reclamó.
Una mujer es asesinada cada 29 horas en el país austral. En lo que va de 2021 se contabilizan 50 femicidios, travesticidios y transfemicidios, más de uno por cada día del todavía joven año, luego de un 2020 con 298 muertes femeninas violentas, según el observatorio Ahora sí nos ven.
Durante el año pasado, dos de cada 10 víctimas habían realizado al menos una denuncia y solo 19 de las 298 fueron garantizadas con medidas de protección. En el 64,5% de los casos el femicida fue la pareja o expareja de la víctima, y en el 82,4% el agresor pertenecía al círculo íntimo de la víctima, incluida la familia (11,5%).
En los últimos tres años, creció de 8% a 12% el número de víctimas que ya habían hecho la denuncia contra su agresor.
La Justicia bajo juicio
En el centro de las demandas está la mira puesta en el accionar del aparato de Justicia, fiscales y jueces que recibieron las denuncias de Úrsula, así como de su fuerza de seguridad, la Policía, acusada de encubrir a colegas violentos y, en el caso de Bahillo, de responder además con represión a las manifestaciones de indignación de su familia y amigos.Argentina es el país latinoamericano con mayor cantidad de policías en proporción al total de habitantes: 558 agentes en actividad cada 100.000 personas, es decir, el 0,56% de la población total.
Entre 11 y 12% de los femicidios registrados entre 2020 y 2021 fueron cometidos por miembros o exmiembros de alguna fuerza de seguridad, una tendencia perturbadora.
La ministra nacional de Mujeres, Género y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, destacó que hay más de 5.000 agentes con denuncias previas por violencia de género en la Policía de la provincia de Buenos Aires, la más numerosa del país, con 90.000 miembros, la misma cantidad que el conjunto de las fuerzas de seguridad federales: Policía Federal, Policía de Seguridad Aeroportuaria, Gendarmería y Prefectura Naval.
Entre 2010 y 2020, en Buenos Aires y el área metropolitana, 48 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas policías, según el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), una reconocida organización de derechos humanos argentina.
El mismo día de la marcha, en la provincia de Formosa, en el norte argentino, Mirna Elizabeth Palma, una mujer de 44 años, fue asesinada por su expareja, Carlos Medina, un policía retirado de 59 años, quien se suicidó después del femicidio.
También comenzó el juicio por el femicidio de Fátima Acevedo, una joven de 25 años, quien fuera encontrada estrangulada dentro de un aljibe, en la provincia de Entre Ríos (noreste), y que había denunciado seis veces a su expareja, Jorge Martínez, de 35 años, único acusado.Las denuncias por violencia de género deben tramitarse ante las fuerzas de seguridad y las fiscalías que dependen de cada una de las 24 jurisdicciones argentinas. Intervienen los jueces de los poderes judiciales locales y las intendencias o alcaldías están a cargo de la provisión de botones antipánico. Las perimetrales suelen ser desestimadas por los atacantes y la reacción de la Justicia, nula, lenta o incapaz.
Cortesía de Francisco Lucotti Sputnik
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