El sistema de ayuda internacional ha fracasado en Sudán del Sur mientras el país se enfrenta a la peor crisis de inseguridad alimentaria del mundo, alerta la Agencia Católica para el Desarrollo en el Extranjero (Cafod).
Los grupos locales más eficaces en la prestación de ayuda no reciben financiación directa. Solo el 0,4% de la financiación humanitaria destinada a alimentos se canaliza directamente hacia las organizaciones no gubernamentales (ONG) de la nación, a pesar de que son las más eficaces para combatir el hambre.
En un nuevo informe, se detalla que Sudán del Sur tiene 7,7 millones de personas que enfrentan desnutrición aguda o hambruna al entrar en su quinto año de inseguridad alimentaria severa y la financiación humanitaria para alimentos se ha recortado en un 38 % desde 2020.
La investigación, que mide la intensidad de la inseguridad alimentaria entre las poblaciones, explica que las inundaciones, las sequías y los conflictos han alimentado la crisis y las organizaciones locales han sido las más indicadas para atender a las poblaciones de difícil acceso.
El informe producido por Cafod y el grupo de lucha contra la pobreza Development Initiatives, especifica que estas ONG a menudo continúan trabajando en áreas de alto riesgo, incluso después de que las organizaciones internacionales se retiran, mientras generan más confianza con las poblaciones a las que sirven.
Según Cafod, las ONG locales generalmente solo reciben subvenciones a corto plazo, lo que les dificulta planificar proyectos con un impacto duradero o invertir en personal y sistemas para brindar apoyo. El informe dice que si bien a las ONG a menudo se les pide información sobre las condiciones, su participación en la toma de decisiones es limitada. Esto jugó un papel en las respuestas humanitarias que no lograron crear resiliencia a largo plazo, concluyó, reseña The Guardian.