El actual presidente del Partido Socialista, Fulvio Rossi, declaró lo siguiente: “Un militante socialista no puede estar en un gabinete de un Presidente que no es de su sector, porque estar o no en un sector tiene que ver con cierta visión de la sociedad”, dejando claro que la intención de Sebastián Piñera de formar un gabinete políticamente transversal no va a ser sencillo. ¿Tendrá razón el señor Rossi?.
Primero que todo, creo que la alegría que sintió mucha gente al ver que Camilo Escalona dejaba la presidencia del PS se debe estar esfumando al ver las declaraciones de su sucesor. Esto porque negarse a priori a la posibilidad de que un socialista integre un equipo de trabajo de centro-derecha forma parte de aquella lógica atávica que terminó con la veinteañera hegemonía Concertacionista. Rossi lleva poco tiempo en la presidencia del PS, pero ya parece un “Escalona chico”. Mal inicio.
Segundo, en algo el mandamás del PS sí tiene razón: Pertenecer a un sector esboza, a grosso modo, la visión social que tiene una persona. ¿Será esto impedimento para trabajar con gente que no comparte totalmente esa visión? Para nada. De hecho, la divergencia de opinión es tremendamente útil a la hora de solucionar problemas. La Concertación – si es que se conserva el nombre – debería saber aprovechar esta oportunidad de fiscalizar in situ que su obra no sufra retrocesos. Como reza aquel viejo refrán: “Si no puedes con tu enemigo, únete a él”. (Entendiendo al “enemigo” no bajo la perspectiva de un autor como Carl Schmitt, sino que apelando a alguien que simplemente tiene ideas opuestas a las nuestras).
La Concertación perdió el poder por culpa de la testarudez. Algunos no supieron interpretar lo que la ciudadanía necesitaba: Una nueva forma de hacer política. Ha transcurrido poco más de un mes y no parece haber aprendizaje, se mantienen las mismas actitudes con anclas en el pasado que fatigaron los cimientos Concertacionistas. ¿Qué sentido tienen la renuncias de los 4 presidentes de partido si los sucesores continúan en la misma línea?. El progresismo debe renovarse de verdad, no sirve de nada poner caras jóvenes con el mismo discurso de los más viejos en los altos mandos; Se debe cambiar el fondo, no la forma.
Fulvio Rossi se equivoca al creer que la oposición ideológica implica imposibilidad de consensuar soluciones. Además, no resulta sensato cerrar la puerta a participar de un gobierno que aún ni siquiera comienza, esta es precisamente la lógica que Chile castigó el pasado 17 de Enero. Si los nuevos presidentes de partido no corrigen esta miopía partidista y continúan con este “matonaje político” estarán sepultando permanentemente a la Concertación. Ser una oposición constructiva es perfectamente compatible con que algunos opositores colaboren con el gobierno si entendemos que la tarea final es construir un país mejor, no satisfacer un egoísta apetito de poder.