Proyecto tiene férrea oposición desde comunidades de Intag
El gobierno de Ecuador ha reanudado las conversaciones con la empresa chilena Codelco sobre el desarrollo del proyecto de cobre y molibdeno Llurimagua en la región andina de Imbabura.
Estos diálogos se retoman luego de años de estancamiento, según informó Bloomberg News.
El presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, tiene la intención de expandir el crecimiento de la industria minera en los territorios.
Ubicado 80 kilómetros (km) al noreste de la capital de Ecuador, Quito, el proyecto Llurimagua de 982 Mt se encuentra en etapa de exploración avanzada.
Codelco y la minera estatal ecuatoriana Enami firmaron inicialmente un acuerdo de cooperación sobre el proyecto en 2008, acelerado durante el 2015 y acordado durante el periodo de Sebastián Piñera, con un acuerdo sobre los términos y condiciones de la asociación.
El año pasado, Codelco interpuso dos arbitrajes contra la minera ecuatoriana por incumplimiento de un acuerdo de 2019 para desarrollar en conjunto el proyecto Llurimagua.
Oposición al proyecto
El proyecto también ha enfrentado oposición de una comunidad cercana debido a preocupaciones sobre el impacto ambiental.
Las comunidades de Intag vienen exigiendo que se levante el proyecto minero Llurimagua que tiene en serio riesgo a Intag, su biodiversidad y sus comunidades humanas y no humanas. Asimismo, han exigido al Estado que cumpla con su deber fundamental de proteger derechos y deje de ser agente de extinción de especies y destrucción de vidas y de la naturaleza.
Intag es un Santuario de Vida ubicado en la Provincia de Imbabura, Ecuador. Desde hace años las comunidades han estado en pie de lucha para frenar un proyecto minero cuprífero que amenaza comunidades rurales y sus fuentes de agua, bosques nublados y a decenas de especies de animales en peligro de extinción.
Algunas de éstas solo se han encontrado en el área minera y en ninguna otra parte del mundo. En esta larga lucha, las comunidades han expulsado a dos transnacionales mineras, pero ahora enfrentan a otras dos, incluyendo a la estatal chilena Codelco, la productora de cobre más grande del mundo.