En la calle Pedro Montt, afuera de la Ex Penitenciaría, un lienzo fue desplegado por un grupo de funcionarios de Gendarmería en donde se hace una crítica explícita al gobierno por la forma en que se han llevado las denuncias por los hechos de violencia brutal sucedidos al interior del Penal de Rancagua, sobre todo luego de que un reo acusara agresiones por parte de un funcionario; el que fue, posteriormente detenido. El sujeto habría recibido una paliza intimidatoria, previa a una declaración que iba a efectuar como víctima de hechos de violencia dentro del penal, en el 2013.
Por su parte la Asociación Nacional de Suboficiales de Gendarmería (Ansong) han expresado que rechazan cualquier tipo de violencia, sin embargo señalan que los hechos son producto de la precariedad en el que se encuentra el sistema penitenciario nacional.
Es cierto. Todos sabemos que el sistema penitenciario en Chile es horroroso, que las condiciones son infrahumanas, sabemos de las instalaciones deficientes, del hacinamiento y que los presos son la última prioridad de cualquier gobierno ya que es un tema complejo porque se trata de inversión pública para beneficiar a personas que han atentado en contra de la sociedad (esto en lo formal). Sin embargo, tampoco podemos cerrar los ojos ante lo evidente: Gendarmería es una institución que tiene una carga histórica tan potente y nefasta como la de militares y carabineros. Han estado siempre, no al servicio de la población del país, sino de los intereses y el cuidado del poder que ejecuta la violencia y la opresión de la gente a través de su brazo armado. Entonces, para la población de a pie, indiscutiblemente “violencia de gendarmes” es igual a “carga histórica” entonces nos parece obvia e indiscutible.
Otro punto que sería interesante de sumar a la discusión es el hecho de que todo preso, en su máxima expresión, es un preso político ya que la delincuencia es un fenómeno político-social, como lo son las manifestaciones de nuestros pueblos originarios, los que llenan las cárceles del sur de nuestro país. Por lo general, si hacemos un balance biográfico, la gente que está en las cárceles es, en su mayoría, una población que ha sido víctima del sistema, de la falta de educación, de oportunidades, de recursos, etc. Entonces, gendarmería v/s población penal, no es más que la exacerbación de lo que sucede afuera.
Gendarmería asegura que la forma en que se han llevado comunicacionalmente los hechos, deja al personal como delincuentes y que, la posición que ha tenido el ministro de justicia, José Antonio Gómez, da crédito a cualquier acusación que realicen los internos. Sin embargo, aseguran que en muchas oportunidades, los reos se autoflagelan para, posteriormente, sindicar a los gendarmes como responsables.
Pero lo cierto es que la gente es menos tonta de lo que parece y no necesita que José Antonio Gómez haga declaraciones públicas refiriéndose al tema, para creer que el personal es responsable de las agresiones. Las imágenes hablan por sí solas y todos sabemos que la ejecución del poder no se da de forma aislada, sino que prácticas como las vistas en televisión en los últimos días se van perpetuando y naturalizando a través del tiempo. Tuvieron la mala suerte de que alguien grabó la paliza y se filtró a los medios. Pero si quieren hacernos creer a la población civil que eso fue un evento aislado y que el gobierno los está satanizando, por favor: No se gasten. No es necesario.
Lo que sí sería bueno es que a partir de estos sucesos se pongan en la palestra otras discusiones, que mejoren la calidad de vida de toda la población que habita en las instalaciones penitenciarias (tanto de los presos como de los gendarmes) y que se aprovechen estas instancias para discutir sobre el poder judicial, sobre las instalaciones penitenciarias, sobre la preparación de personal de gendarmería, sobre el aumento de cupos, que se yo. Se me escapa la jerga. Pero creo que las discursividades deben instalarse en otra parte y no en lo evidente.
Finalmente, personal de gendarmería indicó que están a la espera de los peritajes del Servicio Médico Legal y de los resultados de la investigación, pero que no descartan la posibilidad de ir a paro si es que continúan siendo perseguidos por las autoridades.
Es gracioso que una institución vinculada al escalafón militar (aunque dependa de otro ministerio) alegue persecución por el hecho de que públicamente se cuestionen sus métodos. Sobre todo y considerando que cuentan incluso con beneficios a los que la población no puede acceder como, por ejemplo, atención médica y hospitalaria de la institución, pagada por todos los chilenos y un fondo de pensiones que es diferente al sistema abusivo y ladrón de las AFP.
Creo que es importante destacar que son trabajadores y que tienen todo el derecho a manifestarse, pero instalando otras discursividades que ojalá sean un aporte y no un berrinche institucional por el cuestionamiento a procedimientos que, a todas luces, son otro atentado más, a los derechos humanos.