El Gobierno de Gabriel Boric busca con premura una vía con la oposición chilena después de la renuncia de Giorgio Jackson al Gabinete el viernes pasado, en medio de una investigación por corrupción.
Jackson era uno de los principales aliados de Boric, y su partida era una condición de la derecha, en particular del partido tradicional UDI, para reanudar las conversaciones con el Ejecutivo.
Estas conversaciones son cruciales, pues el Gobierno busca llegar a un consenso en torno a asuntos fundamentales, como la reforma tributaria y de pensiones, dos pilares de su programa.
La Moneda convocó a los partidos de derecha histórica, reunidos en la coalición Chile Vamos, para una reunión este jueves. Este es el último de los llamamientos hechos por el oficialismo para desbloquear la situación, con el objetivo de que la oposición vuelva a sentarse a la mesa.
«Cómo podemos colaborar»
En un poco habitual gesto institucional, Boric invitó al expresidente y rival político Sebastián Piñera a viajar con él –y dialogar– en el avión presidencial a Paraguay, donde ambos asistieron el martes a la toma de posesión del nuevo presidente, el técnocrata Santiago Peña.
Piñera, quién presidió el país sudamericano durante dos mandatos (2010-2014 y 2018-2022), ha vuelto a cobrar importancia con sus opiniones políticas después de meses en perfil bajo.
Según Boric, ambos discutieron temas que «le preocupan» al país y, sobre todo, las posibles vías de cooperación para superar el bloqueo legislativo. «Podemos colaborar, trabajar juntos, para destrabar el momento político en torno a reformas que son importantes para la mayoría de chilenos y chilenas, en particular la reforma previsional, el pacto fiscal y mejorar el clima político», dijo el mandatario chileno tras el viaje.
El exmandatario, también desde Paraguay, dijo que la situación de Chile «es muy grave», con una inseguridad que «está angustiando a los chilenos».
«Estamos en una situación de estancamiento que compromete el futuro. Tenemos un problema de corrupción, problemas sociales en materia de pensiones, salud, educación y para enfrentar estos problemas necesitamos diálogo y acuerdos», declaró.
Una situación de bloqueo
Jackson, que también se desempeñó como secretario general de la Presidencia, dejó su puesto en medio de la crisis política desencadenada tras el llamado ‘Caso Convenios’, una trama sobre supuestas irregularidades en el traspaso de subvenciones públicas a fundaciones privadas que implica, entre otros sectores del oficialismo, a su partido, Revolución Democrática (RD). Su salida fue un golpe político y personal para Boric.
Ambos desempeñaron papeles fundamentales durante las movilizaciones estudiantiles de 2010, cuando dieron sus primeros pasos en la escena política del país.
Fueron diputados por ocho años y luego emprendieron en conjunto la carrera hacia la Presidencia. Además, fundaron el Frente Amplio, coalición representativa de la nueva izquierda chilena.
Pese a que la oposición supeditó la reanudación de los diálogos sobre los principales proyectos de ley para Chile a la renuncia de Jackson, la situación sigue estancada.
«Chile Vamos (la coalición con la que Piñera ganó su segundo mandato) siempre ha estado en una actitud de diálogo y acuerdo, pero no cualquier diálogo y acuerdo», señaló Piñera, tras criticar duramente «los proyectos originales en materia de reforma tributaria y reforma de pensiones».
Fuente: RT
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