Fue algo digno de contemplar. Dimitri Medvedev, ex presidente ruso, atlantista impenitente, actual vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, decidió desconectarse por completo de Occidente. Curiosamente sus declaraciones coincidieron con el lanzamiento misil hipersónico Sr. Khinzal, que provocó una justificada consternación en la OTAN.
Medvedev dijo que las sanciones occidentales «infernales» no solo no han logrado paralizar a Rusia, sino que están «regresando a Occidente como un boomerang». La confianza en las monedas de reserva se está «desvaneciendo como la niebla de la mañana», y abandonar el dólar estadounidense y el euro ya no es poco realista: «Se acerca la era de las monedas regionales».
Después de todo, agregó, “lo quieran o no, tendrán que negociar un nuevo orden financiero (…) Y la voz decisiva será entonces de aquellos países que tienen una economía fuerte y avanzada, finanzas públicas sanas y un sistema monetario confiable”.
Medvedev divulgó su análisis antes de la fecha límite establecida por el presidente Putin: desde este 1º de abril de 2022 las “naciones hostiles” con Rusia deberán pagar por el gas ruso solo en rublos.
El G7, como era de esperar, adoptó una “pose”: no pagaremos. Cuatro de estas naciones no son grandes importadores de gas ruso, pero las tres restantes están en una situación desesperada, no sólo sostienen sus economías con el gas ruso, sino que también son los perdedores de la Segunda Guerra Mundial: Alemania, Italia y Japón, y todavía son territorios ocupados de facto por EEUU. La historia tiene la costumbre de jugar trucos pervertidos.
La negación no duró mucho. Alemania fue la primera en quebrarse, incluso antes de que los industriales desde el Ruhr a Baviera organizaran una revuelta, Scholz, el insignificante canciller alemán llamó a Putin, quien tuvo que explicar lo obvio: los pagos se convertirán a rublos porque la UE congeló las reservas de divisas de Rusia, en una abierta violación del derecho internacional.
Con paciencia taoísta, Putin también expresó su esperanza que esta medida no represente un deterioro de los términos del contrato de los importadores de gas de Europa. Los expertos rusos y alemanes deberían sentarse juntos y discutir los nuevos términos.
Moscú está trabajando en un conjunto de documentos que definen el nuevo acuerdo. Esencialmente, esto se explica así: Sin rublos, No hay gas. Los contratos se vuelven nulos y sin efecto una vez que se viola la confianza. EEUU y la UE rompieron acuerdos legalmente vinculantes con sanciones unilaterales y, además, confiscaron las reservas de divisas de una nación del G20: Rusia
Las sanciones unilaterales hicieron que los dólares y los euros no tengan ningún valor para Rusia. Los ataques de histeria no solucionan nada: esto se resolverá, pero bajo los términos de Rusia. El Ministerio de Relaciones Exteriores ya había advertido que la negativa a pagar el gas en rublos conduciría a una grave crisis global de impagos y quiebras a nivel mundial, una reacción en cadena de transacciones bloqueadas, congelamiento de activos colaterales y cierres de líneas de crédito.
Lo que sucederá a continuación es parcialmente predecible. Las empresas de la UE recibirán el nuevo conjunto de normas. Tendrán tiempo para examinar los documentos y tomar una decisión. Aquellos que digan “no” quedarán automáticamente excluidos del envío directo de gas ruso.
Habrá compromiso, por supuesto. Por ejemplo, bastantes naciones de la UE aceptarán usar rublos y aumentarán sus adquisiciones de gas para poder revender el excedente a sus vecinos y obtener ganancias. Y algunos también pueden decidir comprar gas sobre la marcha.
Así que Rusia no está imponiendo un ultimátum a nadie. Todo llevará tiempo, en un proceso continuo. Con algo de acción lateral también. La Duma está contemplando la extensión del pago en rublos a otros productos esenciales, como petróleo, metales, madera, trigo. Dependerá de la voracidad colectiva de los “caniches falderos” de la UE. Todo el mundo sabe que si la histeria continúa, esta puede traducirse en una ruptura colosal de las cadenas de suministro en todo Occidente.
ADIÓS OLIGARCAS
Si bien las clases dominantes atlantistas de la UE se han vuelto locas y siguen enfocadas en luchar hasta el último ucraniano, Rusia está jugando con calma. De hecho, Moscú ha sido bastante indulgente, blandiendo el espectro de no tener gas en primavera en lugar de en invierno.
El Banco Central de Rusia nacionalizó los ingresos en divisas de todos los principales exportadores. No hubo incumplimiento. El rublo sigue subiendo, y ahora ha vuelto al mismo nivel que tenía antes de la Operación Z. Rusia sigue siendo autosuficiente en cuanto a alimentos. La histeria estadounidense sobre “aislar” a los rusos es risible. Todos los actores que importan en Eurasia, los otros cuatro BRICS y prácticamente todo el Sur Global, no han demonizado ni sancionado a Rusia.
Como triunfo adicional, posiblemente el último oligarca capaz de influir en Moscú, Anatoly Chubais, se ha ido del país. Otra astucia histórica: la histeria sancionadora occidental desmembró de facto a la oligarquía rusa, un proyecto de Putin desde 2000. Esto implica el fortalecimiento del Estado ruso y la consolidación de la sociedad rusa.
Todavía no tenemos todos los hechos, pero se puede argumentar que, después de años de cuidadosa evaluación, Putin optó por ir a por todas y romper la espalda de Occidente. Detrás del “casus belli” inmediato en Ucrania estaban: la inminente invasión del Donbass por los neonazis; los laboratorios de armas biológicas de EEUU y la amenaza ucraniana de fabricar armas nucleares.
No todo ha sido claro porque el congelamiento de las reservas de divisas debería haber sido percibido, sobre todo porque el Banco Central Ruso había estado aumentando sus reservas en bonos del Tesoro estadounidense desde noviembre del año pasado. Sin embargo, ahora existe la posibilidad de que Moscú acceda a reservas extranjeras «secretas» en el extranjero, un mecanismo complejo construido con la ayuda de China.
El cambio repentino de dólares/euros a rublos ha sido, en realidad, una llave judo geoeconómica. Putin incitó al Occidente colectivo a desatar un ataque sancionador y lo volvió contra el oponente con un solo movimiento rápido.
Y ahora todos estamos tratando de entender tantos desarrollos sincronizados que cambian el juego: la rupia-rublo con la India, el petroyuan con los sauditas, las tarjetas Mir-Union Pay con el mismo distintivo emitidas por los bancos rusos, los acuerdo Rusia-Irán con un SWIFT alternativo, el proyecto EAEU-China de un sistema monetario/financiero independiente.
Todo esto sin mencionar el golpe maestro del Banco Central Ruso; acaba de vincular un gramo de oro a 5.000 rublos, que ya rondan los $ 60, y siguen subiendo.
Junto con «No Rublos, No Gas», lo que tenemos aquí es la energía vinculada al oro. Los “falderos” de la UE y la colonia japonesa necesitarán comprar muchos rublos en oro o comprar mucho oro para tener su gasolina. Y se pone mejor. Rusia puede volver a vincular el rublo al oro en un futuro próximo. Podría llegar a 2.000 rublos, 1.000 rublos, incluso 500 rublos por un gramo de oro.
HORA DE SER SOBERANO
El Santo Grial en las discusiones sobre un mundo multipolar siempre ha sido «el cómo eludir la hegemonía del dólar» (desde la primera década del 2000 en las cumbres BRICS con Putin, Hu Jintao y Lula). Ahora tenemos a todo el Sur Global, que aparece con la despabilada sonrisa del gato de Cheshire: un rublo dorado, o un rublo y otras monedas respaldadas por exportaciones de petróleo, gas, minerales y materias primas.
El Banco Central Ruso, a diferencia de la FED, no practica la “flexibilización cuantitativa” y no exportará inflación tóxica al resto del planeta. La Armada rusa no sólo asegura todas las líneas marítimas, sino que sus submarinos nucleares son capaces de aparecer en todo el planeta sin previo aviso.
Rusia está muy por delante implementando el concepto de «poder naval continental». El punto de inflexión estratégico ocurrió en diciembre de 2015, en el teatro sirio. La cuarta división de submarinos con base en el Mar Negro es la estrella del espectáculo.
Las flotas navales rusas ahora pueden emplear misiles Kalibr en un espacio que comprende Europa del Este, Asia Occidental y Asia Central. el Mar Caspio y el Mar Negro, ahora unidos por el canal Don-Volga, ofrecen una gran área de maniobra comparable al Mediterráneo Oriental y el Golfo Pérsico juntos. Son 6.000 km de longitud. Rusia no necesita acceder a aguas cálidas para defenderse.
Este espacio cubre alrededor de 30 naciones: la tradicional, de influencia rusa; y las actuales esferas de rivalidad política/energética.
No es de extrañar que Beltway (el Estado profundo ubicado en el corazón de Washington) esté desquiciado.
Rusia está en condiciones de garantizar el envío de los productos a través de Asia, el Ártico y Europa, junto con la red ferroviaria BRI en toda Eurasia.
Y, por último, pero no menos importante, no te metas con un oso nuclear.
Medvedev no se jactaba cuando dijo que la era de una moneda de reserva única (el dólar) había terminado. El advenimiento de una moneda de reserva global basada en recursos significa, en pocas palabras, que el 13% del planeta ya no dominará al otro 87%.
Es OTAN vs. Eurasia ampliada. Guerra Fría 3.0, 4.0 e incluso 5.0. No importa. Todas las naciones que fueron participes del Movimiento de Países No Alineados (MNA) ven en qué dirección soplan los vientos geopolíticos y geoeconómicos: para estas naciones el momento de afirmar su soberanía real está cerca, porque el «orden internacional basado en reglas» muerde el polvo.
Bienvenidos al nacimiento del nuevo sistema mundial. El ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, de visita en China, después de reunirse con sus homólogos de Eurasia, no podría haberlo descrito mejor:
“Se está formando una nueva realidad: el mundo unipolar se está convirtiendo irrevocablemente en una cosa del pasado, está tomando forma uno multipolar. Es un proceso objetivo. Es imparable. En esta nueva realidad ‘gobernará’ más de un poder, será necesario negociar entre todos los estados que hoy tienen influencia en la economía y la política mundial. Al mismo tiempo, al darse cuenta de su situación especial, estos países garantizarán el cumplimiento de los principios básicos de la Carta de la ONU, incluido una noción fundamental: la igualdad soberana de los estados. Nadie en esta Tierra debe ser visto como un actor menor. Todos los estados son iguales y soberanos”.
Por Pepe Escobar
Analista internacional
Publicada originalmente el 1 abril, 2022 en Politika.