Los norteamericanos deben estar preparados para «una larga batalla» contra esa agrupación terrorista, señaló el exjefe del Pentágono (2011-2013) al considerar la probabilidad de que en este contexto se planteen amenazas sobre Libia, Nigeria, Somalia, Yemen «y otros lugares».
Según Panetta, Obama tiene ahora la posibilidad de «reparar el daño» si logra demostrar un liderazgo para enfrentar a los yihadistas del EI en Iraq y Siria.
En su primera entrevista sobre su nuevo libro Worthy Fights, el también exdirector de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) indicó que el mandatario cometió el error de no presionar más fuerte al gobierno iraquí para que le permitiera dejar tropas estadounidenses en ese país árabe tras la retirada en 2011.
Aseguró que por ese vacío que quedó disminuyó la capacidad de Iraq para protegerse mejor a sí mismo y empezó a reproducirse el EI (conocido por el acrónimo de ISIS), cuyos orígenes se asocian a la CIA, de acuerdo con algunos analistas.
Panetta expresó que Obama rechazó su consejo y de otros principales colaboradores, entre ellos la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton, cuando en 2012 le recomendaron comenzar a armar a la llamada oposición siria.
Ese paso fue el que propuso ahora Obama dentro de su anunciada estrategia contra el ISIS, la cual incluye además la ampliación de la ofensiva aérea sobre posiciones de esos extremistas sobre territorio sirio.
Para Panetta el que Obama tampoco actuara cuando en agosto de 2013 Siria cruzó la supuesta línea roja con el tema de las armas químicas, afectó la credibilidad de Estados Unidos.
Estrategas militares y políticos han pedido a Obama que en su plan para combatir al grupo radical no basta la ofensiva aérea sobre objetivos en Iraq y ahora en Siria, sino que se necesitan tropas en el terreno, algo a lo que se niega, de momento, el gobernante.
Desde el 23 de septiembre la aviación estadounidense ha realizado decenas de golpes contra objetivos de los extremistas en Siria, con el apoyo de Arabia Saudita, Jordania, Bahrein, Catar, los Emiratos Árabes Unidos y otros países aliados.
De forma paralela, el Pentágono ha ejecutado desde el pasado 8 de agosto más de 250 bombardeos en su intento por eliminar los bastiones del EI en Iraq, aunque de poco han servido esas embestidas para destruir la capacidad militar de los fundamentalistas, que ocupan unos 50 mil kilómetros de suelo en ambas naciones.
Tras el inicio de esos ataques aéreos, las autoridades de Damasco han insistido en la necesidad de cooperar con el Ejército de Siria para derrotar al EI, aunque la Casa Blanca y sus socios políticos han hecho caso omiso a tales llamados.