Historia de la Virgen del Carmen: Desde un monte al mar

La veneración de esta advocación mariana ha sido difundida en el mundo por las llamadas carmelitas, existiendo diversas interpretaciones sobre su origen

Historia de la Virgen del Carmen: Desde un monte al mar

Autor: Seguel Alfredo

Historia de la Virgen del Carmen

La veneración se remonta a un grupo de ermitaños que, inspirados en el profeta Elías, se retiraron a vivir en el Monte Carmelo. Estos devotos, hacia el 1200, formaron la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (carmelitas). Según la tradición carmelita, el 16 de julio de 1251, la imagen de la Virgen del Carmen se le había aparecido, a San Simón Stock, superior general de la Orden, entregándole el escapulario, principal signo del culto mariano carmelita. ​ El escapulario recibió reconocimiento papal en 1587 y ha sido respaldado por los pontífices posteriores.

La Virgen del Carmen también es llamada Estrella del Mar (en latín Stella Maris) y es patrona de los marineros. La devoción mariana hacia la Virgen del Carmen se extendió a muchos países de Europa, y por España y Portugal a Iberoamérica, a partir del siglo xvi. ​

Cuenta la creencia antigua católica, que en el siglo XIII los carmelitas tuvieron que abandonar el Monte Carmelo debido a la invasión de los musulmanes y los que se quedaron fueron masacrados. Antes de que partieran, mientras cantaban el Salve Regina, se les apareció la Virgen María y les prometió ser para ellos su Estrella del Mar.

Es importante señalar que, algunos historiadores y catedráticos españoles, consideran que el culto que se le daba a la mencionada figura tendría un origen semita, libio-fenicio. José Antonio Barberá defiende que se pudo producir «una adaptación de la idolatría al cristianismo, en el que fue cambiado el nombre de la deidad por el de vírgenes adoradas por el catolicismo».

Una publicación sobre las antiguas tradiciones y su relación con el mar, señala: «Una vez al año, posiblemente en el mes de octubre, por coincidir con el plenilunio, desde su santuario la imagen de la diosa era transportada en andas por los únicos y altos caminos de los acantilados desde el atardecer del día hasta el amanecer del siguiente«, y se subraya que los fieles «llegaban prácticamente hasta la misma playa de El Palo«, rememora Barberá.

Algunas publicaciones en América han hecho la relación de la deidad afrolatina como “Oyá” en Mesoamérica y la virgen del Carmen, como parte de tradiciones del sincretismo, de hecho, se destaca la publicación desde México: “Las imágenes de Oyá, en Cuba y de la Virgen del Carmen, en la Ciudad del Carmen, Campeche, Historia comparativa de un proceso de sincretismo”.

La Virgen del Carmen en Chile

La tradición religiosa y cultural de la Virgen del Carmen en Chile tiene fuertes raíces españolas, para luego ser parte de la construcción de la identidad nacional.

“Llegó con los primeros conquistadores en el siglo XVI. Los monjes Agustinos dieron a conocer esta devoción en Concepción, desde donde se expandió al resto del territorio. Fundaron la primera Cofradía del Carmen y empezaron las primeras procesiones a la Virgen del Carmen”, se señala en una publicación.

Para manifestar la fe de manera pública en Santiago, la primera procesión que se reconoce fue en 1778. Desde ese año, cada 16 de julio se cumplió con esta tradición, hasta que en 1818 se cambió a los tercer domingo de octubre hasta principios de los 70.

La devoción a la Virgen formaba también parte de las batallas. En plena reconquista, según cuenta la historia, en medio de la Batalla de Maipú, San Martín vio flaquear las tropas y les gritó: «Nuestra Patrona, la Santísima Virgen del Carmen nos dará la victoria y aquí levantaremos la Iglesia prometida para conmemorar este triunfo«. Tras el triunfo y el voto de O´Higgins, se puso la primera piedra de la Iglesia Votiva de Maipú, por eso el nombre del templo. Ese hecho hizo cambiar la fecha de la celebración mariana. A principios de los ’70s los Obispos acordaron el cambio de fecha, para que la tradición se enmarcara entre las celebraciones del Mes de la Patria, el último domingo de septiembre, declarando la fecha como el «Día de Oración por Chile».

Paralelo a las fechas oficiales, la fe popular chilena tiene una fuerte devoción por la Virgen del Carmen. Más de 100 fiestas masivas se celebran a lo largo del país durante el año se han identificado. La famosa fiesta de la Tirana es de las más grandes y dedica sus cantos y bailes a esta devoción, manifestando el fuerte sincretismo religioso de las culturas en el norte del país (andino ancestral con catolicismo antiguo), donde participan decenas de miles de personas.

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