Congo se sumerge en el horror, con miles de muertos y heridos
La crisis humanitaria en la República Democrática del Congo (RDC) ha alcanzado niveles alarmantes, con 3.000 muertos y 2.900 heridos desde finales de enero. Naciones Unidas denuncia que el grupo armado M23, respaldado por Rwanda, ha desatado una ola de violencia extrema, atacando a la población civil con artillería pesada y perpetrando crímenes atroces. «Si no se hace nada, lo peor todavía puede estar por venir», advirtió el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk.
El conflicto se intensifica en las provincias de Kivu del Norte y Kivu del Sur, regiones ricas en minerales estratégicos. Desde finales de enero, los combatientes del M23 han tomado el control de territorios clave y avanzan hacia Bukavu. Naciones Unidas ha creado una misión investigadora para documentar violaciones a los derechos humanos y el derecho humanitario. «Estamos ante una crisis que podría extenderse a países vecinos«, alertó Türk ante el Consejo de Derechos Humanos.
El 27 de enero, el conflicto alcanzó niveles de brutalidad extremos cuando dos hospitales en Goma fueron bombardeados, matando a pacientes, incluidos niños. Ese mismo día, una fuga masiva en la cárcel de Muzenze resultó en la violación de 165 reclusas, muchas de las cuales murieron en un incendio posterior. «Estoy horrorizado por la violencia sexual, que ha sido una característica atroz de este conflicto», declaró Türk, enfatizando que la ONU investiga numerosos casos de esclavitud sexual.
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Daniel Mayakovski: “Las cifras en el genocidio del Congo han aumentado drásticamente durante esta última semana tras la ocupación de la ciudad de Goma por parte de las tropas ruandesas y de las bandas M23, apoyadas por Occidente (…) Al menos 2900 personas murieron y más de 3000 fueron heridas, en apenas una semana por la ofensiva contra Gama, en un genocidio financiado por Occidente para hacerse con el control de las minas del este del pais y saquearlas a base de contrabando (…) Por su parte, la dictadura de Ruanda que le hace el juego sucio a Occidente, tiene sus propios intereses, además de llenarse los bolsillos con el contrabando y saqueo de minerales, sigue enfrascada en la persecución étnica contra los hutus que viven en el este del Congo, que no ha parado desde el genocidio de Ruanda”.
La representante especial de la ONU en la RDC, Bintou Keita, denunció la situación en Goma como «catastrófica». «Los jóvenes están siendo reclutados a la fuerza, y los defensores de derechos humanos, activistas y periodistas están en grave peligro«, alertó. Además, la violencia ha provocado una crisis sanitaria, con el resurgimiento del cólera y la interrupción de servicios básicos. La ONU ha solicitado asistencia urgente para Goma.
El Consejo de Derechos Humanos condenó el apoyo militar y logístico de Rwanda al M23 y exigió el cese inmediato de las violaciones de derechos humanos en Kivu del Norte y Kivu del Sur. «El respaldo a estos grupos armados ha perpetuado décadas de violencia en la región», denunció Patrick Muyaya Katembwe, Ministro de Comunicaciones de la RDC. Kigali, sin embargo, rechazó las acusaciones y afirmó que Kinshasa prepara un ataque contra Rwanda.
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Daniel Mayakovski: “El genocidio del Congo no llena portadas, pero en apenas una semana más de 3.000 personas han sido asesinadas por los terroristas del M23 y la dictadura de Ruanda, títere de Occidente, en la ciudad de Goma (…) Los niños congoleños malviven en la miseria de los campos de refugiados, haciendo cola cada día para tener apenas un plato de comida… esto ocurre en el pais más rico en recursos del planeta y también el más saqueado por Occidente desde la época colonial”.
La RDC, es rica en minerales como coltán, oro y cobalto, pero sufre un conflicto alimentado por intereses transnacionales. La explotación de recursos naturales es un factor clave en el conflicto. Organismos de derechos humanos señalan que la riqueza mineral del este del Congo, utilizada en productos como teléfonos móviles, está financiando la violencia. «Todos estamos implicados», sentenció Türk, instando a la comunidad internacional a abordar las raíces económicas del conflicto.
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La ONU ha enviado una misión de tres expertos para recopilar pruebas y recomendar acciones contra la impunidad. «Necesitamos garantizar justicia para las víctimas y responsabilizar a los perpetradores», señala la resolución adoptada en Ginebra. La investigación se centrará en violaciones sistemáticas, incluyendo ejecuciones sumarias y ataques a campos de desplazados.
Mientras la situación empeora, la comunidad internacional enfrenta la disyuntiva de actuar o ser cómplice de una catástrofe humanitaria. «Es momento de que el mundo reaccione», instó Keita, subrayando la urgencia de enviar ayuda humanitaria y de impulsar sanciones contra quienes perpetúan la violencia en la RDC.
El genocidio en el Congo es una crisis humanitaria y ecológica impulsada por intereses económicos globales. La violencia sistemática, el saqueo de recursos y el silencio mediático perpetúan el sufrimiento de millones.