Este jueves se realizará una segunda autopsia a la ciudadana chileno-francesa Renee Cáceres Perrault, tras casi 7 años de haberse realizado un preinforme en el que se plantean cuestionamientos a la causa de su fallecimiento.
Incluso se registraron indicios de muerte violenta que fueron ignorados en su momento por el Servicio Médico Legal (SML).
De acuerdo con los antecedentes a los que tuvo acceso El Ciudadano, Renee Cácereres Perrault falleció el 21 de septiembre de 2013 a los 97 años.
El acta de defunción establece como causa de la muerte un traumatismo cráneo vertebral, con fractura de base de cráneo y fractura de vertebra toracica,
El informe del SML de Valparaíso indica que el cadáver presenteaba una esquimosis periorbotaria derecha, así como una esquimosis en la parte posterior (de erosión reciente) del tercio medio de la pierna derecha, así como un hematoma en la cabeza y una fractura del ala menor del hueso esfenoides.
En sus conclusiones el documento plantea que la causa de la defunción de la adulta mayor fue una fractura craneal y raquídea y un edema cerebral.
También indica que no se registraron huellas de violencia atribuibles a terceros y que se realizará un exámen histológico.
Falta de análisis toxicológico e hispatológico
El 04 de julio de 2014, el fiscal jefe de la Fiscalía de Viña del Mar (Valparaíso), Pablo Avendaño Barrera, solicitó al entonces director del SML de Orellana N° 954 de Viña del Mar, Gabriel Zamora Salinas, dar respuesta en un plazo no mayor de siete días a la solicitud del exámen toxicológo y el exámen histopatológico correspondiente a la señora Renee Cáceres, que aún nohabía sido recepcionado por el Ministerio Público.
Sin embargo, el 27 de julio de 2014, la Fiscalía de Viña del Mar, certificó que desde el SML informaron que en el protocolo de autopsia se establece en su conclusiones que no se realizó examen toxicológico y que el informe histopatológico aún se encontraba en laboratorio, quedando pendiente el envío de un correo electrónico para conocer su fecha de despacho.
Observaciones a la autopsia
En septiembre de 2015 el destacado médico forense chileno, Luis Ravanal realizó un análisis en el que planteó una serie de observaciones a la autopsia N° 560-2013, del Servicio Médico Legal de Valparaíso, correpondiente a la señora Renee Cáceres Perrault.
El Dr. Ravanal recordó que en el certificado de defunción se señala como causa de muerte: traumatismo cráneo vertebral, fractura de base de cráneo y factura de vertebra toracica .
Sin embargo, planteó que lo primero que llama la atención es que el diagnóstico de causa de muerte inmediata, esto es, un mecanismo de lesión múltiple: “Traumatismo cráneo vertebral”, no encuentra sustento a la luz de las descripciones y/o hallazgo constatados en el informe de autopsia del Servicio Médico Legal, en el cual no se analizan las circunstancias médicas que hayan podido influir en el mecanismo de muerte, lo que constituye una omisión de capital importancia desde el punto de vista técnico, por cuanto la determinación del mecanismo y naturaleza de la muerte constituyen el eje fundamental de la actividad del profesional médico forense, puesto que sus conclusiones van a tener indudable repercusión en el ámbito jurídico.
De acuerdo con el especialista en medicina forense, «a mayor abundamiento, no existe lógica y concordancia en la secuencia de los diagnósticos insertados en el Certificado de Defunción, por cuanto, el primer diagnóstico corresponde a la causa inmediata (“traumatismo cráneo-vertebral”), el segundo a la causa intermedia (“fractura de base de cráneo”) y el tercero, a la causa originaria o basal (“fractura de vértebra toráxica”)».
Al respecto, Ravanal realizó las siguientes consideraciones:
El diagnóstico de “fractura de base de cráneo”, como causa de muerte intermedia, es errado, por cuanto forma parte del diagnóstico de causa de muerte inmediata. Desde el punto de vista fisiopatológico, no es lógico entender que la fractura de la base del cráneo, determine como causa inmediata de muerte, un traumatismo cráneo – vertebral, ya que forma parte de este.
Similar error se advierte, en el diagnóstico de “fractura de vértebra toráxica”, incluyéndola como causa de muerte basal u originaria, ya que constituye parte del diagnóstico de causa de muerte inmediata, y en ningún caso sería la causa basal que origina el traumatismo, ya que es el resultado
de este.
«Considerando la existencia de una presunta fractura a nivel de columna vertebral con indemnidad de la médula espinal, este hallazgo per se, excluye un mecanismo de muerte por lesión vertebral toráxica letal, por cuanto la existencia aislada de una fractura en una vértebra, no tiene la entidad suficiente para explicar el mecanismo causal de muerte. Si fuese así, tendríamos que aceptar irracionalmente que todas las fracturas ocurridas en las vértebras toráxicas, sin daño medular y/o con ausencia de lesiones en
otras estructuras u órganos vecinos (p.e. vasculares, cardíacas o pulmonares), serían mortales», dijo Ravanal.
En relación a la fractura de vertebra toráxica, se advierte una omisión de capital importancia desde el punto de vista de la exploración médica, que afecta invariablemente a la investigación judicial, por cuanto se omitió en forma absoluta en el informe de autopsia, la caracterización de la lesión mortal.
En su estudio, Ravanal recuerda que el imforme de la autopisa realizada por el SML señala como causa de muerte la existencia de traumatismo en cráneo, sin embargo, no se describen lesiones contusas y/o hemorrágicas en el cerebro, el cual sólo evidencia signos inespecíficos de congestión y edema que suelen estar presentes en distintos mecanismos de muerte.
El reconocido forense, destaca que en el informe de la autopsia de la adulta mayor no se acredita y sustenta objetivamente un mecanismo de muerte mixto, por “Traumatismo cráneo-vertebral” como se señala en las conclusiones.
También señala que un elemento descriptivo cuyo origen causal no fue establecido a través de la autopsia, se refiere a la existencia de áreas contusas que afectan a tres estructuras distintas al cerebro.
Tampoco se llevó a cabo una disección completa de la medula espinal, imprescindible para observar en forma directa el estado de esta estructura.
Un punto a resaltares que para Ravanal, la existencia de lesiones contuso hemorragias en distintos segmentos corporales (p.e. periorbitaria, cuero cabelludo, toráxica y en extremidad inferior), no concuerda con un mecanismo de muerte por caída accidental, «por lo que no es posible excluir la participación de terceros en la muerte, considerando que no existen signos claros que permitan establecer en forma
clara el mecanismo fisiopatológico que determinó a muerte por anulación orgánica y/o funcional de un órgano vital, y que en el caso se le atribuyó a daño combinado por lesiones craneoencefálicos y de columna vertebral».
Con bases a las inconsistencias, el experto forense planteó la necesidad de llevar a cabo una segunda autopsia de exhumación para determinar las causas de la muerte de la señora Reneé Cáceres Perrault.
«En suma, dada la insuficiente valoración diagnóstica de las estructuras óseas cráneo-vertebrales, aunado a la inexistencia de lesiones con la entidad suficiente para explicar un mecanismo fisiopatológico de muerte, particularmente dada la ausencia de lesiones contusas a nivel cerebral y medulares a nivel de la columna vertebral toráxica, es que resulta del todo necesario y justificado, la realización de un segundo estudio de los restos cadavéricos, a través de una segunda autopsia de exhumación», dijo.
Explicó que con este proceso con se podría establecer el mecanismo que originó las lesiones, «supliendo las omisiones descriptivas respeto a la valoración de los daños y lesiones, siendo infundada la tercera conclusión de autopsia que en forma arbitraria estableció: “No se registraron huellas de violencia atribuibles a terceros”, desatendiendo, entre otras, la existencia de lesiones contusas faciales, sin dar una explicación objetiva respecto al mecanismo que las originó».
«A lo anterior se le suma la omisión descriptiva de diversas estructuras vitales, como per ejemplo a nivel cervical (cuello), donde no se exploraron las arterias carótidas, venas yugulares, cartílagos laríngeos, hueso hioides, músculos supra e infrahioideos, etc, aunado a la inexistencia de registros de registros
fotográficos y estudios toxicológicos», subrayó el especialista.
7 años de espera para una segunda autopsia
7 años después de este análisis, la Fiscalía autorizó la realización de la segunda autopsia, la cual se espera que tenga lugar durante esta jornada.
Para el Dr. Luis Ravanal el caso de la señora Renee Cáceres Perrault «es insólito, y tal vez en el que más se han demorado en autorizar una segunda autopsia», desde que se inició la Reforma Procesal Penal.
«Es una vergüenza para el sistema, y para el país, ya que el Gobierno de Francia, también ha protestado», dijo a El Ciudadano.