Hugo Blanco: La huella imborrable de un líder andino defensor de la justicia
Ángel Hugo Blanco Galdós, fue un exguerrillero, líder campesino y político peruano. Fue Senador de la República de 1990 hasta 1992, Diputado en el periodo 1980-1985 y Diputado de la Asamblea Constituyente entre 1978 y 1980.
Hugo Blanco, historia de un líder de la revolución campesina peruana (Wayka)
Hugo Blanco, líder andino y campesino del Perú, ex parlamentario y fundador del medio informativo «Lucha Indígena», falleció este 25 de junio de 2023 dejando un legado perdurable en la historia de la lucha por la justicia. Nacido en los Andes peruanos, Cuzco, el 15 de noviembre de1934, Hugo Blanco se convirtió en un ejemplo inspirador no solo para su país, sino también para el mundo entero.
La vida de Hugo Blanco estuvo marcada por su compromiso incansable con la defensa de los derechos de los indígenas y campesinos. Desde muy joven, se involucró en la lucha por la tierra y la igualdad, liderando movimientos en defensa de las comunidades indígenas y campesinas en el Perú. En 1962, Blanco encabezó la histórica ocupación de las tierras de La Convención en Cusco, un hito en la lucha por la reforma agraria en el país.
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Las fuerzas policiales y de inteligencia (Policía de Investigaciones del Perú o PIP) capturaron a Blanco luego de desbaratar al grupo clandestino en la selva de Mesacancha, llevándolo a pie hasta la ciudad de Quillabamba. Luego de ser apresado fue amenazado con aplicarle la pena de muerte. Una campaña internacional por salvar su vida «Hugo Blanco ne doit pas mourir!» logró que se le condene a 25 años de prisión. Salió libre en el marco de la amnistía dada por el presidente General Juan Velasco Alvarado ocho años después, tras haber declarado finalmente la Reforma agraria peruana. Estuvo exiliado en México, Argentina, Chile y Suecia.
Su valentía y determinación le llevaron a enfrentarse a poderosos intereses y a luchar por la justicia en diversos ámbitos. Como parlamentario, tras ser elegido Diputado de la Asamblea Constituyente en 1978, Hugo Blanco trabajó incansablemente para promover políticas inclusivas que beneficiaran a los sectores más vulnerables de la sociedad. Su voz resonó en instancias políticas y legislativas, donde abogó por la implementación de reformas estructurales que aseguraran una distribución equitativa de la tierra y un trato justo para los pueblos indígenas.
En 1980 fue candidato a la Presidencia y también a Diputado por el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). No fue elegido presidente, pero sí diputado de 1980 a 1985. Fue además miembro de la Comisión de Derechos Humanos dentro de la Cámara de Diputados.
En las elecciones generales de Perú de 1990 fue elegido Senador por Izquierda Unida pero su cargo llega a su fin tras el autogolpe de estado de 1992 de Alberto Fujimori.
El año 1994, cuando vivía temporalmente en México, estalló la rebelión zapatista, movimiento que lo inspira entre otras a replantearse el estratégico papel de los pueblos indígenas.
Además de su compromiso político, Hugo Blanco también fue un destacado escritor y poeta. Sus palabras, impregnadas de sensibilidad y conciencia social, reflejaban la belleza de la cultura andina y transmitían la lucha por la justicia que le acompañó durante toda su vida.
En el 2003 estuvo al borde de la muerte cuando tuvo un accidente cerebrovascular. Fue fundador de la revistaLucha Indígena y editó folletos sobre diversos temas relacionados con las luchas indígenas y campesinas. Publicó su segundo libro Nosotros los Indios. Fue miembro honorario de la Confederación Campesina del Perú (CCO), como parte de su Consejo Nacional de Delegados. Fue además miembro del Consejo Editorial de la revista política internacional Sin Permiso, desde su fundación en 2006. Fue solidario con diversas causas de pueblos en lucha, incluyendo con el pueblo mapuche en Chile.
El escritor uruguayo, Eduardo Galeano, escribió un importante relato: “HUGO BLANCO NACIÓ DOS VECES”.
El 2019 se realizó la película: “Hugo Blanco, Río Profundo”, documental peruano dirigida por la cusqueña Malena Martínez Cabrera, que ha circulado en diversas partes del mundo.
Hugo Blanco, Río Profundo. Trailer
Tuvo dos hijas mujeres y cuatro hijos varones. Su hija mayor, Carmen Blanco Valer, es dirigente ambientalista y de la solidaridad internacional en Suecia. Su organización: Solidaridad Suecia-América Latina (SAL) apoya a los movimientos campesinos e indígenas de América Latina.
Hugo Blanco deja un legado imborrable en la historia del Perú y en la lucha por la justicia en todo el mundo. Su incansable lucha por los derechos de los indígenas y campesinos, su valentía para enfrentar adversidades y su pasión por la igualdad son inspiradores para las generaciones futuras. Tras su partida, su espíritu y su legado continuarán guiando a quienes siguen en la búsqueda de un mundo más justo y equidad.
«En las alturas de los Andes,
donde la voz del viento canta,
permanecerás eternamente,
guía de lucha y esperanza.
Tu legado en nuestras manos,
tu voz, un eco en el tiempo,
Hugo Blanco, siempre vivo,
en cada paso, en cada aliento.»
Hugo Blanco. Historia viva. Entrevista completa (Voces en lucha)
EL LEGADO DEL TAYTA HUGO BLANCO
Por Pueblos en Camino
“Luchar y ganar y volver a empezar y seguir luchando y nunca aceptar la derrota ni el fracaso”.
En los últimos años nos hemos comprometido a preservar el legado de un compañero, Hugo Blanco Galdos, ¡del Indio Hugo Blanco!
Nos hemos comprometido porque NOSOTRXS LXS INDIXS, porque queremos aprender a ser indixs en el camino, no como identidad, no como etnicidad, no como etiqueta, no como vestimenta o lengua, sino que queremos aprender sobre la fuerza, la dignidad, la perseverancia de escupirle la cara al patrón, al poder, y cantar, y reír como indio, como india, en simultáneo.
En esencia, Hugo ha puesto su vida en función de los pueblos: primero los indios (que somos eventualmente todas y todos) y de la Pachamama, la Madre Tierra. Pues eso mismo es lo que quiere y queremos que quede. No Hugo Blanco, sino su aporte. Un aporte vivo, en marcha, en movimiento, con las y los luchadores y frente a temas y asuntos críticos y recurrentes de los que depende la pervivencia y la fortaleza de los mismos. Temas como lo político-electoral, la organización colectiva, el legado de las y los mayores que uno sigue caminando, las tácticas de captura, las contradicciones, la disciplina para aprender, la persecución de y desde quienes se nombran hermanos en los discursos, pero que en sus prácticas nos señalan, persiguen y sirven al opresor.
Pues bien, Nosotros los Indios, el libro más hermoso de los que escribiera Hugo, tiene textos escritos en la cárcel y durante la lucha que son absolutamente conmovedores y cuya fortaleza persiste y crece con el tiempo. Ante este neo-fascismo patriarcal aterrador que nos amenaza y ataca, esos textos cobran una vigencia enorme. Pero allí, enterrados entre otros en un libro no caminan. Hugo quiere que sus cenizas sean repartidas en luchas y comunidades en todas partes cuando muera, y Pueblos en Camino lo hemos convencido de que las cenizas no hablan, se hacen tierra; mientras que la palabra suya y su camino consecuente que nace y retorna a la acción colectiva es mucho más que cenizas de un cuerpo, es semilla y retoña. Está entusiasmado… ¡estamos!
Se trata de que hoy, ante estas rupturas y amenazas, el legado vivo de Hugo sea justamente para tejernos más eficientemente como pueblos de la madre tierra desde nuestros ámbitos para ganar eficiencia y eficacia en defendernos, consolidar resistencia y superar el horror y el despojo.Los patrones cabalgaban a los indios, les daban látigo hasta matarles, los marcaban con hierros, las violaban; a la cárcel, a la horca, al hambre iban a dar, allí como lombrices de tierra les hacían revolcarse y eran menos que basura, porque a la basura no se le humilla ni se le hace sufrir. Cuando era imposible que de allí saliera un levantamiento para liberarse con la tierra, Hugo Blanco Galdos lo creyó posible, necesario y urgente y lo hicieron realidad. Era apenas un desafío, una oscuridad, un imposible en el largo camino de la vida, del legado de Hugucha. Una y otra vez, hasta ahora mismo, su vida ha sido mirar de frente lo imposible, ponerse de pie ante la maquinaria que somete y extermina, tomar la única decisión posible, la de levantarse, organizadamente, en colectivo, con la tierra y luchar.
Luchar y ganar y volver a empezar y seguir luchando y nunca aceptar la derrota ni el fracaso. Entenderlas y levantarse en colectivo o en solitario, lo mejor que se pueda y ponerlo todo, el cuerpo, la memoria, la inteligencia, el alma, “corazón de piedra y paloma” y volar para jamás aceptar la derrota “ni aún derrotado”, como le susurra el poeta al oído una y otra vez. Lo encerraron y lo aislaron en celdas putrefactas donde cohabitó con ratas y cucarachas y, entonces, 14 veces declaró la huelga de hambre y se dispuso a vencer o morir. Por eso mismo, Hugo Blanco Galdos es un legado vivo perene, sempiterno, permanente y acá adentro en cada cual y en todas partes. Lo es porque ahora mismo, ante esta derrota en curso y en ciernes, cuando envilecidos y vanidosos imperan los gamonales del desprecio y vienen por el mundo todo para llenar sus arcas, un hombre de sombrero de paja, con el cabello y la barba blancas, la mirada tierna y firme, se levanta y nos levanta para decidirnos por la vida en libertad y con la tierra. Ese es Hugo Blanco Galdos. Ese su legado, su “poncho nomás”, ese, nuestro camino compartido.
Descarga gratuita: “Nosotros los Indios” de Hugo Blanco
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