El ciclón Iota, que llegó a alcanzar la categoría 5, la máxima en la escala de vientos de Saffir-Simpson, deja ya un saldo de al menos 12 muertos en la región centroamericana y Colombia, además de una estela de incalculables daños materiales.
A las 21:00 hora local de este martes (03:00 GMT del miércoles), el fenómeno climatológico, ya como tormenta tropical, se debilitaba rápidamente en el sureste de Honduras, de acuerdo con un boletín del Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos.
Iota presentaba a esa hora vientos máximos sostenidos de 65 kilómetros por hora. Sin embargo, aún existe el peligro de que ocurran inundaciones repentinas catastróficas y deslizamiento de tierra en sectores de América Central, según el CNH.
La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, en declaraciones a la prensa, informó que “hemos perdido seis valiosas vidas” a causa del huracán.
En Nicaragua, Iota ingresó el lunes por la noche como un “extremadamente peligroso” huracán categoría 5, con vientos máximos sostenidos de 250 kilómetros por hora, y ha dejado afectaciones en vías de comunicación, escuelas y unidades de salud, según un recuento preliminar hechos por las autoridades de protección civil.
En El Salvador, la Policía Nacional Civil informó de una muerte atribuida a la ya tormenta tropical, luego que un motociclista murió el martes aplastado por un árbol derribado por el viento.
El Salvador, así como el resto de naciones centroamericanas, se encuentra en alerta máxima, debido a que aún es grande el riesgo de inundaciones y deslaves.
En Colombia, el presidente Iván Duque reportó que Iota dejó como saldo una persona fallecida, un desaparecido y 6.000 damnificados en la isla de Providencia, en el Caribe, que prácticamente quedó devastada por la enorme fuerza del huracán.
En Panamá, el paso del ciclón causó el martes un muerto en la comunidad indígena de Ngäbe Buglé, mientras que en Honduras se registra hasta el momento un saldo de tres decesos.
Con información de Telesur
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