Entre las exigencias de los alumnos movilizados están la no criminalización del movimiento y demandas respecto a infraestructura.
Junto con estudiantes se pudo constatar la precariedad de varios espacios, como el casino que no da abasto a los más de 700 estudiantes, camarines de estudiantes y empleados en pésimas condiciones y nula intención de las autoridades para invertir dinero en infraestructura, pero si en represión, lo que se observa en el enrejado de espacios comunes y accesos.