Los reconocidos futbolistas profesionales Arturo Vidal y Fabián Orellana se pronunciaron en defensa de su representante, el millonario empresario Fernando Felicevich, quien fue duramente criticado por el comentarista deportivo Juan Cristóbal Guarello, ante las recientes polémicas sobre la injerencia directa en la toma de decisiones en clubes como Deportes La Serena, Audax Italiano, Huachipato y La U.
“Me preguntan por Felicevich… El mejor poh. Los hueones tratan de dejarlo mal siempre”, dijo Vidal durante una transmisión vía Streaming, y agregó: “Hueones envidiosos. No se preguntan quién ha sacado todos los jugadores a Europa. Quién los tiene en los mejores equipos del mundo”.
Por su parte, Orellana también defendió que “dicen que le quita los jugadores a otros representantes. Los mismos cabros chicos llegan llorando a la oficina para que los vendan para fuera, eso es lo que no entienden”.
“Dicen que nosotros incentivamos a los más jóvenes para que firmen…. ¡Están locos! ¡Son más hueones! ¡Este Guarello cree que se las sabe todas el culiao!”, arremetió contra el Premio Nacional de Periodismo Deportivo 2011.
Ambos deportistas durante sus declaraciones en las que se mostraron molestos, calificaron al comunicador deportivo de Canal 13 y DSports con insultos como “conchetumadre”, “culiao”, “embarao” y “conchadesumadre”.
Ante ello, el también escritor Guarrello se defendió diciendo: “Hoy fui insultado por Arturo Vidal y Fabián Orellana. Sólo quiero decir una cosa: ¿Una década en Europa para hablar así? ¿Cuando te están siguiendo miles de personas? ¿Una década en Europa, la cuna de la cultura occidental, para hablar de esa forma?”.
“¿Fabián Orellana no aprendió nada en España? ¿No escuchó hablar a la gente? ¿Y Arturo Vidal, que estuvo en Italia, en el norte de ese país, la cuna de la banca y de nuestra cultura? Que triste es todo esto”, agregó el comentarista deportivo.
Finalmente, concluyó que “después cuando pasen los años, que no reclamen de como termina, porque se vive como se habla. Y tú Vidal, que tanto defiendes a tu empresario, yo no sé si te quieren tanto. Yo tengo una cartita bajo la manga. Sé algo que no debería saber. ¿Quién me lo contó?”.
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