Una ola de protestas e indignación ha surgido en Pakistán debido a una “epidemia de violaciones” en el país, que ha registrado más recientemente el abuso sexual en grupo contra una mujer en la capital Islamabad.
Las denuncias de agresiones sexuales ha provocado la furia de la población en medio de la cultura de impunidad que rodea la violencia contra las mujeres.
El pasado jueves alrededor de las 8:00 de la noche, la joven víctima de 24 años de edad caminaba con un colega masculino por el parque Fatima Jinnah, conocido localmente como el parque F-9, el más grande de la ciudad, cuando fueron atacados por dos hombres armados. El hombre fue ahuyentado y la mujer violada, reseña The Guardian.
De acuerdo a lo publicado por el medio en su página web, los atacantes le dijeron a la mujer que no debería haber estado en el parque a esa hora de la noche y amenazaron con llamar a sus amigos para agredirla nuevamente si hablaba sobre el incidente.
Fuentes del equipo médico involucrado en el caso dijeron que la mujer tenía claras marcas de tortura en las piernas y la cara.
La víctima estaría preocupada por su seguridad después de que los activistas afirmaron que la policía filtró su nombre, profesión y número de contacto a los periodistas, aunque la Autoridad Reguladora de Medios Electrónicos de Pakistán (Pemra), un organismo regulador independiente, prohibió a los canales de televisión transmitir noticias o reportajes sobre el caso para proteger la identidad de la mujer.
Cientos de personas protestaron en el parque esta semana por el manejo policial del asalto y exigieron el arresto de los atacantes. El crimen también provocó una ira generalizada en las redes sociales.
Por su parte, las autoridades policiales dijeron que las investigaciones estaban en curso y que han realizado redadas para arrestar al principal sospechoso, además advirtieron a las personas que eviten las áreas sin iluminación del parque por las noches.
Las tasas de condena de Pakistán en casos de violación son inferiores al 3%, además, las supervivientes de violación y sus familias, por temor al estigma de un juicio, suelen llegar a un acuerdo extrajudicial y se enfrentan a amenazas y coerción por parte de sus agresores, sus propias familias y la comunidad en general.