Oriundo de una comuna rural de la región del Maule, primera generación de profesionales de su familia y activista de la comunidad LGBTIQ: Ese es el perfil de Alberto Inzulza Galdames, el primer dentista chileno aceptado y becado por el programa de Salud Pública en Salud Global de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos.
Alberto, quien es nieto de agricultores, carpinteros, dueñas de casas y arrieros, retornó este martes a Chile luego de dos años cursando un programa de estudios en la prestigiosa universidad norteamericana, donde recibió el grado de Máster Salubrista Público, con mención en Salud Global, Liderazgo y Administración de Salud y Crisis Humanitarias.
Durante su estadía en Boston, el joven profesional recibió el Premio Marshals, uno de los honores más antiguos que entrega la Universidad de Harvard, además de convertirse en vicepresidente del Centro de Estudiantes de la Harvard Public Health School y en uno de los principales oradores de la comunidad LGBTIQ de su casa de estudios.
«Para mí fue un sueño y una responsabilidad cursar estos estudios, gran parte de mi vida universitaria como dentista la vinculé a mejorar la salud de mis vecinos y familia, por eso sentí la necesidad de prepararme y participar de todos los espacios para aportar a la búsqueda de las mejores herramientas para responderle a la gente», relató.
Cabe destacar que Alberto Inzulza ya había recibido en 2021 el premio al mejor dentista de Chile y al mérito gremial, ocasión en que relevó la importancia de la salud pública para fortalecer el desarrollo del país:
«Una sonrisa cambia una vida, pero muchas cambian un país, y eso se logra con la salud pública. Invertir en la salud de los chilenos es invertir en economía, en el trabajo, en el crecimiento, pero a su vez en que la gente pueda destinar su tiempo a compartir y desarrollarse de manera integral», señaló.
Respecto a sus orígenes en la comuna de San Clemente, Alberto señala: «Para mí Harvard fue un sueño
no tan solo por el futuro académico, sino que para que la gente del campo chileno pueda soñar con espacios que puedan abrirles puertas (…) Mis pies están bien puestos en la tierra, y no me olvido de las necesidades de las personas a las que he servido, y mi corazón está puesto en los valores de la salud pública».
«Soy una persona de campo, orgullosa de eso, y creo que, si sembramos educación y salud, cosecharemos desarrollo, y con esto nuestro país crece, mi idea es volver al servicio público chileno y que con los años abramos puertas y seamos muchos más chilenos los que pensemos el sistema de salud de esta manera», agregó.