El Mes de los Pueblos Originarios en el Hemisferio Sur y el Solsticio de Invierno
El mes de junio es considerado como el Mes de los Pueblos Originarios, una celebración que destaca la importancia y la riqueza de las culturas indígenas en esta región del mundo. Esta conmemoración está estrechamente relacionada con el solsticio de invierno, un evento astronómico de gran trascendencia para diversos pueblos en Sudamérica.
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El solsticio de invierno marca el momento en el cual el sol alcanza su posición más baja en el cielo y la noche es más larga. Para las culturas ancestrales del hemisferio sur, este fenómeno marca el inicio de un nuevo ciclo de la naturaleza y es considerado por algunos como un nuevo año.
Durante esta época, se celebran diversos rituales y ceremonias para dar la bienvenida a esta renovación y para honrar la relación íntima entre los seres humanos y la madre tierra.
Dentro de la cosmovisión y la espiritualidad de los pueblos originarios, el solsticio de invierno simboliza la renovación de la vida y la energía vital. Representa un momento de introspección y reflexión, en el cual se agradece por los frutos-alimentos obtenidos durante el año y se busca la armonía con la naturaleza. Es un período en el que se fortalecen los lazos comunitarios y se honra la sabiduría ancestral transmitida de generación en generación.
Cada cultura ancestral tiene sus propios nombres en sus respectivos idiomas para referirse a este nuevo ciclo de la naturaleza. Algunos ejemplos:
- En la cultura del Pueblo Mapuche, se le conoce como “We Tripantu” o “Wiñoy Tripantu”
- En la cultura del Pueblo Quechua, como “Inti Raymi”.
- En Aymara, “Willka Kuti” o «Machaq Mara»
- En el Pueblo Kolla, “Huata Mosoj”
- En el pueblo Kogui de Colombia: «Shira» o «Seynekun»
- En el Arhuaco de Colombia: «Be’seyre» o «Aruku Siera»
- En el Pueblo Nasa colombiano: “Sek Buy”
- En la cultura Shipibo-Conibo (Amazonía Perú): «Ani Nüin» o «Ani Bojintei»
- En el Yanomami (Brasil y Venezuela): «Hëëyori Pëpë»
Estos son solo algunos ejemplos de los nombres y términos utilizados por diferentes pueblos indígenas para referirse a este nuevo ciclo de la naturaleza. Es importante tener en cuenta que la diversidad cultural y lingüística es amplia en cada región, por lo que puede haber variaciones y términos adicionales utilizados por distintos pueblos y comunidades indígenas.
El Mes de los Pueblos Originarios no solo es una oportunidad para reconocer y valorar la diversidad cultural y espiritual de los pueblos ancestrales, sino también para reflexionar sobre la importancia de la preservación hacia las tradiciones y el cuidado de la naturaleza, su conexión espiritual con el entorno y la visión holística del mundo.
La investigadora y escritora, Claudia Serrano, destaca en una publicación: “Los pueblos quechua, aymara, kolla y mapuche, que tienen una economía agraria, celebran el año nuevo indicado por el solsticio de invierno, como una época de renovación y purificación. El solsticio de invierno es el punto en el cual el sol más aleja de la tierra, siendo el día más corto del año, y la noche más larga. De ahí en adelante el sol, Chau Antu y el Tata Inti, inicia su acercamiento hacia el planeta. Este fenómeno natural marca la finalización del período de cosecha y el principio de una nueva época de siembra. Este año se celebrará entre el 20 y 25 de junio, dependiendo de cada cultura originaria”.
En conclusión, el mes de junio es considerado el Mes de los Pueblos Originarios en el hemisferio sur debido a su estrecha relación con el solsticio de invierno. Esta celebración tiene un profundo sentido y significado en las culturas indígenas, ya que marca el inicio de un nuevo ciclo de la naturaleza y es considerado el Año Nuevo indígena.