La inversión de 1.500 millones de dólares que hizo la compañía estadounidense Tesla en el bitcóin podría marcar el inicio de su conversión en un instrumento de intercambio generalizado, pronostica Bloomberg.
El principal defecto de la criptodivisa, en comparación con el dinero fiat o fiduciario, es su alta volatilidad. Dado que su valor fácilmente puede perder o ganar un 10 % en un solo día, los precios en bitcoines deben fluctuar conforme a su tasa de cambio al momento, haciéndolo impráctico como medio cotidiano de pago.
De hecho, es poco probable que una eventual decisión de Tesla de comenzar a vender sus automóviles en bitcoines pueda por sí sola cambiar esta situación. Pero si otros participantes del mercado se involucran, podrían crearse derivados más estables de la criptodivisa, que reduzcan los efectos negativos de su volatilidad.
Aun así, la empresaria londinense Eleesa Dadiani, que se especializa en monedas digitales, considera que la decisión de Tesla y su director ejecutivo, Elon Musk, fue más bien extrañamente tardía.
«Me sorprende que le haya llevado tanto tiempo hacer esto. Tiene el poder de influir en los mercados, y este hombre es la clave para que el cifrado se generalice», dijo Dadiani a la agencia.
La empresaria indicó que la transformación del bitcóin en un medio de pago estable supone un gran desafío para el mercado. «Hay muchas partes sueltas que coordinar. Me pregunto si esto será solo una cuestión de mercadeo», advirtió.
La inversión de Tesla impulsó una nueva ola de crecimiento del bitcóin. Como resultado, este martes la criptomoneda batió un nuevo récord histórico, sobrepasando por un breve momento los 48.000 dólares. Ahora se vende por alrededor de 47.300 dólares, según el portal Coindesk.
Cortesía de RT
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