Cada 12 de agosto se celebra el Día Internacional de la Juventud. Esta fecha da pauta para crear sistemas en los cuales los y las jóvenes puedan desarrollarse emocional, educacional y económicamente. Sin embargo, la situación que vive la mayoría no va por esete rumbo.
En México, señala el INEGI, la población juvenil representa una cuarta parte de la población. Un total de 30.6 millones de personas están entre los 15 y 29 años de edad. El 35.1 % tiene entre 15 y 19 años de edad; 34.8 % entre 20 a 24 años y 30.1 % tiene de 25 a 29 años.
El INEGI reporta que el 51 % son económicamente activos; pero el 19.8 % de jóvenes de 15 a 29 años no laboran por falta de experiencia. En muchos trabajos piden experiencias previas pero un gran porcentaje no tiene ni acceso a este derecho.
Jovenes abandonados
Sólo el 32.9 % de la población joven cuenta con educación escolar (10.1 millones). Lamentablemente el 17 % de los mexicanos entre 25 y 65 años logra acabar una carrera universitaria.
La Organización Internacional del Trabajo estima que casi la mitad de los jóvenes son vulnerables a enfrentar dificultades para acceder a un trabajo «decente» (con un buen salario y seguridad social). En México, para poder acceder a una pensión del IMSS las nuevas generaciones tendrán que cotizar durante 1,250 semanas, un aproximado de 23 años; hace unas décadas esa cifra era de 500 semanas, aproximadamente 10 años. El 39.7 %, unos 225 mil, no es derechohabiente, es decir, no tiene seguridad social ni acceso a los servicios de salud gratuitos.
Vivimos en un punto crítico en el que pareciera no haber marcha atrás para acortar esta brecha que deja a jóvenes sin educación y sin un futuro laboral alentador. En el Día Internacional de la Juventud, la desigualdad se ve cada vez más marcada por la violentación a los derechos a la educación y la salud.
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