El neoliberalismo propone como base de su sistema y, más aún en Chile, la aplicación del Principio de Subsidiariedad del Estado, el cual implica que éste se aleje de realizar toda actividad económica en el territorio nacional, reduciéndose su actividad a sólo mantener un Status Quo para que los sectores privados sean quienes tomen para sí la actividad económica del país.
Dicho Status Quo implica que la actividad del Estado se debe reducir sólo a crear normas que permitan el desarrollo empresarial, estatuir un orden público que mantenga una seguridad relacionada con la protección a la propiedad privada, todos pilares del neoliberalismo.
Todo esto forma parte de la declaración de principios del gobierno de facto que se centró en crear una norma constitucional que contemplara todos estos principios.
Donde se apliquen estos fundamentos existirá el neoliberalismo, a pesar de que exista un gobierno que se haga llamar de izquierda, puesto que las cosas son lo que son y no lo que dicen que son, así por ejemplo si yo celebro una compraventa pero no cobro nada por la cosa que vendo, a pesar de que la escritura diga que es compraventa, al no cobrarse un precio esto realmente es una donación.
Al crearse en 1980 una constitución con bases neoliberales, como la norma constitucional es la de más alto rango, todas las normas que se dicten a partir de la existencia de la constitución deben cumplir tanto en la forma como en el fondo lo que ella prescribe, ya que debe legislarse conforme al procedimiento que la constitución contempla (forma) y no contradecir las normas y principios señalados en la carta constitucional (fondo).
Lo anterior implica que todo el sistema que se ha venido gestando desde 1980 hasta la actualidad es uno que sigue los principios neoliberales, que por lo demás están contemplados en una constitución ilegítima en la que no tuvo cabida la participación ciudadana en su creación más que para sólo refrendar su vigencia o no.
Ahora, desde la transición hasta la actualidad ningún gobierno ha propuesto modificar o derogar esta norma ilegítima, sino que, por el contrario, ratifican su vigencia dictando normas que se ciñen a ella, lo cual implica el que todo se esté privatizando, la represión a los pueblos originarios, la negociación de los recursos naturales y todas las injusticias que hemos podido observar.
El que dicha constitución siga vigente implica que se están aplicando normas neoliberales heredadas de un gobierno fascista, transformando consecuencialmente en lo mismo a todo aquel que continúe su aplicación.
Si se quiere proponer un cambio real debemos partir por modificar, sino derogar la norma máxima que rige al Estado de Chile, de manera tal, de estatuir una nueva legislación que proponga principios verdaderos de derechos sociales en que no sólo las clases acomodadas sean las que se vean privilegiadas con los gobiernos actuales, sino que alcance a todos y cada una de las personas que viven en dicho territorio.
Por el momento, si no se deroga la constitución se seguirá aplicando un sistema neoliberal que permite entre otras cosas:
– La existencia de una educación de mercado, donde sólo está permitido estudiar a las clases acomodadas y si alguien que no es de esa clase logra tener una carrera, pasará los primeros años de su ejercicio profesional pagando por una educación que por lo menos debió haber sido subsidiada (o gratuita) y de calidad.
– La represión constante a los pueblos originarios en vista de que como ellos poseen los recursos naturales que el sistema capitalista explota, busca radicarlos en otros lugares para poder explotar esas riquezas.
– La contaminacion del país y del planeta en general, por ejemplo, en la ley de bases generales del medioambiente se permite compensar las emisiones de material particulado, es decir, las empresas tienen permitido contaminar hasta un cierto porcentaje y aquellas que contaminen menos de esa cantidad, el porcentaje sobrante lo pueden negociar con otras empresas para que contaminen más de lo permitido, todo lo cual implica negociar con el aire limpio que nosotros respiramos.
– La geo radicación de las clases humildes donde existen menos áreas verdes, altos índices de contaminación, de delincuencia, narcotráfico y muchas cosas más; y que por el contrario, las clases acomodadas viven en lugares con más áreas verdes, menos presencia de fábricas que contaminen, menos delincuencia, menos narcotráfico, etc; provocado principalmente porque la propiedad privada es una mentira, ya que una persona de pocos recursos no puede y no podrá nunca acceder a casas de sectores acomodados, puesto que los precios de esas viviendas son privativos, por lo tanto sólo viven donde les alcanza para vivir.
– El exitismo de las áreas privadas como la salud, la educación, la vivienda y muchas otras cosas, con ocasión de que el Estado se debe alejar de participar en la economía y darle rienda suelta a los privados, que son sólo algunos.
El país se ha visto dominado por una idea de que la izquierda es de verdad y que es distinta a lo que es la derecha, lo cual, conforme a lo analizado nos hace percatarnos que realmente no es así, lo cual conlleva a que la gente aburrida de lo que pasa, culpan a los partidos, siendo que es el sistema el que provoca todo lo que nos ocurre y que sólo es avalado por los partidos, tanto de izquierda como de derecha.
Toda Latinoámerica se vio en un momento histórico dominada por dictaduras que promovió el neoliberalismo, con tal de estatuir constituciones neoliberales que nos sumieran en una especie de esclavitud, donde por principios del individualismo neoliberal nos encontramos ante un «sálvese quien pueda», donde pretenden hacernos creer que la única forma de evitar lo que nos ocurre es manifestandolo en las urnas votando por gente que sólo representa a los interéses económicos por el solo hecho de avalar el sistema constitucional instaurado, en el que la única forma de lucha que nos queda es agruparnos y abandonar la vía pacífica, puesto que ellos nos impusieron su sistema por las armas, nos veremos mañana en la necesidad de arrancarles dicho poder de la misma forma.
Fuente: Diario Kaos
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