La Firme… (que quede entre nosotros)

Finalmente, alguien ha dicho «la firme,» como se denomina en Chile hablar con la verdad (que quede entre nosotros, se advierte inmediatamente, en este eufemístico país)

La Firme… (que quede entre nosotros)

Autor: Wari

Finalmente, alguien ha dicho «la firme,» como se denomina en Chile hablar con la verdad (que quede entre nosotros, se advierte inmediatamente, en este eufemístico país). Según informa el Wall Street Journal del 3 de junio del 2010,  a Pete Briger se le «cayó el cassette,» como se califica cuando alguien habla de más. Ocurrió en «SuperReturn U.S.,» la reunión anual de los «hedge funds» estadounidenses, que este año se celebró en el pueblo de Beantown, cerca de Boston.  En la alocución principal, el jefazo de Fortress Investment Group – donde las AFP mantienen fondos millonarios, – se describió a si mismo como «un recogedor de basuras, recogiendo borrajas, prestando en situaciones de pirotecnia, avanzando hacia donde existen altos niveles de riesgo.»

Dijo que el ambiente mejorado es en efecto una charada. Todo el mundo, desde los bancos centrales a las grandes instituciones financieras, han estado actuando «en complicidad» para inflar los mercados de crédito y la confianza del público.

Predijo que sin importar adonde vaya la economía, los cinco años venideros traspasarán riquezas vergonzosas a recolectores de basura de primera, como él mismo. «En los próximos cinco años veremos más liquidaciones de activos financieros que en los últimos cien años,» dictaminó Mister Bridger.

El ex ejecutivo de Goldman Sachs advierte que el sector bancario sigue siendo el mayor problema, claro que se mantiene dentro de los pasillos del Departamento del Tesoro. Piensa que todas y cada una de las instituciones financieras estadounidenses se encuentra sub capitalizada.

Concluyó su exposición con una lámina titulada «La Gran Liquidación,» en la que estimó que hay entre cinco y diez billones de dólares en liquidaciones de activos financieros que está por venir; ya se han anunciado más de dos billones. Todo esto significa muchas más falencias bancarias, liquidación de hipotecas de propiedades comerciales y ventas de gobiernos nacionales y locales.

¿Que tal?

BANQUEROS Y NEOLIBERALES: DE VUELTA A LAS ANDADAS

Estamos en problemas. Como escribe Paul Krugman en su columna del New York Times del 30 de mayo del 2010, «la principal amenaza es quizás la difusión de una idea destructiva: que a menos de un año de iniciada una débil recuperación de la peor recesión de post guerra, ha llegado el momento de suspender la ayuda a los que no tienen trabajo de empezar a aplicar dolor.»

Después que la acertada reacción expansiva monetaria y fiscal ante la crisis salvó al mundo de caer en una segunda Gran Depresión, los conocidos de siempre han levantado la voz nuevamente para promover drásticos recortes fiscales y elevación de las tasas de interés. La última en hacerlo ha sido la OECD, club en el cual Chile se ha vanagloriado tanto de haber sido aceptado. En su último informe, aplaude las draconianas medidas de austeridad forzadas a algunos gobiernos europeos y a pesar de pronosticar un elevado desempleo y baja inflación por años, igual sugiere terminar con los programas de estímulo e iniciar la consolidación fiscal el año venidero.

Según ellos, es para prevenir «reacciones adversas en los mercados financieros.» Krugman cita en su columna a Martin Wolf del Financial Times, que ha calificado esta política como «darle a los mercados lo que pudieran querer a futuro, aún cuando muestren poca inclinación a demandarlo hoy.» Suena enloquecido -escribe Krugman- pero es lo que está ocurriendo. Agrega que algunos están empezando a hacerles caso incluso en los EE.UU., como muestra una reciente resolución del parlamento de ese país de no extender subsidios a cesantes que, al recortar su gasto, pondrán en peligro los empleos de otros.

Los intereses detrás de esta ofensiva son bien claros: los banqueros amenazados de default y los acreedores que están detrás de ellos. Pretenden que los gobiernos asuman el pago de deudas incobrables contraídas por agentes privados. No les importa si con estas exigencias van de hecho a agravar el problema, puesto que van a estancar la recuperación en curso o, peor aún, forzar una recaída en la actividad, lo que a su vez aumentará los incobrables.

Lo lograron en América Latina en los años 1980, con la consecuencia de una «década perdida» en la región, que sufrieron sus pueblos. Su reacción fue en ese caso progresista en la mayoría de los casos, puesto que se tradujo en protestas masivas que culminaron con el fin de las dictaduras en varios países, incluido Chile.

En Europa la cosa se ve en cambio muy fea. Gobiernos socialistas están aplicando las medidas de austeridad, que culminarán en un recrudecimiento de la recesión. El resultado se conoce, basta con ver lo que pasó en Hungría.

Por Manuel Riesco

Economista mriesco-crisis.blogspot.com


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