La Agencia de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA) advirtió que los más de dos millones habitantes de la Franja de Gaza se están quedando sin agua potable debido al bloqueo de Israel.
Cabe recordar que el gobierno de Benjamín Netanyahu ordenó el lunes pasado el cierre de las tuberías que llevaban agua hacia el enclave palestino. Sin embargo, el agua proporcionada por Israel representa solo el 7% del consumo total en Gaza. El verdadero problema radica en la falta de energía eléctrica y en la escasez de combustible derivados del bloqueo.
Lo anterior se debe a que el agua que se extrae del subsuelo en la Franja de Gaza es prácticamente imposible de beber debido a su alta salinidad. Por lo mismo, la administración local cuenta con tres plantas desalinizadoras que tratan el agua y más tarde la reparten a la población en camiones.
Sin embargo, el corte de energía ordenado por Netanyahu obligó a paralizar las plantas desalinizadoras y la red de agua potable. Tampoco existe combustible para movilizar los camiones a lo largo de la Franja, obligando a los gazatíes a hacer filas de horas para conseguir alguna botella de agua.
El comisionado general de la UNRWA, Philippe Lazzarini, advirtió que la escasez hídrica en la zona «se ha convertido en una cuestión de vida o muerte. Es un deber: Es necesario entregar combustible ahora a Gaza para que haya agua disponible para 2 millones de personas».
«El combustible es la única manera de que la gente tenga agua potable. De lo contrario, la gente empezará a morir de deshidratación grave, entre ellos niños pequeños, ancianos y mujeres. El agua es ahora el último sustento que queda. Hago un llamamiento para que se levante ahora el cerco a la asistencia humanitaria», añadió.