“La Olla Digna”: sin apoyo gubernamental, esta iniciativa usa la solidaridad y las redes para coordinar apoyo de varias «ollas comunes» a lo largo de Chile

Las ollas comunes son una forma de organización territorial que se ha dado en más de una ocasión en momentos complejos de la historia de Chile

“La Olla Digna”: sin apoyo gubernamental, esta iniciativa usa la solidaridad y las redes para coordinar apoyo de varias «ollas comunes» a lo largo de Chile

Autor: El Ciudadano Editor

Las ollas comunes son una forma de organización territorial que se ha dado en más de una ocasión en momentos complejos de la historia de Chile. Una de las consecuencias sociales de la pandemia del COVID-19 es el resurgimiento de cientos de ollas comunes a lo largo del país que buscan aliviar el sufrimiento de sus comunidades en estos duros momentos.

Diversas organizaciones dedicadas a la coordinación y organización de ollas comunes han alertado sobre la necesidad de proteger la seguridad alimentaria de la población, en especial cuando el país atraviesa el peor momento de la pandemia. Entre ellas, destaca «La Olla Digna», una instancia que empezó como una respuesta espontánea de solidaridad, y que con el tiempo, se ha convertido en una organización que sistematiza y organiza la ayuda a varias ollas comunes en diversas regiones del país, y coordina a otros y otras que inician la ayuda en sus territorios iniciando sus propias organizaciones en ayuda de sus vecinos y vecinas. Así han acumulado experiencia, eficiencia, y hoy se han convertido en una ONG, con personas de diversas áreas y conocimientos que trabajan voluntariamente para ir en ayuda de sus comunidades y de quienes hoy más lo necesitan.

Consuelo Navarrete es vocera de la ONG “Olla Digna”, y en conversación con El Ciudadano, destaca los esfuerzos territoriales que se requieren para levantar las ollas comunes, esfuerzos que nacen desde la organización de vecinas y vecinos en los barrios: “Somos personas ayudando a personas. Las ollas comunes se levantan de la nada, y persisten. Hay cuarentena total y la olla sigue, después se levantan los permisos, pero la olla no para”, señala.

Entre los problemas detectados por las organizaciones que coordinan ollas comunes en el país, Navarrete destaca la falta de apoyo desde los gobiernos locales y el gobierno central. Ella misma comenta que se ha enterado de algunas gestiones municipales para realizar algún aporte, pero que éstas no se mantendrían en el tiempo.

La gestión de los permisos para mantener el funcionamiento de las ollas comunes también ha sido una dificultad. “Ha habido problemas con los permisos. Cuando las ollas comunes no tenían permiso, sí tenían más fiscalización o persecución del municipio. Hay compañeras de las ollas comunes que se han ido presas por estar ayudando”, afirma Navarrete.

Es el caso de Silvia Parra, de la olla de San Joaquín “Almuerzo Solidario Gourmet”, que ha sido parte de esta coordinación, quien fue detenida en junio del año pasado por circular sin permiso de desplazamiento mientras iba a buscar una donación para la olla común que ella levantó en su barrio junto a otras vecinas. “No habíamos gestionado los permisos, pero necesitábamos la donación”, explica Parra.

La dirigenta de San Joaquín relata que Carabineros no le dio importancia a la causa de la situación. “Le explicamos que estábamos retirando una donación para una olla común, que teníamos que entregar almuerzos y el paco me dijo: ‘No estoy ni ahí»’, expuso. “Le volvimos a explicar que la gente iba a quedar sin almuerzo, (y respondió) ‘no me interesa.’”

Tanto Silvia Parra como Consuelo Navarrete han visto con preocupación las circunstancias de desempleo que se puede observar en las ollas comunes. “La cantidad de gente que está sin trabajo en las ollas comunes es una emergencia. Cuando terminen las ollas comunes, las personas van a seguir sin trabajo y van a tener que hacerse su plato de comida”, planteó Consuelo Navarrete.

Las organizaciones que se levantaron para coordinar y apoyar a las ollas comunes han puesto la alerta sobre la situación del país en materia de seguridad alimentaria. De acuerdo a la Encuesta Casen del 2017, la inseguridad alimentaria afecta al 13,3% de los hogares en zonas urbanas y al 12,2% de las rurales. La Encuesta Social Covid del 2020 arrojó que el 19% de la población ha sufrido de inseguridad alimentaria.

Si quieres ayudar a esta iniciativa que coordina ollas comunes en diversas poblaciones y diferentes regiones del país, revisa a continuación sus datos:


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