Si tiene memoria o se ha informado convenientemente, vía filmaciones o lecturas, del oscuro periodo de la dictadura, debe haber tenido la sensación de estar viviendo un deja vu el pasado Primero de Mayo.
En un sector de Santiago, todo el andamiaje comunicacional del modelo reparte imágenes del sindicalismo oficialista que avanza hacia su lugar de reunión sin ningún aparato represor a la vista, que es recibido por las autoridades del gobierno de turno y algunos parlamentarios. Al culminar la marcha todos se sonríen y abrazan y se disponen a escuchar el discurso. Dicen haber reunido a 100 mil personas, carabineros no entrega cifras.
Los medios, que transmiten en directo y posteriores noticieros, regalan imágenes de disciplinados y contentos manifestantes que aplauden a su máxima dirigente cuando dice: “No todos rechazamos la reforma laboral. No hemos trabajado y levantado una estrategia para terminar abortando un proyecto de ley”.
Han dicho descaradamente que vale más obtener poco que nada, que lo que salga son avances y ese discurso infame es repetido, respecto de las reformas, por dirigentes y trabajadores. Conformidad, consensos, conclusiones miopes que nos fregarán la vida. ¿Y acaso no dijeron lo mismo cuando negociaron la Constitución con la dictadura?
Al terminar su discurso, al igual que sus antecesores -aunque más cauta o consciente de lo que representa en realidad su organización- la señora Figueroa omite la palabra paro y termina anunciando “una movilización nacional para la primera quincena de julio”. (El Mercurio – 2/5/2015 – C7)
En el sector poniente de la Alameda, desde avenida Brasil hacía la Usach se reunieron miles de manifestantes que respondiendo a la convocatoria del Cius, expresaron su rechazo a las reformas laborales y demandaron nueva Constitución.
Trabajadores, pobladores, estudiantes y militantes de partidos y movimientos de izquierda coparon más de 10 cuadras del sector norte de la Alameda.
En muchos lugares de su trayecto, la policía represiva esperaba la orden para actuar, agazapados, atentos a la mínima expresión de rechazo para atacar, había policías al interior de las estaciones de Metro. Así era en la dictadura.
Un poco de papel y unos cartones sirvieron para encender una fogata, que antecedió a la orden de ataque de la jauría. Gases tóxicos, agua, palos, detenidos.
El intendente llamando delincuentes a los manifestantes y estos tratando de escapar de la encerrona como se pudiera.
En los medios de comunicación lo de siempre, solo las imágenes de la represión, algunos enfrentamientos y la negación de lo evidente.
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Nada dijeron de los miles de asistentes. Ni una palabra del discurso del Cius.
“En tanto una movilización paralela convocada por el Comité Iniciativa Unidad Sindical (Cius), de menor tamaño, finalizó con algunos desordenes” (El Mercurio 2/5/2015 C7).
Como en dictadura, el oficialismo otorga al sindicalismo cautivo y dependiente todos los recursos habidos y por haber y difunde sus actuaciones.
Prueba de lo anterior es la información que da cuenta que el hombre del que depende la distribución de recursos para capacitación en el Ministerio del Trabajo, es a su vez dirigente CUT (y les faltó decir que es la mano derecha de Martínez). Razón suficiente para explicarse el porqué de la defensa tan férrea que la Central hace de las reformas laborales.
Los dirigentes sindicales, los trabajadores, deben hacer sus lecturas de lo sucedido y sobre eso seguir profundizando el trabajo unitario al margen de las Centrales Sindicales, mismo análisis que deberán hacer los diversos organismos sociales y políticos que aún creen en la autonomía y la independencia.
El acto del Cius el Primero de Mayo no fue un acto alternativo. Fue un acto clasista, independiente del oficialismo y esa independencia hay que cuidarla y fortalecerla.
Ahí radicará el éxito de esta pelea en la que nos hemos embarcado.
Es imperioso hacer una correcta lectura de la actividad del Primero de Mayo, poner la atención en las debilidades observadas para corregirlas, profundizar el accionar de las organizaciones intermedias y por último tomar la actividad como el inicio de un trabajo con metas a futuro y no la culminación de ningún proceso.
Culminó con éxito el XII Congreso de la CGT, siendo uno de los más importantes logros la consagración en el estatuto del proceso de discusión interna, donde el protagonismo fundamental lo tendrán los sindicatos de base.
Nos propusimos y logramos desarrollar nuestro Congreso desde las asambleas de los sindicatos afiliados y en zonales de dirigentes, citadas para discutir sobre las resoluciones tomadas por la base sindical, resoluciones que fueron ratificadas en la última etapa del Congreso.
Se resolvió apoyar diversas iniciativas sindicales y sociales, fortalecer la participación en el Cius, apurar el tranco en las regiones, construir un proyecto colectivo base para enfrentar las reformas laborales que serán impuestas, reajustar la cuota sindical y los sueldos de los funcionarios, lograr el funcionamiento definitivo de nuestro Centro Recreacional que llevará el nombre de René Rosales Peña, entre muchas resoluciones.
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Agradecer el apoyo de grandes profesionales y colaboradores de las actividades de la clase trabajadora, como son Sergio Grez, Enrique Rico, Rafael Carvallo y Renzo Gamboa, ya que con sus exposiciones “Los Trabajadores y la Política”, “El Sistema provisional, ”La Negociación por Rama” y “la Vigencia del Concepto Clase entre los Trabajadores”, permitieron que nuestras y nuestros dirigentes interactuaran y expusieran sus argumentos ante sus pares, en un clima de fraternidad y respeto que nos permite mirar con optimismo el futuro de la gestión sindical de la CGT.
Es momento de comenzar a trabajar con las resoluciones, dar forma a las iniciativas que aprobaron y continuar en la senda de la educación sindical clasista, principio del camino para pensar en la nueva sociedad que queremos.
Nuestro reconocimiento a quienes vinieron desde regiones y la crítica fraterna pero clara a quienes se restaron de participar, desconociendo que su principal obligación es ser parte de las actividades de la organización a la que están incorporados.
Sobre las reformas laborales decir que la comisión trabajo de la Cámara de Diputados, por mayoría, declaró inadmisible la propuesta de incorporar la negociación por rama.
Reiterar a los trabajadores que se les está mintiendo descaradamente.
Nada bueno saldrá de este engendro. Veamos en qué se traducen las indicaciones presentadas por el gobierno al proyecto de ley defendido por la CUT el 1 de mayo.
“No se incluye negociación por rama, se mantienen los pactos de adaptabilidad, los ‘servicios mínimos’ universales, la facultad judicial de suspender huelgas y decretar la reanudación de faenas, la privación del derecho a negociación colectiva a sindicatos que no cumplan con quórum de constitución, la negación del derecho a huelga a empresas de ‘servicios esenciales’.
No se incorpora los reajustes e incrementos de remuneraciones dentro del piso de la negociación, y no se otorga derecho a fuero y huelga a los sindicatos de trabajadores eventuales y por obra o faena transitoria.
Es decir, los puntos más importantes que debe abordar una verdadera reforma laboral continúan ausentes.”
Como pueden ver, nada, sino la educación, la organización y la lucha nos permitirán avanzar en nuestras propuestas.
No hay que dormirse en los laureles y seguir, seguir bregando para levantar la moral y fortalecer la conciencia de la clase.
Por Manuel Ahumada Lillo
Presidente C.G.T. Chile