La Región de Antofagasta está siendo devastada por la pandemia pero las mineras siguen operando… con el aval del Gobierno

El Gobierno parece empecinado en proteger los gigantes ingresos que generan en Chile los grandes consorcios mineros, sin importar el costo en vidas que la mantención de esta actividad, en medio de la pandemia de covid-19, genera. El proceder de las autoridades y empresarios recuerda lo señalado a principios de abril por el presidente de la Cámara de Comercio de Santiago, Calos Soublette: “No podemos matar toda la actividad económica por salvar las vidas”.

La Región de Antofagasta está siendo devastada por la pandemia pero las mineras siguen operando… con el aval del Gobierno

Autor: Francisco Marín

El Consejo Minero -que agrupa a las grandes mineras privadas y también a Codelco- informó este miércoles 19 que hay 1.040 contagiados con covid-19 en el sector, siendo los principales focos de contagio Chuquicamata y Escondida (Región de Antofagasta).

Pese a esto, el ministro de Minería Baldo Prokurica definió como “exitoso” el manejo de la crisis sanitaria, pues -en su parecer- no existiría “otra actividad económica que desmovilice a la mitad de sus trabajadores y un número importante de ellos siga recibiendo su sueldo o sea trasladado a residencias u hoteles para su resguardo”, según consigna El Mercurio de Antofagasta de este jueves 18.

No obstante, la realidad de las ciudades mineras hace que este optimismo se disipe. La situación de los hospitales es dramática: Este jueves quedan 4 camas UCI en toda la región de Antofagasta (3 en Antofagasta y 1 en Calama). Esto es grave si se considera el altísimo índice de positividad en los testeos que en Calama es de casi un 50%.

“Calama se encuentra sin capacidad hospitalaria, con una población afectada históricamente por contaminación por metales pesados y altos niveles de cáncer”, posteo de la prestigiada doctora en microbiología Cristina Dorador esta mañana de jueves 18.

Este viernes 19 El Mercurio de Calama lucía en portada una nota que destacaba que el 20% de la población de Calama, unas 25 mil personas, estaría contagiada con el virus, según estimaciones del renombrado científico Ricardo Baeza Yates.

El escenario es cuasi apocalíptico. Son tantos los muertos en hospitales de esta ciudad y de Antofagast,a que la autoridad sanitaria dispuso la adquisición de contenedores mortuorios para ambas urbes.

La pandemia se expande en las cárceles y en los barrios periféricos de Calama. “La situación en Calama, sin temor a exagerar, es crítica y muy grave. Nos estamos transformando en la comuna de toda la macrozona norte con la mayor cantidad de contagios por día”, dijo el jefe comunal un día después de conocerse dicho reporte, en el programa Podría Ser Peor, de Radio Bío Bío.

El 5 de junio murió el primer trabajador minero -al menos en reporte que se haya hecho público- por causa del covid. Se trata de Santiago Ochoa Beltrán, de 48 años, adscrito a la División Chuquicamata de Codelco. Al hacer público el lamentable suceso, la Federación de Trabajadores del Cobre reveló que la estatal minera no está respetando los protocolos sanitarios ni está dotando de los insumos de protección mínimos necesarios para evitar los contagios. Hasta este jueves, los contagiados reconocidos en «Chuqui» son 126.

El 40% de los trabajadores que se desempeñan en la gran minería de Antofagasta no vive en dicha región y continúan desplazándose de ida y regreso a sus lugares de origen. Esto, sumado a los febles controles sanitarios, convierten a la actividad minera en gran propagadora de la enfermedad en todo Chile.

Según fuentes del Ministerio de Ciencias -citadas por el ingeniero en computación y doctor en educación Ernesto Laval- más de 6 mil personas se desplazaron en vuelos desde Santiago a Calama y Antofagasta entre el 1 y el 6 de junio.

“Con el alto tráfico aéreo que hay desde Santiago hacia las regiones de Antofagasta y Tarapacá, difícil detener la dispersión. A Calama llegan 10 vuelos diarios”, apuntó la doctora Dorador

“Después de lo que han hecho con #Calama e históricamente con las regiones del norte, dejándolas a su suerte durante la pandemia sin detener la maquinaria extractivista, digo: ¡NUNCA MÁS CENTRALISMO!” apuntó este mismo día la doctora en microbiología Cristina Dorador.


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