El próximo 10 de noviembre, en el marco de los 51 años de su fallecimiento, se lanzará el libro “Jaime Galté” del doctor en Estudios Latinoamericanos, Sergio Salinas Cañas. El libro es una autoedición y producción del “Grupo de Estudios Jaime Galté”. El editor fue el diplomático y poeta Guillermo Bown Fernández [1].
El sábado 30 de octubre de 1965 un artículo aparecido en el diario El Mercurio se titulaba “Jaime Galté, ‘mutante’ chileno”, su autor el diplomático Miguel Serrano. En el escrito, se habla de los diferentes campos que tiene la parasicología en el mundo para luego afirmar que existe un hombre extraordinario que nació en Chile y que desde joven mostró sus habilidades en estas materias: el académico de Derecho de la Universidad de Chile: Jaime Galté Carré. Por “mutante”, sostiene el diplomático, debe entenderse aquellos hombres que nacen con facultades más desarrolladas que el resto y que colectivamente algún día la humanidad alcanzará a tener, en este caso la mediumnidad. Dos días después, justo en el “Día de Todos los Santos” o de “Todos los Muertos”, según el país, fallecía el médium más famoso de la historia chilena y que para muchos eran un “maestro” más allá del tiempo. “La personalidad y las facultades que Jaime Galté tenía eran extraordinarias, desconocidas y dignas de asombro, que sólo un hombre excepcional podía poseerlas”[2].
En el libro se señala que Jaime Galté Carré nació el 24 de mayo de 1903 en Santiago. Sus estudios los realizó en Tacna y en Iquique. En 1921, da su Bachillerato, hoy PSU, “y se traslada a Santiago a estudiar Ingeniería en la Universidad Católica, desde donde es expulsado a los tres años por sus actividades estudiantiles extra programáticas”[3].
Posteriormente, ingresa a la Universidad de Chile a estudiar Derecho en 1925. El 11 de noviembre de 1930 recibe su título de abogado. “Para la obtención de su título, su memoria versó sobre ‘la formación de un nuevo proyecto de ley sobre sociedades de responsabilidad limitada’, que posteriormente llegó a ser Ley de la República”[4].
En el mes de agosto de 1932, fue nombrado profesor de la Cátedra de Derecho Procesal de la Escuela de Ciencias jurídicas y sociales de Valparaíso, dependiente de la Universidad de Chile y el 20 de octubre del año 1933 fue nombrado Director de la citada escuela universitaria. “En Valparaíso conoce al Sr. Tomás Ríos González, muy versado en lo que entonces se llamaba Metapsíquica”[5].
Al año siguiente asumió la misma cátedra en la Escuela de Derecho de Santiago, donde obtuvo el título de profesor extraordinario de la Cátedra de Derecho Procesal. “Fue profesor titular de derecho procesal en la Universidad de Chile entre los años 1942 y 1958, y obtuvo el título de profesor extraordinario. La suya es una de las materias más áridas del derecho, según refieren los alumnos de esa cátedra y los juristas de esta tradicional escuela. Como abogado formó parte de la comisión redactora del Código Orgánico de Tribunales de ese tiempo y a la vez publicó un texto para su enseñanza en la Escuela de Leyes titulado Manual de Organización y atribuciones de los Tribunales”[6].
Fueron amigos suyos “muchos abogados de la Universidad de Chile, como el exministro de Relaciones Exteriores, Enrique Silva Cimma, o el profesor de derecho procesal, eminencia en la materia y autor de numerosos textos jurídicos, Hugo Pereira Anabalón. Numerosos médicos también lo rodearon, como Jorge Vigouroux, doctor en epidemiología, Francisco Donoso, endocrinólogo o Brenio Onetto, jefe del Laboratorio de Parapsicología Experimental de la Universidad de Chile[7]. Además, Galté ayudó a numerosos políticos y dos presidentes de Chile, Carlos Ibáñez del Campo y Salvador Allende”[8].
Unos años antes, Jaime Galté había ingresado, el 25 de noviembre de 1937, a la Gran Logia de Chile. En donde llega a ser Gran Orador. Posteriormente, habría participado en el Rito Antiguo y Primitivo Memphis-Misraim[9]. “Esta masonería de inspiración egipcíaca tuvo un rápido crecimiento y aceptación entre los círculos intelectuales de nuestro país, por la novedad de sus rituales y la afinidad con las enseñanzas hermético-esotéricas más ocultas como el Martinismo por ejemplo”[10].
En relación a su vida como médium, su nieto, Francisco Gamboa Galté, cuenta que a la edad de 18 años, su abuelo, tuvo un sueño que se convertiría en la primera manifestación de los poderes paranormales. La historia es la siguiente: el padre de Galté que hacía frecuentes viajes de negocio a Valparaíso, falleció, en una calle del puerto, a causa de un síncope cardíaco en 1918. Su madre escribió varias cartas a un abogado de Valparaíso, encargado de los negocios de su esposo, sin recibir respuesta[11]. A tres años de la muerte de su padre y cuando vivían una crítica situación económica en la familia, Galté viaja solo desde Iquique a Santiago. En ese viaje pasó por Valparaíso, sin embargo no tuvo la oportunidad ni siquiera de conocer los alrededores de la estación. El día 23 de mayo de 1921 soñó que su padre le decía que contactara a un abogado, Rafael de la Beu, que tenía un sobre para él. “Sin conocer el puerto llegó al lugar que le indicaba el sueño y recibió un sobre con $1.900 pesos, el reloj de su padre, su argolla y varios papeles”[12].
Luego de su primera experiencia parasicológica, Galté fue convencido por su amigo Ricardo Prat Chacón, hermano de Arturo, que poseía un don que debía desarrollar y poner al servicio del prójimo. Invitándolo a una reunión mediúmnica[13]. Su tío, Jacinto Chacón, actuaba como médium desde 1875, creando un círculo espiritista en Valparaíso, en el cual también participaba su esposa, Rosario Orrego. “A estas sesiones se unió el sobrino de ambos, Arturo Prat Chacón, anhelando comunicarse con su hija y su padre fallecidos. La esposa de Prat, Carmela Carvajal, siguió participando en estos encuentros después de la muerte del héroe para mantener contacto con su espíritu. (…) Los masones encontraban coincidencias entre las ideas que proponía la Masonería y las difundidas por el espiritismo, pues ambos creían en la existencia de Dios y en la inmortalidad del alma. Y este acercamiento no sólo se dio en Chile, sino que fue común entre los masones en Francia y en España, por citar sólo dos ejemplos”[14].
En una de esas reuniones, que se efectuó en la Intendencia de Valparaíso, frente a la máxima autoridad provincial, lo hicieron concentrase y poner su mente en blanco… Galté súbitamente perdió el conocimiento. Cuando volvió en sí, el intendente se paseaba agitadísimo, de un extremo a otro de la habitación. Galté había escrito por la mano de un tripulante del barco Itata: “Soy fulano de tal. Acabo de morir en el hundimiento del Itata. Por favor vaya a mi casa del Cerro Barón. En el segundo cajón de la cómoda que se encuentra en el dormitorio, encontrará una cajita en cuyo interior hay 200 pesos. Entréguele cien de ellos a ni madre y los otros cien a mi mujer”[15].
Su nieto cuenta que el Intendente se paseaba de un lado a otro, llamó a todas partes. Las respuestas fueron alentadoras: “El Itata navega normalmente frete a Coquimbo”. La autoridad le dijo a Galté que se había equivocado. Minutos más tarde pasaron algunos de los participantes de la reunión frente a la puerta de El Mercurio. “Un empleado sacaba una pizarra y empezaba a escribir ‘Hace unos poco minutos le barco Itata se hundió…’”[16]. Entonces corrieron a la empresa naviera y preguntaron por el firmante de la carta que Galté en estado de trance había escrito. “Figuraba en la lista de la tripulación, era el ayudante de cocina. Fueron a su casa en Cerro Barón y en el lugar indicado encontraron la caja con los 200 pesos”[17].
Sus dotes paranormales eran conocidas por mucho en la sociedad chilena. De hecho, con un grupo de profesionales, entre los que figuraban siquiatras, médicos, ingenieros y otros especialistas, funda la Sociedad Chilena de Parapsicología “en la que desempeñó el cargo de vicepresidente hasta el día de su muerte”[18]. Como señala la Revista Occidente: “a las sesiones de sanación de Jaime Galté siempre asistieron médicos, entre ellos los doctores Italo Alessandrini, Brenio Onetto, Francisco Becca, Eduardo Cruz Coke, Francisco Barrenechea, Ignacio Díaz y Roberto Donoso”[19].
El ingeniero venezolano, Carlos Mora Vanegas, secretario general de la Sociedad Chilena de Parapsicología, afirmó que a Galté le interesaba mucho la Parapsicología, los estudios paranormales, dado a que desde joven tuvo su primera manifestación a través de este sueño que quedó asentado en los libros de los sueños a cargo de esa Comisión de Estudio encabezada por la Dra. Elcira Pinticart[20] [21].
Jaime Galté también tenía contacto con el espíritu de Erik Halfanne, un médico suizo-alemán fallecido en Bolivia a principios de este siglo. El Doctor Halfanne se expresaba a través de Galté por medio de la escritura de mensajes con una enorme letra muy diferente a la suya. Rolando Urrutia, doctor en Economía, señala que: “Firmaba sus recetas con el nombre de doctor Halfanne. Incluso la letra con la que escribía no era la de él. Era una letra absolutamente distinta, era otra persona. Debe haber sido un excelente médico me imagino, creo yo. Y que por alguna razón, su personalidad se trasplantó y adoptó, en determinado momento, a Don Jaime. Entró en él. Y actuaba a través de él y firmaba a través de él. Porque don Jaime no sabía de medicina[22].
Carlos Mora Vanegas señala que Galté se concentraba profundamente hasta poner la mente en blanco. “Luego sentía un adormecimiento que empezaba en los pies y subía hasta la cintura y otro que, partiendo de la cabeza, bajaba por su cuerpo. Galté sólo recordaba que se unían estos dos adormecimientos o corrientes en su plexo solar, y perdía toda conciencia hasta que despertaba una vez finalizada la sesión de espiritismo[23].
Pero Jaime Galté Carré no sólo podía curar a la gente sino que en él se encarnaban otras personalidades. Y una de estas personalidades era Mr. Lowe[24]. Mr. Lowe hablaba y un grupo de personas tomaba nota. En esa época no había grabadores, así que se tomaban notas casi taquigráficas. Mister Lowe era un personaje muy interesante, activo y de una espiritualidad elevadísima.
Durante décadas, los mensajes fueron taquigrafiados y, más tarde, grabados. Galté los recopiló y los vertió en dos libros: Ante el umbral y En el umbral. En ellos se analizan puntos claves de la existencia humana y se exponen los que -para Mr. Lowe- eran los pilares de la verdad: amor, caridad y sinceridad. Otro libro que aparece con la firma de Lowe es El escarabajo sagrado, editado por el Círculo Martinista Jaime Galté en 1972.
Carlos Mora Vanegas recuerda que le llamaba mucho la atención los otros dones de Galté, como el de experiencia fuera del cuerpo (OBE) que lo demostró en varias oportunidades, al desdoblarse para ir a atender a pacientes lejanos y diagnosticarles sus males y buscar cómo solucionarlos: “Tal fue el caso de un conocido nuestro, el diplomático y escritor Miguel Serrano, a quien Galté visitó desdoblado y como lo atestigua Serrano, acudió a Galté a visitarlo, por una parálisis sicosomática. Apenas tratado, su mal desapareció. Pero el escritor no pudo agradecerlo: Galté desapareció de su vista en la habitación. Era su cuerpo astral el que le había intervenido”[25].
Miguel Serrano sostiene que: “La profesión del médium era sumamente peligrosa porque ellos manejaban fuerzas que ellos no controlaban. Ellos no eran conscientes de esos poderes que manejaban. Y por lo general estos poderes se volvían al final en contra del propio médium que estaba gastando mucha energía, ya que vivían de esa misma energía. Por lo general estos médium terminaban o locos o gravemente enfermos”[26].
Las numerosas curaciones realizadas fueron cansando enormemente a Jaime Galté Carré, lo que está comprobado le ha sucedido a otros médium. Su último instante de vida o primer instante de muerte está registrado a las 8:35 horas del 1° de noviembre de 1965.
Gustavo Frías señaló en el programa de TVN ¿“Y si fuera cierto”?, dedicado a Galté, que gracias a su nombre “por primera vez un templo masónico abrió sus puertas a la televisión chilena”[27]. Marino Pizarro, ex rector de la Universidad de Chile, señala que Galté fue un hombre importante para la masonería: “Diría que si no hubiese muerto en el año 1965 habría llegado al cargo de Gran Maestro que se lo merecía de antes ya. Influyó notablemente la educación masónica en él. Y más que nada lo que es la esencia de la masonería que es el humanismo. El estudio del hombre, la creencia del hombre y el respeto por la personalidad humana. Yo creo que eso lo identifica plenamente a Jaime Galté”[28].
Gustavo Frías[29] le pregunta al Gran Maestro: Si dentro de los principios de la masonería está el racionalismo cartesiano ¿cómo es posible que este racionalismo haya aceptado la facultad del Sr. Galté? Marino Pizarro contesta: “Yo creo que influye mucho la sabiduría del hombre. Su ilustración. Su cultura. Un hombre culto es capaz de respetar creencias religiosas, y políticas. Sin necesidad de que esté participando en alguna de ellas. Yo creo que eso es lo que ha hecho que Jaime Galté haya podido tener este lado tan importante en su vida[30].
En el lanzamiento del libro “Jaime Galté” participarán el Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, Luis Rivero, el abogado, escritor y director del Instituto Sincronía, Jaime Hales y el autor del libro, Sergio Salinas Cañas.
Por Aldo Fernández
NOTAS
[1] Sus integrantes son miembros de la Logia Cóndor N° 9 de la Gran Logia Masónica de Santiago de Chile.
[2] Grupo de Estudios Jaime Galté, Prólogo: Galté, el Maestro Espiritual más allá del tiempo
[3] José Bravo Llantén, Jaime Galté: un masón insólito, Anuario Pentalpha N° 9, 1993, Edición en PDF 2011, 3p.
[4] Prometeo, Jaime Galté Carré: http://prometeo.bligoo.com/content/view/260899/Jaime-Galte-Carre.html#.VL0stNKG9HU
[5] José Bravo Llantén, Jaime Galté: un masón insólito, op. cit., 3p.
[6] Fernández, Aldo, A 50 años de la muerte de un notable médium chileno. http://www.elciudadano.cl/2015/10/31/227561/a-50-anos-de-la-muerte-de-un-notable-medium-chileno/
[7] Catalina Uribe Echeverría, El cuerpo presente de Jaime Galté Carré: entre el positivismo y la voz de los muertos, Revista Chilena de Literatura. Sección Miscelánea/Noviembre 2010, 21p. http://www.revistaliteratura.uchile.cl/index.php/RCL/article/viewFile/9047/9006
[8] Fernández, Aldo, A 50 años de la muerte, op. cit.
[9] En algunos textos aparece como Memphis Mizraim.
[10] Claudio Cáceres Vidal, Antecedentes sobre el Rito de Menphis y Misraim. http://memphis-misraim.cl/v1/index.php/temas-articulos/95-antecedentes-sobre-el-rito-de-menphis-y-misraim
[11] Francisco Gamboa Galté, Su primera manifestación paranormal, fue un sueño con su padre. http://fgamboag.wix.com/jaimegalte#!primera-maniefestacin/c1k3r
[12] Ibid.
[13] Carlos Mora Vanegas, Recordando a Jaime Galté Carré: http://www.gestiopolis.com/canales6/rrhh/carecordando.htm
[14] Catalina Uribe Echeverría, El cuerpo presente de Jaime Galté Carré, op. cit., 25p.
[15] Francisco Gamboa Galté, La increíble historia del hundimiento del vapor Itata. 28 de Agosto de 1922. http://fgamboag.wix.com/jaimegalte#!quienes-somos2/ck2z
[16] Ibid.
[17] Ibid.
[18] Prometeo, Jaime Galté Carré, op. cit.
[19] Revista Occidente, ¡Gracias a él yo estoy aquí! La ayuda del Médium Jaime Galté, N°436, enero-febrero, 2014, 21p.: http://www.revistaoccidente.cl/ediciones-anteriores/ed436/index436.html#p=20
[20] Carlos Mora Vanegas, Recordando a Jaime Galté Carré: http://www.gestiopolis.com/canales6/rrhh/carecordando.htm
[21] La oftalmóloga Elcira Pinticart de Wessely es autora de los libros Tres conferencias: Dr. Alexis Carrel; Profetas y premoniciones; Números y espirales y la parapsicología, primera edición, 1975, Santiago de Chile, Universitaria y Mi vida nocturna, Santiago de Chile, Universitaria, 1976. La doctora fue una de las personas que más conoció a Jaime Galté. Intercambio epistolar con Carlos Mora Vanegas, op. cit.
[22] Entrevista con Rolando Urrutia, Silvio Caiozzi, “Historia de un médium”, TVN, programa ¿Y si fuera cierto?, 1995.
[23] Carlos Mora Vanegas, Recordando a Jaime Galté, op. cit.
[24] Entrevista con Francisco Donoso, Silvio Caiozzi, “Historia de un médium”, op. cit.
[25] Carlos Mora Vanegas, Recordando a Jaime Galté, op. cit.
[26] Entrevista a Miguel Serrano, Silvio Caiozzi, “Historia de un médium”, TVN, programa ¿Y si fuera cierto?, 1995.
[27] Silvio Caiozzi, “Historia de un médium”, op. cit.
[28] Entrevista con Marino Pizarro, Silvio Caiozzi, “Historia de un médium”, op. cit
[29] Silvio Caiozzi, “Historia de un médium”, op. cit.
[30] Ibid.