Las mujeres… por las mujeres: Revisión a Manual introductorio a la Ginecología con Plantas

La inclasificable Pablita Pérez, en conjunto con las editoriales independientes La Picadora de Papel y CorazónIngobernable, se encargó de investigar, recopilar y editar numerosas experiencias y saberes tradicionales y ancestrales de las mujeres, que actualmente no se encuentran fácilmente en ninguna parte

Las mujeres… por las mujeres: Revisión a Manual introductorio a la Ginecología con Plantas

Autor: Wari

La inclasificable Pablita Pérez, en conjunto con las editoriales independientes La Picadora de Papel y CorazónIngobernable, se encargó de investigar, recopilar y editar numerosas experiencias y saberes tradicionales y ancestrales de las mujeres, que actualmente no se encuentran fácilmente en ninguna parte.

Además de realizar talleres de autoconocimiento y de manejo de plantas para la salud de la mujer, su primera publicación respecto a este tema, de carácter artesanal y de edición limitada, Manual introductorio a la Ginecología con Plantas ha sido fruto de excelentes críticas e inmejorable recepción por parte de quien ella considera su único público importante: las mujeres de toda clase y edad, de toda geografía posible. No la crítica académica ni la apología mediática, las mujeres de verdad.

A continuación un extracto de la introducción que ella misma realiza en las páginas del libro:

Este es un manual introductorio que no intenta resolver todas las dudas sobre tu cuerpo. Al contrario: pretende poner en duda la forma en cómo te relacionas con él, y desde allí comenzar un camino hacia la recuperación y control de nuestra sexualidad usurpada.

Este manual es la recopilación y al mismo tiempo re-edición de varios artículos, recetas caseras y secretos tradicionales practicados por diversas mujeres a través del tiempo. Éstos han resistido de voz en voz y de cuerpo en cuerpo, convirtiéndose así en nuestros secretos de brujas mejor guardados… Todos han sido probados, y están basados en experiencias personales diversas, así es que ten en cuenta que cada mujer es distinta, por lo que todo puede variar en efectos. Te recomendamos que confíes: que nada de esto te puede matar, al contrario, el contacto con las plantas te ayudará a conocerte y a tomar conciencia de la autonomía que llevas dentro.

Debido a que éste es sólo un manual introductorio resultó imposible incluir todos los temas que conciernen a nuestra sexualidad. Recuerda que es sólo un repaso por temas relevantes y recurrentes entre nosotras, pero si te animas a hacer la prueba encontrarás que es un gran paso hacia el reconocimiento y autocuración de nuestros cuerpos.

Toda la información expuesta en las páginas de este manual es información de la cual es necesario apropiarse, discutirla y trabajarla personal y colectivamente; las respuestas definitivas están en cada una de nosotras en la medida en que confiemos en nosotras mismas.

Es sorprendente escuchar a nuestras madres y abuelas comentar sobre el antiguo estilo de vida que ellas tuvieron. Donde ellas solían parir en casa, en un ambiente grato con ayuda de parteras o comadronas, donde la cesárea, las amarras, golpes, gritos del personal médico, inyecciones, maltratos y humillaciones eran desconocidas. Donde las mujeres tenían leche en abundancia para amamantar a sus hijos y éstos se mantenían bastante sanos, sin necesidad de ir al médico cada mes y recibir una vacuna infestada de mercurio que les puede provocar serios problemas mentales hasta llegar al autismo…

Existía una gran diferencia en cuanto al estilo de vida y las conductas de alimentación en las personas, pues no existían tantos productos refinados en el mercado, habían menos tiendas de comida rápida (chatarra) y los niños comían menos golosinas y más frutas, salían a correr con sus amigos, en lugar de estar todo el día frente a la televisión o computadora.

Pero bueno, esto no comienza hace un par de decadas atrás. Ya desde la conquista de América todo ha sido radicalmente distinto en cuanto a las costumbres y tradiciones de nuestros ancestros. Casi todo culturalmente nos fue extirpado de golpe, se nos impuso una religión monoteísta, inquisidora, bajo las leyes divinas de la Corona Española en una incesante búsqueda de oro. Todo comenzó a oscurecerse. Nuestro sol ya no brillaba como antes, ahora brillaba el oro, pero bañado en sangre, asesinando y persiguiendo a nuestras curanderas, brujas y parteras. Por suerte, en distintos lugares de Sudamérica, como en el sur de Chile, en Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, entre otros, las comunidades siguen resistiendo con sus tradiciones, siguen con sus partos naturales y alejados de toda medicina occidental, y su calidad de vida es muy sana.

Nuestras vidas actuales giran en torno a la medicación, bajo una sociedad del pánico que es capaz de cenar un cóctel de antibióticos antes de enfermarse siquiera, con tal de que eso no suceda. Antes de nacer ya estamos destinados a ser “pacientes”, amparados por una industria médica farmacéutica clasista y de dudosos intereses.

Una realidad avalada por el poder religioso y médico, la mujer se ve hoy despojada de todo el conocimiento de su cuerpo, no es capaz de comprenderse, autocomplacerse, ni siquiera de reconocerse. No entendemos lo que nos sucede, y por otra parte hemos crecido odiando nuestros cuerpos, ya sea por disconformidad o por  “problemas” menstruales y menopáusicos, agravados por una sobredosis descarada de hormonas innecesarias.

Es impresionante cómo el número de cesáreas aumenta, aquel desgarro antinatural que hace parir a una mujer innecesariamente intervenida quirúrjicamente, sometiendo a miles de mujeres a horribles secuelas y en casos la muerte, sin contar las repercusiones en los recién nacidos debido al estrés provocado en sus primeras horas de luz. Todas estas disciplinas se encuentran arbitrariamente desdeñando aquella sabiduría de brujas que supo de abuelas autorregular su fertilidad bajo los ciclos de la luna y palpando el calor de su vientre, todos esos secretos de brebajes para aquellos simples malestares, los sabios remedios para abortar, la sabiduría de ayudar a otra mujer a parir sin dolor, sin miedo, sin violencia y con placer.

Nunca jamás la mujer necesitó un médico para desarrollarse sexualmente, procrear, vivir libre, y sanamente. No son los libros antropológicos de antaño quienes teóricamente afirman esto, es la realidad que se vivió y se continúa viviendo en muchas partes del mundo, es la simple realidad de vivir sin esta paranoia de la medicina y recuperar nuestra sabiduría ancestral, que no necesitamos someternos y abandonar nuestras inquietudes a la maquinaria médica, que sólo necesitamos unirnos, desearnos, y querernos como serpientes, como úteros que palpitan libres, valientes y placenteros.

Más información en http://www.ginecologianatural.wordpress.com,
donde se puede encargar el Manual.

El Ciudadano


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