Por Félix Madariaga
Se denomina BRICS al conjunto de cinco países que partieron formando este grupo y trabajando de forma consensual en áreas como el comercio, inversión, tecnología y finanzas, con el fin de promover sus intereses en común en el panorama mundial, buscando hacer frente a la hegemonía de otras instituciones internacionales como el G7 o el Banco Mundial. Este grupo se fundó formalmente en el año 2006 cuando los líderes de los países miembros celebraron una reunión en Nueva Delhi, India. En el año 2010 Sudáfrica se unió al grupo para formar lo que hoy se conoce como BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
El BRICS es visto por muchos como un importante contrapeso a los países del G7 y su rol en la economía mundial es una cuestión que está generando debate y controversia, sobre todo, por los importantes resultados que han obtenido. El objetivo del BRICS es buscar una mayor independencia económica y financiera, especialmente en lo que respecta al sistema global y las instituciones financieras internacionales. También busca fortalecer los sistemas multilaterales entre estos países y también con otros que no son integrantes.
Otro de sus objetivos es impulsar a países emergentes y economías en desarrollo para que logren alcanzar su potencial de crecimiento; y de esta manera, crear un sistema político y económico mundial más justo y equilibrado.
Economías emergentes vs economías maduras
En conjunto los países del BRICS constituyen una gran parte de la población mundial y una proporción significativa del PIB mundial. El grupo reúne alrededor de 3.500 millones de personas (cerca del 45% de la población mundial) y según proyecciones del FMI, en 2028 los países del BRIC representarán el 33,6% de la producción mundial. Estos países en conjunto tienen un gran potencial de mercado, cuentan con una importante fuente de mano de obra y manejan recursos naturales claves para las economías mundiales.
Los BRICS+ en el panorama mundial
Sin duda los BRICS han surgido como una alternativa al orden económico y político dominado por naciones occidentales, lo que está generando un cambio en el equilibrio del poder global. Han formado nuevas alianzas y acuerdos con otros países emergentes y con algunos países desarrollados, lo que les ha dado mayor influencia política y diplomática en organizaciones internacionales como las Naciones Unidas, lo que se verá reforzado con el ingreso, a partir del 1 de enero 2024, de cinco nuevos miembros: Irán, Egipto, Etiopía, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, que en conjunto conformarán los BRICS+.
Han permitido una profundización de la cooperación económica, ya que los países del BRICS han establecido instituciones financieras para competir con las existentes y han intensificado su cooperación económica en áreas como el comercio, inversión y tecnología con países en desarrollo.
A pesar de las oportunidades de cooperación y colaboración entre los países miembros del BRICS, también existen tensiones entre ellos y con otras potencias mundiales que no están en el grupo, lo que podría generar conflictos, crisis económicas y políticas.
Hoy en días las naciones BRICS son conocidas por su significativo crecimiento económico y su influencia creciente en asuntos globales; en conjunto representan un 42% de la población mundial, el 23% del PIB mundial, alrededor del 30% del territorio terrestre y más del 18% del comercio mundial; comenzaron a organizarse como bloque económico y político, celebrando cumbres anuales desde el año 2009 y estableciendo el Nuevo Banco de Desarrollo, conocido como el Banco BRICS desde el año 2014, el que está diseñado para financiar proyectos de desarrollo sostenibles en esos países y en otras economías emergentes y en desarrollo, aumentando su influencia en la economía mundial.
Cada vez más tiende a debilitarse y desaparecer el dólar como moneda de intercambio. Los BRICS podrían constituir una alternativa, una manera diferente de transar con otra moneda, otro sistema internacional libre de sanciones, libre de imposiciones por parte de las grandes potencias reunidas en el G7 (liderado por Estados Unidos) y otros países europeos. Los BRICS representan la libertad de usar la moneda que quieras.
Imagínense también si se lograse un bloque militar entre los BRICS, donde participan las mejores economías del mundo, Rusia, China, Brasil, India, Irán. Lamentablemente muchos países son extorsionados por EEUU para continuar utilizando el dólar bajo amenazas de represalias y corte de las ayudas. Será interesante ver la evolución con la incorporación de nuevos países que aportarán ideas, recursos, personas, a un proyecto que podría convertirse en una seria y clara alternativa a la tradicional hegemonía occidental, que sólo explota a los países en desarrollo, y no los considera sus socios en la construcción de sociedades más libres, solidarias y equilibradas. Un caso claro es el de Argentina.
Argentina era uno de los países que había sido invitado a incorporarse al BRICS, sin embargo, con la llegada del nuevo gobierno de Javier Milei, se anunció la negativa, ya que los compromisos de los nuevos administradores estaban ya firmados con Estados Unidos; es así como a fines de 2023 anunciaron oficialmente su retirada, anunciando nuevas medidas económicas para su país, entre las que lamentablemente destacan el cese de obras públicas y la cancelación de contratos que ya estaban aprobados. Esto tiene como consecuencia inmediata que abruptamente aumentará la tasa de cesantía, habrá mucha mano de obra paralizada, lo que en el mediano plazo profundizará la crisis económica que ya afecta a los trabajadores y provocará un aumento insostenible de la extrema pobreza.
Otra de las medidas tomadas por Milei es el fin de los subsidios en energía y transporte público, lo que aumentará los precios de los pasajes en los transportes públicos y estatales, y esto se verá reflejado directamente en los trabajadores que los utilizan, reduciendo aún más su poder adquisitivo; y junto a ello ha anunciado también la reducción de la plantilla del Estado, lo que ya ha dejado a miles de cesantes nuevos.
En la nueva estructura del Estado argentino, los ministerios pasaron de 18 a 9, y las secretarías de 106 a 54. Esto significa más despidos, más cesantía y mayor presión para los funcionarios que quedan. Otra medida es la reducción “al mínimo” de las transferencias que el Estado hace a las provincias, las que en muchos casos dependen del gobierno central para funcionar. Estos son sólo algunos ejemplos de una política que no se entiende, medidas que no contribuyen al desarrollo económico integral de la nación. El fin del sistema SIRA, por el cual el Estado decidía qué importadores tenían acceso o no a dólares para cancelar sus pagos en el exterior, se reemplazará por un sistema estadístico y de información que no requerirá de la aprobación previa de licencias: el que quiera importar, ahora podrá hacerlo, ¿pero a qué precio?
Ante estas medidas –del todo opuestas a los principios del BRICS- más de un centenar de economistas de todo el mundo firmaron un texto en el que alertaron al resto del mundo que las propuestas del ultraliberal argentino son “potencialmente muy perjudiciales para la economía y el pueblo argentino”; entre ellos destacan, entre otros, por la India, Jayati Ghosh, el serbio Branko Milanovic, el francés Thomas Piketty o el colombiano José Antonio Ocampo. El de Argentina es un esquema neoliberal que ya conocemos, que ha sido aplicado en muchas de nuestras naciones, también conocemos de cerca las consecuencias en la piel de los más pobres. Tal vez, y sólo tal vez, si nos permitiéramos pensar en que un mundo distinto es posible, comprenderíamos la enorme importancia que puede tener para las personas reales el crecimiento y consolidación del BRICS.
Por Félix Madariaga
Fuentes:
https://es.statista.com/grafico/30676/paises-miembros-del-g7-y-brics
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