Sus relaciones no son tan idílicas como se pensaba. Las separaciones y el abandono de las crías son frecuentes entre los pájaros. The Bird Detective, de Bridget Stutchbury, se ha publicado en Canadá. El libro se centra en los pájaros cantores y recoge 20 años de estudios.
Tienen fama de ser animales fieles y de conservar a la misma pareja durante toda su vida. Sin embargo, las separaciones, las infidelidades y el abandono de las crías son frecuentes también en el mundo de los pájaros. Al menos eso sostiene la etóloga Bridget Stutchbury en su último libro, ‘The Bird Detective. Investigating the secret lives of birds’ (El detective de los pájaros. Investigando sus vidas secretas), donde analiza cómo se desarrollan las relaciones sociales de estos animales.
Los pájaros de Norte América, que recorren miles de kilómetros cada año, tienen tasas mucho más altas de infidelidad que los que viven todo el año en zonas tropicales.
El libro, que fue publicado en Canadá el pasado mes de abril, recoge las conclusiones de más de 20 años de estudio de Bridget Stutchbury, profesora de Biología en la Universidad de York, en Toronto. «Con frecuencia, los humanos creen que los animales son simples, pero se equivocan. Su comportamiento es complejo y fascinante», explica la autora a través del correo electrónico.
«Algunos de los bailes de cortejo de los machos son ridículamente tontos (a nuestros ojos) aunque lo cierto es que sus cantos y la coloración (de sus plumas) son elaborados. ¿Cómo ocurre esto? ¿Por qué las hembras prefieren a los machos con más ornamentos? Mi objetivo era llegar a entender mejor el mundo natural, sorprenderme por su complejidad y sofisticación», afirma.
FRECUENTES INFIDELIDADES
La autora analiza cuestiones como por qué algunas especies eligen vivir en soledad mientras que otras prefieren ser parte de grupos muy masificados, o las razones por las que algunos padres tratan de forma distinta a sus crías dependiendo de su sexo.
Para llevar a cabo la investigación, Stutchbury se centró, sobre todo, en pájaros cantores, un grupo que engloba a una gran cantidad de especies. «Los pájaros de Norte América, que recorren miles de kilómetros cada año, tienen tasas muy altas de infidelidad (un 40% en el caso de las hembras) si los comparamos con los pájaros que viven todo el año en zonas tropicales».
Por otro lado, muchas especies de pájaros cantores con rasgos poco atractivos -con machos y hembras diferentes- tienen una amplia variedad de cantos que las féminas utilizan para elegir pareja. En otras especies, los machos tienen un plumaje colorido y las féminas no.
Asimismo, la autora subraya que estos animales son muy sensibles a los cambios que se producen en su entorno pues les obligan a cambiar sus hábitos para adaptarse a la nueva situación y lograr sobrevivir. Por ejemplo, el cambio climático adelanta la puesta de huevos, según la etóloga. Del mismo modo, algunos pesticidas o la polución de las ciudades pueden modificar su capacidad para cantar. Cuando la deforestación les obliga a emigrar a plantaciones de café, pierden parcialmente sus colores brillantes y sus elaborados cantos.
LAS HEMBRAS, MÁS EXIGENTES
Respecto a las diferencias entre machos y hembras, la principal es que los machos no ponen huevos: «Esto puede resultar obvio, pero tiene enormes repercusiones en su comportamiento», explica Stutchbury. «Los machos, en teoría, tienen suficiente esperma para inseminar a decenas de hembras y tener muchas crías. Por tanto, los pájaros con rasgos más atractivos (canto, color de su plumaje o bailes de cortejo) resultarán fuertemente favorecidos con el tiempo. El comportamiento de los machos se asocia con copular con muchas hembras sin tener que elegir demasiado».
Por el contrario, las hembras ponen un número limitado de huevos en cada estación (4 ó 5 en el caso de los pájaros cantores que migran, y 2 en las especies tropicales). En definitiva, «tienen más trabajo que los machos y son mucho más exigentes a la hora de elegir a su pareja», concluye la autora.
Por Teresa Guerrero
Fuente: www.elmundo.es
Fotografía de Frans Lanting: Cortejo entre albatros