Por decisión de la Asamblea General de la ONU el 18 de diciembre se celebra el Día Internacional del Migrante, con la finalidad de impulsar el intercambio de experiencias y oportunidades de colaboración por parte de los países y regiones, ante las dificultades de la migración internacional.
Con la creación de esta efemérides se pretende visibilizar los retos, dificultades y adversidades que deben afrontar los migrantes en el mundo, así como efectuar un llamamiento a las naciones del mundo para contribuir a que la migración sea un proceso seguro, regular y digno.
La migración humana está referida a los procesos de migración voluntaria o forzada de personas de su país de origen o residencia, de manera permanente o temporal, indica el portal web de la ONU.
El principal motivo de la migración es la posibilidad de mejorar la calidad de vida para los migrantes y sus familias, así como superar las desigualdades económicas, sociales y demográficas de sus países de origen:
- Hambre.
- Desempleo.
- Conflictos bélicos.
- Persecuciones por motivos políticos, ideológicos o religiosos.
- Cambios climáticos y catástrofes naturales.
También influye el hecho de que los países más desarrollados requieren de mano de obra que difícilmente pueden cubrir con residentes locales. Se requiere la presencia de inmigrantes que puedan realizar cierto tipo de tareas, con una baja remuneración y sin beneficios adicionales en la mayoría de los casos.
Al aumentar la población activa y el número de consumidores y aportar su capacidad empresarial, los migrantes impulsan el crecimiento económico en los países de acogida.
Por otra parte, los avances tecnológicos, de infraestructura y alta movilidad de capitales de las naciones han impulsado los procesos migratorios.
Paradójicamente, las políticas migratorias restrictivas impuestas por los países, aunado a las manifestaciones de xenofobia han limitado tales procesos, contribuyendo al incremento del fenómeno social de las «personas ilegales» o «sin papeles».
En la actualidad, los esfuerzos se centran en la cooperación internacional para la protección de los derechos humanos de los migrantes, así como fomentar el desarrollo y la sostenibilidad de las naciones.
- En 2019 el número de migrantes alcanzó la cifra de 272 millones, 51 millones más que en el año 2000.
- Existen aproximadamente 68 millones de personas desplazadas por la fuerza, entre los que se incluyen 25 millones de refugiados, 3 millones de solicitantes de asilo y más de 40 millones de desplazados internos.
- En 2018, cerca de 3.400 migrantes y refugiados han perdido la vida en todo el mundo.
- Se estima que hay 36,1 millones de niños migrantes.
- Por continentes, Asia acoge el 31% de la población de migrantes internacionales, Europa el 30%, las Américas acogen el 26%, África el 10% y Oceanía, el 3%.
Lema 2021: Reimaginar la movilidad humana
Los migrantes contribuyen con el desarrollo de comunidades más fuertes y resilientes, especialmente en la lucha contra la pandemia por COVID-19.
Ellos han sido los principales afectados por esta situación sanitaria a nivel mundial, siendo desalojados, discriminados y con riesgos de ser víctimas de trata y explotación.
Unido a ello, han perdido sus puestos de trabajo, sin posibilidad de generar ingresos para su subsistencia.
Miles de migrantes se encuentran sin un lugar donde vivir y sin posibilidades de regresar a sus hogares, debido a las restricciones impuestas por la pandemia. Otros han sido forzados a regresar a sus países de origen, anulando la posibilidad de mejorar sus condiciones de vida.
Es de vital importancia que los países y regiones continúen asumiendo los compromisos en la promoción y la protección de los derechos de los migrantes, independientemente de su condición legal. De esta manera se contribuirá con u
un futuro más prometedor para los migrantes de todo el mundo.
La migración como proceso promueve la dignidad, ofreciendo a las personas que hayan tomado la decisión de migrar de manera voluntaria o por una causa de fuerza mayor la posibilidad de protegerse, liberarse o ponerse a salvo de situaciones y circunstancias externas que atenten contra su integridad.
Se debe establecer como prioridad dignificar la migración, ofreciendo un trato digno y respetuoso a los migrantes sin discriminación alguna, con respeto a la diversidad y la inclusión social.
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