MediaBanda: Entre la seguridad, el anti-ego y las terminaciones no deseadas

Algunos de los mejores artistas de la historia son aquéllos que nos han hecho sentir que vivimos en mundos que no son simples


Autor: Mauricio San Cristóbal M.

Algunos de los mejores artistas de la historia son aquéllos que nos han hecho sentir que vivimos en mundos que no son simples. O, al menos, más complejos del que ya habitamos de por sí. Los integrantes de MediaBanda han conseguido parte de eso con sus acabados trabajos, titulados “Entre la inseguridad y el ego” y “Dinero y terminación nerviosa”, y que si bien no desplegaron durante su presentación en la plenitud que les habría gustado a los asistentes, transmitieron en cada una de las piezas que entregaron de manera casi continua.
Para comenzar el ritual, la banda -o alguna parte de ella- despliega sus partituras en los atriles respectivos. Se encienden los teclados, se conectan los amplificadores, mientras otros instrumentos siguen enfundados. Madre e hija, Arlette Jecquier y Regina Crisosto, respectivamente, miran desde un costado y comentan algo entre risas. La cosa está por comenzar. Una imágenes se proyectan en el fondo del escenario, algo que hace evocar las presentaciones de Fulano en los finales de los ochenta, y ya.
Arrimarse bien cerca del escenario parece ser lo más preciso y tener así a un golpe de vista el despliegue de cada integrante, algo que La Batuta regala con magnanimidad. En primera línea, las mencionadas parientes despliegan su particular vocalidad, junto a las dos guitarras (Sebastian Dintrans y Diego Aguirre) que atraen y convocan la mirada. En una segunda línea, teclado, bajo, batería y bronces conjugan el resto de la formación, que construyen esa atmósfera de imprevisibilidad regulada que aparece en los discos, y que en directo se amplia aún más. Como se notó en “Inspiración líquida” o en la solicitada y dedicada “Jah, no quedan huiros”.
La actuación del grupo, a imagen y semejanza de lo que quieren reflejar sus dos registros, reiteró la telepática interacción de sus componentes, el desequilibrante equilibrio de sus discursos musicales -en una jornada donde Cristián Crisosto guardó un extraño silencio-, además de la valía de las composiciones, donde se engarzaron con naturalidad contagiosa aquellos temas más densos, con esas raras lecturas de la realidad que construyen sus integrantes y que terminan desplegando y dando pie a “El pulgar del diablo”. Toda una concepción creativa que sólo cabe atender y disfrutar.
Por eso cabe volver a decir que la construcción evocativa, presente, nueva y permanente que ofrece Media Banda se construye no sólo en esas piezas, sino en cada detalle, en cada aparición de los invitados, en cada frase, ironía o recuerdo, en cada imagen que se proyecta en el telón, en cada grito que surge desde la sala –aunque sólo haya escuchado la de Ponce- y en cada registro que se mantiene por escasos segundos en el aire. Parece increíble que los minutos que duró la actuación se vuelen en un soplido y que, a la vez, se instalen para siempre. El tiempo transcurre y el final se acerca irremediablemente. El bis no se produce. Los gritos no logran el regreso. Ya se escucha otra música.

MediaBanda
La Batuta
Viernes 27 de junio
$ 5.000 y $3.000

www.mediabanda.cl

Texto: Jordi Berenguer
Fotos: Eve Cazenave


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