Alguien dijo alguna vez que la medicina occidental se ocupa de la enfermedad y no de la salud. Sin lugar a dudas, la medicina china se ocupa de la medicina preventiva.
De acuerdo a la concepción china toda enfermedad es consecuencia de un desequilibrio de energías.
Las energías están en todo y se concretizan en nuestra estructura, en nuestro cuerpo, mente, alma, sentimientos y espíritu.
Las energías corren a través de nuestro cuerpo, circulan. La enfermedad es fruto de la mala circulación de la energía.
El desequilibrio suele ser provocado por agresiones internas, como por ejemplo emociones excesivas que nos debilitan nuestro potencial energético e inmunitario del organismo.
Las agresiones externas, frío, viento, humedad, calor, sequedad, un virus o la alimentación también nos desequilibran y debilitan nuestra energía.
Deja de circular nuestra energía con fluidez cuando el problema es de la esfera emocional. Nos bloqueamos provocando un taponamiento. El cuerpo avisa a través de fatiga, dolor de cabeza, de espalda, molestias gástricas, etc. De no curarse, la energía estancada se va acumulando como la grasa en la cañería produciendo quistes o tumores.
Las energías se relacionan entre sí.
Las energías son cinco: Agua, Madera, Fuego, Tierra y Metal. Todas están interrelacionadas en armonía entre sí manteniendo la vida. Si una se resiente, lo siente el todo y la armonía se rompe.
AGUA
El miedo afecta al reino del Agua que rige los riñones y la vejiga.
Inunda la médula, el cerebro, el útero, los globos oculares, debilita los huesos y los dientes, se cae el cabello y duelen las articulaciones.
Los excesos de sal, de cafeína, los químicos y estilos de vida alejados de los ritmos naturales atentan contra el Agua.
La solución es dormir más, relajarse y restablecer el equilibrio del sistema nervioso y estar en contacto con el elemento agua mejoran esta energía. Evitar el frío y alimentarse con porotos, particularmente los aduki, y algas como la spirulina sostienen esta energía.
MADERA
La cólera afecta al reino de la madera. La frustración, la rabia reprimidas elevan la energía y atacan al hígado.
Aparecen dolores de cabeza, contracturas, trastornos visuales, problemas digestivos y calambres, entre otros síntomas.
Estar junto a los árboles, abrazarlos, tocarlos y escucharlos armoniza la Madera. A nivel alimenticio se recomienda evitar frituras, carne y alcohol.
A su vez, toda forma de expresión artística libera energía madera. Cuando hay enojo reprimido, realizar trabajo de liberación con la voz, danza, ejercicio físico fuerte o golpes en la almohada sin lastimar ni lastimarse pueden disolver bloqueos.
FUEGO
La sobreexitación, cuando es excesiva, puede afectar al corazón y producir inestabilidad, falta de concentración y nerviosismo. La energía estalla en su máximo yang y crea un vacío que trae depresión.
También el desequilibrio Fuego puede manifestarse como dispersión, agitación, altos y bajos emocionales, hablar de más, etc. Es aquí cuando hay que practicar una respiración profunda, buscar un lugar donde sentir paz y meditar, orar, cantar mantras, cantos repetitivos o sólo mirar el agua (río o lago) para bajar.
Cuando falta el Fuego, la persona se siente deprimida, se siente que ha perdido conexión con la fuente, conviene mover el cuerpo, bailar, cantar, compartir y divertirse.
La incapacidad para reírse es el factor más triste que indica un desequilibrio Fuego.
Corazón y sangre son totalmente independientes. En el corazón, el Qi (energía vital) de la comida se transforma en sangre, y el corazón asegura su vitalidad de la sangre a través de su circulación. La sangre alimenta el corazón. Un corazón sano se traduce en una vida emocional equilibrada, una buena memoria y la capacidad de dormir bien.
La meditación es buena para equilibrar la energía fuego.
TIERRA
La obsesión provoca un enlentecimiento de la energía Tierra. De acuerdo a la sabiduría china, pensar en algo más de tres minutos es una obsesión.
Se debilita el bazo y la visión. Aparecen trastornos digestivos, de alimentación y apatía. La obsesión produce flema en el cuerpo que se estanca, esto puede convertirse en endurecimiento (glera) y hasta en tumor.
Se recomienda incorporar elementos para dispersar la humedad, como la spirulina, té verde, fenogreco y eliminar lácteos, dulce y harinas refinadas. Masticar bien la comida, controlarse con los dulces y comer cereales integrales es positivo.
Estar en contacto con la Tierra, trabajarla y descalzarse viene bien. También ayudan las actividades corporales de contacto como masajes, abrazos, juegos, etc.
METAL
La tristeza profunda, la melancolía daña los pulmones, aparece tos, flemas y deficiencias respiratorias.
El pulmón es quien controla el Qi de todo el cuerpo, purifica el aire y hace que descienda el Qi hacia abajo. Su órgano asociado es el intestino grueso, por lo no es raro estar resfriado y estreñidos o con diarrea.
El sabor picante ayuda a reunir energía Metal que está dispersa.
Aprender a relajarse y expresar las emociones es fundamental para mantener la fluidez de la energía.
Es recomendable la terapia de colon para mantener la energía metal en buen estado.
RELACIONES
Las potencialidades del ser residen en el AGUA.
Se expanden en la MADERA
Se manifiestan en el FUEGO
Se concretizan en la TIERRA
Y culminan en el METAL
Las energías nos sirven de ejemplo, pues de ellas estamos hechos.
El agua sirve a todos por igual, no selecciona ni limita.
La madera es flexible, si hay rigidez no hay cambios, aunque siempre mantiene su eje.
El fuego transforma, es el terreno de los sentimientos. Cuando el ser se enamora, brilla.
La tierra es la entrega incondicional. La que siempre da, no importa cuanto le pidan.
El metal nos habla de sentirnos atemporales, seres de eternidad e inmortales.
Por último, el ciclo de las energías, para tener en cuenta e ir observando como se sucede esto en la naturaleza y en nosotros es:
EL METAL CORTA LA MADERA,
LA MADERA PERFORA LA TIERRA,
LA TIERRA ESTANCA EL AGUA,
EL AGUA APAGA EL FUEGO,
EL FUEGO FUNDE EL METAL
Basado en textos de Verónica Kaehler
Fuente: www.8300.com.ar