Entre los únicos cuatro presentes en América y el Caribe, uno está en Cuba. En el mundo, hay 27 laboratorios especializados en detectar sustancias químicas en muestras de atletas. Las instalaciones del servicio cubano atiende a una decena de países y torneos, convocado por autoridades del deporte internacional.
«De cara a Tokio 2020, analizamos de 1.300 a 1.400 muestras de profesionales nacionales y foráneos de México, Ecuador, Panamá, Chile, Perú, República Dominicana, Venezuela, Honduras y Nicaragua», informó el director del Laboratorio Antidoping de La Habana, Rodney Montes de Oca.
El jerarca remarcó la importancia del laboratorio de antidopaje cubano para la región, donde solo hay otros tres más: en Canadá, Estados Unidos y Brasil. Pese al bloqueo económico, la isla recibe y analiza muestras clínicas enviadas por países mayoritariamente latinoamericanos, además de los trabajos a nivel nacional.
En tiempos normales, sin grandes competencias deportivas en el calendario, el centro procesa entre 30 y 50 muestras diarias, de acuerdo a Montes de Oca. Incluso en 2020, cuando la pandemia de COVID-19 paralizó el deporte en el mundo, el laboratorio no dejó de operar: equipamiento y materiales, cuyo periodo de conservación abarca de tres meses hasta 10 años, requieren una estricta y constante manutención.
Cuba cumple los criterios de calidad del instituto que le permiten renovar año a año su acreditación ante los organismos referentes del deporte mundial desde 2003. «Es válido destacar porque tiene carácter anual y en los últimos años más de 10 países lo han perdido», aseveró el director.
Así es como sus técnicos integraron el equipo antidopaje durante los Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016, así como los Panamericanos de Río en 2007 y Guadalajara 2011, en un portafolio de campeonatos que incluye también los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz en 2014 y de Managua en 2017, y los Sudamericanos de Cochabamba en 2018.
«Y una delegación de especialistas nuestros está convocada a Tokio 2020», anunció Montes de Oca.
Además, según el jerarca, la dirección del laboratorio cubano se encuentra actualmente «en comunicación constante con los organizadores de los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2022, con sede en El Salvador, para que el centro asuma las pruebas de ese evento».
¿Qué es y por qué hay un laboratorio antidopaje?
El Laboratorio Antidoping de La Habana, inaugurado en febrero de 2001, surgió a raíz de un episodio que involucró a la delegación de Cuba en Canadá, durante los XIII Juegos Panamericanos Winnipeg 1999. Un grupo de atletas de la isla, entre ellos, Javier Sotomayor, conocido como el Rey de las alturas, resultó positivo a la cocaína durante las pruebas de control.
Desde ese momento las autoridades de la nación caribeña emprendieron acciones para demostrar los malos manejos sucedidos con las muestras y la inocencia de los deportistas acusados. Además de Sotomayor, la campaña contra Cuba incluyó a los pesistas William Vargas y Rolando Delgado.
Incluso, durante una comparecencia en el mes de septiembre de ese año, el expresidente cubano Fidel Castro aseguró que cuatro días después de darse a conocer la presencia de metabolitos de nandrolona en la orina de Vargas y Delgado se efectuaron pruebas antidopaje en laboratorios europeos de Lisboa, Madrid y Barcelona.
Todos los exámenes resultaron negativos y el país acumuló la documentación oficial necesaria. Fue entonces cuando el desaparecido líder de la Revolución decidió crear el laboratorio, con el fin de defender la limpieza del deporte y brindar servicios de ese tipo en América Latina.
En este sentido, Montes de Oca expresó que para conservar la acreditación el centro debe hacer cinco rondas de exámenes al año y es la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) la que envía un grupo de pruebas al laboratorio con el fin de identificar la sustancia presente y el porcentaje de concentración de la misma.
Durante los seis meses previos a los Juegos Olímpicos se realizaron monitoreos sistemáticos para evitar el consumo de sustancias prohibidas en los atletas cubanos, medidas preliminares a la competencia en Japón.
«Si después de la última toma para el control antidopaje el deportista consumió alguna sustancia declarada como ilícita y resulta positivo es solo responsabilidad de él. El laboratorio se desentiende de un resultado analítico adverso. Para ello, utilizamos el pasaporte biológico, encargado de la detección de las huellas dejadas por esos químicos en el organismo», puntualizó.
Puntualizó que, en el caso de encontrar positivos, deben informar a las federaciones o comités que obtuvieron la muestra y a los organismos antidopaje internacionales ya que, en ocasiones, las sustancias identificadas provienen de algún medicamento ingerido por el atleta bajo supervisión médica para tratar alguna patología.
¿Cómo afecta el bloqueo al deporte en Cuba?
«Nos vemos imposibilitados de cobrar los fondos por los servicios del laboratorio, debido a la inexistencia de vías bancarias como consecuencia del cerco y también de cumplir con algunos pagos para diferentes organismos internacionales como la AMA, a la cual debemos entregar cada año 10.000 dólares por la acreditación», señaló Montes de Oca.
La mayoría de equipos, insumos y reactivos son de procedencia norteamericana; de ahí el impedimento del acceso directo a los mismos y el aumento del costo entre un 40 y 50% por encima de lo que gastaría una institución como esta en el orbe. Por ejemplo, el país no puede comprar el anticuerpo monoclonal para la determinación de la hormona de la eritropoyetina, vendido solo por la compañía estadounidense RD Systems.
Cuba tampoco ha podido adquirir el denominado LC/MS Orbitrap, un espectrómetro de masa con la tecnología más avanzada en la lucha contra las sustancias prohibidas, si bien su incorporación constituye una de las prioridades de la AMA desde 2015. Durante una visita realizada en 2016 a Brasil los expertos de la isla constataron la presencia en ese laboratorio de 20 equipos Orbitrap.
Recientemente, se prohibió a la nación caribeña la compra de los kits empleados en la determinación de hormonas de crecimiento: «Eran de la empresa alemana ZMZ, la cual fue comprada por la transnacional Bruker y, por tanto, el laboratorio de La Habana fue el único que no pudo obtenerlos. Ello conllevó al incremento de un 35% de su precio en terceros países», apuntó.
Sumado a lo anterior, tampoco existen encuentros entre los científicos de Cuba y Estados Unidos, especialmente, porque a los profesionales del archipiélago antillano les niegan las visas para participar en esos intercambios y en eventos y simposios organizados por instituciones como la Agencia Antidopaje de EE.UU. —USADA, por sus siglas en inglés—.
El laboratorio ha buscado alternativas respecto al equipamiento en países como Japón, pese a que representa un costo mucho más elevado respecto a precio, fletes, seguro y mantenimiento o recambio de piezas. Asimismo, cuentan con la ayuda de entidades similares para, precisamente, mantener la acreditación.
«Estados Unidos tendría que bloquear a todas estas instituciones para entorpecer el suministro, en un momento determinado, de los recursos que necesitamos. A veces hemos tenido que traerlos nosotros mismos en un viaje como parte del equipaje personal. Sucede igual con el pago y recibo de los fondos que debe hacerse en efectivo, en algunos casos», concluyó.
El bloqueo incide en la empresa Cubadeportes, a juicio de su presidenta, Yadira González, en la imposibilidad de recibir transferencias bancarias producto de negocios, convenios o contratación con compañías extranjeras y el acceso al mercado norteamericano para la compra de tecnología de punta con precios inferiores a otros proveedores de Asia y Europa.
«Esa política eleva nuestros costos a la hora de importar artículos. Tampoco podemos adquirir en sus filiales los medicamentos, vitaminas, materiales para las pruebas bioquímicas, equipos, uniformes y medios imprescindibles en la preparación de los atletas. Insumos como botes y balas debemos obtenerlos en terceros países con un incremento de hasta 30%», señaló.
Igualmente, la negativa de visas a los deportistas cubanos para participar en eventos con sede en Estados Unidos y el cierre de contratos en el exterior: «Hoy Cubadeporte tiene 600 especialistas menos en el exterior, con un costo económico de aproximadamente ocho millones de dólares, por la constante incitación al abandono de las misiones», reveló.
En materia de servicios de talentos deportivos, uno de los objetos de exportación de la empresa, existen 147 contratos en disciplinas como voleibol —el de mayor contratos concertados—, béisbol, baloncesto, polo acuático y ciclismo. Respecto a otra de las líneas de negocios, los servicios de asistencia técnica, el país solo posee 53 especialistas en escenarios foráneos.
Continuamente, la organización antidopaje del país impulsa programas educativos sobre lo que pueden o no consumir, también evitar prácticas como tomar agua de un frasco abierto o de otro que le entregue un atleta. La delegación actual de Cuba está integrada por 45 atletas, si bien aspiran a la incorporación de una treintena más.
Cortesía de Danay Galleti Hernández Sputnik