Por Karina Samigúlina
El mercado mundial de la energía se ha enfrentado este año a una de las crisis más severas, debido a la caída de la demanda provocada por el coronavirus y los desacuerdos entre los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y diez productores independientes (Azerbaiyán, Baréin, Brunéi, Kazajistán, Malasia, México, Omán, Rusia, Sudán y Sudán del Sur), y es muy probable que la situación esté lejos de ser estable en 2021.
Desde principios de 2020, los precios del petróleo han estado bajo presión debido a la pandemia del coronavirus, que redujo significativamente el tráfico aéreo en todo el mundo, cerró la producción y obligó a millones de empleados a trabajar desde casa, lo que hizo descender la demanda de combustible para aviones y gasolina.
Está previsto que la demanda mundial de petróleo se contraiga en casi 9,8 millones de barriles diarios (mb/d) en 2020, según las últimas estimaciones de la OPEP, mientras que la Agencia Internacional de Energía (AIE) pronostica una caída de 8,8 mb/d este año.
GUERRAS DE PRECIOS
A principios de marzo pasado, los precios del petróleo se desplomaron después de que Riad y Moscú no lograran ponerse de acuerdo sobre la prórroga del acuerdo OPEP+, lo que asestó un golpe al mercado, ya debilitado por la pandemia.
Tras el colapso de las conversaciones de la OPEP+, Arabia Saudí inundó el mercado petrolero con petróleo barato. Como resultado, los precios del petróleo se mantuvieron excesivamente bajos durante todo marzo.
En abril se hizo evidente que incluso si el grupo OPEP+ lograra ponerse de acuerdo sobre los nuevos recortes, eso no habría sido suficiente para soportar los bajos precios del petróleo. La producción excedió significativamente la demanda, y solo los recortes de un grupo más grande de productores habrían podido ser eficaces.
Esto llevó no solo a que Rusia y Arabia Saudí arreglaran sus diferencias y alcanzaran un nuevo acuerdo OPEP+ el pasado 9 de abril, sino también a que otros productores de petróleo que no pertenecen a la OPEP recortaran su producción, entre ellos Estados Unidos, Canadá y Noruega.
El nuevo objetivo en aquel momento era retirar del mercado hasta 15 mb/d, incluidos 9,7 mb/d que debían recortar la OPEP y sus aliados.
Sin embargo, los productores de petróleo fracasaron en reaccionar con rapidez a la débil demanda, lo que llevó a que las instalaciones de almacenamiento de petróleo por todo el mundo se aproximaran al máximo de su capacidad, porque el mercado de esta materia prima tenía un excedente de millones de barriles que nadie sabía dónde almacenar.
Esto ejerció una presión adicional sobre los precios del petróleo, e incluso los recortes de petróleo sin precedentes por parte de la OPEP+ no llevaron a su recuperación significativa durante los meses de abril y mayo, cuando el petróleo de las marcas Brent y WTI, así como la cesta de la OPEP cotizaron por debajo de los 30 dólares por barril.
CRISIS DE LA INDUSTRIA DE PETRÓLEO DE ESQUISTO DE EEUU
De todas las industrias petroleras nacionales en el mundo, la de petróleo de esquisto estadounidense es quizás la que más ha sufrido por los bajos precios del petróleo, porque el costo de producción en EEUU es aproximadamente de 40 dólares por barril.
Si bien las industrias petroleras de Arabia Saudí y Rusia son principalmente de propiedad estatal, el sector petrolero de EEUU es de propiedad privada y está muy fragmentado, hay muchas empresas de diferentes tamaños que operan en el mercado, lo que dificulta encontrar una solución consolidada.
Cuando los futuros del WTI se desplomaron un 305 por ciento en abril pasado hasta cotizar en negativo por primera vez en su historia, el presidente de EEUU, Donald Trump, prometió comprar 75 millones de barriles de crudo para llenar reservas estratégicas nacionales.
La medida no rescató de la quiebra a algunas compañías petroleras estadounidenses. Según reportó el despacho de abogados Haynes and Booney, alrededor de 40 productores de EEUU ya se han declarado en insolvencia este año.
Por su parte, la empresa auditora Deloitte pronosticó que la industria de esquisto de EEUU podría enfrentar pérdidas de hasta 300.000 millones de dólares en 2020.
Por el momento, las perspectivas a medio plazo para la producción de petróleo estadounidense no lucen alentadoras. Está previsto que este año la producción de petróleo crudo en EEUU disminuya en 0,9 mb/d, y en 0,4 mb/d en 2021, según las últimas estimaciones de la AIE.
LA DÉBIL UNIDAD DE LA OPEP+
A pesar de que en la segunda mitad de 2020 hubo informes sobre algunas diferencias internas en la OPEP+, así como sobre el descontento de Arabia Saudí con el crónico desempeño insatisfactorio de las cuotas de producción de petróleo por parte de algunos miembros del acuerdo, como Irak y Nigeria, a finales de noviembre parecía que la industria petrolera y la demanda estaban en el camino hacia una recuperación gradual.
Pero después de que la segunda ola de covid-19 golpeara a todo el mundo, obligando a los países a reintroducir medidas de bloqueo y reducir el tráfico aéreo, los miembros de la OPEP+ tuvieron que elegir entre mantener sin cambios la reducción actual de producción de 7,7 mb/d o pasar a los 5,8 mb/d a partir de enero de 2021.
Las consultas formales e informales de la OPEP, celebradas a principios de este mes, tardaron días en llegar a un consenso, y algunas de las reuniones se reprogramaron mientras los productores de petróleo deliberaban sobre su próximo paso.
El 3 de diciembre la OPEP+ acordó el aumento de la extracción de petróleo en 500.000 barriles diarios (b/d) a partir de 2021. De este modo, a partir de enero de 2021 el recorte petrolero será de 7,2 mb/d en vez de los 5,8 mb/d acordados en abril pasado.
Después de enero los posibles aumentos se acordarán mensualmente en función de la situación en el mercado, pero no podrán superar los 500.000 b/d.
Aunque el grupo OPEP+ «no logró obtener el resultado más esperado: una extensión de tres meses del nivel actual de recortes, logró lo posible en las circunstancias actuales, en lugar de terminar la reunión sin un acuerdo», comentó a Sputnik Mamdouh Salameh, economista petrolero internacional.
«Yo hubiera preferido una extensión de los recortes actuales de la OPEP+ de 7,7 mb/d durante tres meses hasta finales de marzo de 2021 para asegurarle al mercado que la OPEP+ está decidida a defender el precio del petróleo a toda costa. No llegar a un acuerdo sobre la prórroga habría significado desperdiciar los recientes avances del precio del petróleo y habría dado una señal incorrecta al mercado», enfatizó.
A pesar de que el volumen de los recortes de petróleo no alcanzó las expectativas, el acuerdo OPEP+ podría «acelerar el agotamiento de los inventarios de petróleo mundiales», que se han llenado a lo largo de 2020, señaló el experto.
En cuanto a la resiliencia del acuerdo OPEP+ a la luz de las disputas reportadas, los expertos creen que la alianza seguirá siendo frágil.
«Este año mostró un aumento de la tensión dentro de la OPEP+, porque a principios de 2020 Rusia anunció su retirada del acuerdo, en noviembre (pasado) representantes de los EAU (Emiratos Árabes Unidos) anunciaron lo mismo, y, por ejemplo, Libia, que no tuvo antes una cuota para la reducción de la producción debido a conflictos políticos internos, ahora está aumentando de manera activa la producción y no va a adherirse al acuerdo. Todo esto aumenta la tensión y la competencia en el mercado petrolero con una demanda reducida, y de ahí la fragilidad de la coalición y la probabilidad de su colapso», dijo a esta agencia Ekaterina Grushevenko, experta del Centro de Energía Skolkovo.
Salameh, por su parte, es más positivo sobre el futuro del acuerdo petrolero y ve poco probable su colapso.
«La alianza entre la OPEP y los países que no pertenecen a la OPEP, liderada por Rusia, equivale a un ‘matrimonio de conveniencia’ impulsado por un solo factor, a saber, asegurar precios más altos del petróleo y la estabilidad del mercado mundial del petróleo», indicó.
Una vez que los precios comiencen a subir como se espera, los miembros de la OPEP+, según el experto, «comenzarán a perseguir sus propios intereses divergentes, en particular Arabia Saudí y Rusia».
«Sin embargo, esto no significa que la OPEP+ se derrumbe. La alianza entre la OPEP y, sobre todo, Rusia, ha demostrado ser muy eficaz a la hora de prevenir un colapso de los precios del petróleo y seguirá desempeñando un papel fundamental para garantizar la estabilidad del mercado y los precios», destacó Salameh.
Los países de la OPEP y diez productores independientes se darán cita el 4 de enero para decidir un incremento de la oferta petrolera en 500.000 barriles diarios desde febrero.
Fuente: Sputnik
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