El mal tiempo continúa en el centro y sur de Chile debido al ingreso de un nuevo sistema frontal, tras las lluvias e inundaciones registradas durante el fin de semana en distintos lugares del país.
El meteorólogo Cristóbal Torres explicó que el evento viene acompañado de una isoterma cero (el punto en que el agua comienza a congelarse), en torno a los mil 500 o mil 800 metros sobre el nivel del mar.
Además, trae la mitad de las lluvias respecto al anterior, pero se trata de precipitaciones que caerán sobre suelos y montañas saturadas de agua desde el viernes y eso incrementa el riesgo de deslaves y el desborde de ríos y canales.
Los principales efectos, dijo el especialista, estarán en las regiones de O’Higgins, Maule y Ñuble, aunque los fuertes vientos se sentirán también desde Valparaíso hasta Coquimbo, en el llamado norte chico de Chile.
El lunes cerraron los establecimientos educativos en distintas comunas de BioBío y Ñuble, donde unas 55 escuelas resultaron dañadas y otras sirven como centro de acogida a los evacuados.
Un balance de la situación en el país hasta la noche del domingo da cuenta de un fallecido, un bombero que fue arrastrado por la corriente de un río cuando participaba en labores de rescate, y 16 mil 580 personas evacuadas debido a las inundaciones.
El director del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), Álvaro Hormazábal, señaló que hay 496 damnificados por el fenómeno meteorológico, pero la cifra tiende a subir paulatinamente.
Se reportaron 600 viviendas dañadas, de las cuales 511 presentan afectaciones menores, 130 sufrieron percances mayores y una fue totalmente destruida.
El máximo responsable del Senapred también informó de la suspensión del servicio de energía eléctrica en 11 mil 800 hogares, de los que ocho mil 200 son del Maule y tres mil 600 del BioBío.
Para atender la emergencia, precisó Hormazábal, este servicio cuenta con un total de 20 aeronaves, entre ellas nueve helicópteros del Cuerpo de Carabineros.
Fuente: Prensa Latina
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