La DC, parte del conglomerado de Gobierno, ha hecho de la política chilena el descerebro de la clase trabajadora; será por ignorancia de los trabajadores o la alienación de conciencias en que el sistema nos tiene acostumbrados, que no somos capaces de visualizar la correcta realidad de lo que tenemos en frente.
El PDC chileno no es una copia al carbón de sus homólogos europeos surgidos durante y después de la Segunda Guerra Mundial. Su origen se encuentra en el Partido Conservador, fundado a mediados del siglo XIX y que durante un siglo representó fielmente a la derecha ultramontana. El anquilosamiento ideológico de la colectividad provocó desprendimientos, el más importantes protagonizado por la Juventud Conservadora que se convirtió en un ente político aparte con el nombre de Falange Nacional.
En 1957, se fusionaron lo que restaba del Partido Conservador y la Falange para fundar el Partido Demócrata Cristiano, que se proclama como “un movimiento nacional y popular”.Transcurridos siete años logra la presidencia Eduardo Frei Montalva, líder del PDC, quien es súbitamente respaldado por la derecha tradicional, que retira su propio candidato, ante “el peligro” de que resultara triunfante Salvador Allende.
Fue el golpe de estado que derrocó al presidente Allende el 11 de septiembre de 1973 -y la posterior investigación del Senado norteamericano- lo que permitió conocer documentalmente algo que era un secreto a voces: la intromisión de la CIA en la política chilena, vía el soborno especialmente ejercido con el PDC. He aquí un registro mínimo de los dineros recibidos por el PDC al tenor del conocido Informe Church:
“En 1960, el Grupo Especial (estadounidense) autorizó varios centenares de miles de dólares para fortalecer (sic) al PDC con anticipación a las elecciones presidenciales de 1964”.
Otro párrafo: En 1964, “la CIA gastó más de dos millones 600 mil dólares para apoyar la elección del candidato democristiano. Más de la mitad de la campaña del candidato (Frei) fue financiada por Estados Unidos, aunque aquel no recibió información sobre la ayuda”.
Otros detalles:
1962: 230 mil dólares para vigorizar (sic) al PDC;
1964: Tres millones de dólares para la elección de Frei;
1965: 175 mil dólares para apoyar a los candidatos al parlamento;
1968: 350 mil dólares para apoyar a candidatos escogidos (sic) para elecciones de marzo de 1969;
1971: 177.000 dólares para una imprenta del diario del PDC.
Entre 1970 y 1973 hay una “inversión” de tres millones 475 mil dólares para opositores que no son individualizados, pero debe presumirse que buena parte llegó a las arcas del PDC cuya postura fue decisiva para el golpe militar.
El 22 de agosto/73, el PDC promovió en la Cámara de Diputados y en alianza con la extrema derecha, una declaración que prácticamente apuntaba a la ilegalidad del gobierno, cuando sostuvo que se registraba “el grave quebrantamiento del orden constitucional y legal de la República”.
El once de septiembre, el primer bando de los golpistas apuntó: “Teniendo presente: que el gobierno de Allende ha incurrido en grave ilegitimidad”, etc. Apenas un mes después del levantamiento, Eduardo Frei, ahora ex presidente del Senado porque había sido clausurado el Parlamento, expresaba en el ABC (Madrid): «Los militares han salvado a Chile y a todos nosotros”. ¡Notable!
Es así como esta DC recibió millones dólares de USA a través de la CIA para organizar el sabotaje contra del Gobierno de Salvador Allende, la que unida a la Derecha se apoderó de los medios de comunicación para maquinar y sustraer la conciencia del pueblo y así llevar a cavo su siniestro plan de apoderarse del gobierno.
Repartió sus mal habidos dólares a los krumiros encargados entre los supuestos huelguistas de aquel entonces de desarmar toda protesta acusando a nuestros compañeros y entregarlos a sus asesinos, conformó milicias armadas, escondió la comida, acaparó los productos básicos entregando sólo hambre y miseria. Los que después de derribar al gobierno se apoderaron de la mayoría de las empresas estatales con los Frei a la cabeza.
“El presidente Frei quiere detener a Allende y lo ha dicho a sus íntimos. Pero quiere hacerlo constitucionalmente. O sea, ya sea a través de un vuelco del voto en el Congreso o de una crisis interna que requiera la intervención militar”
Frei hizo todo lo posible por desestabilizar la asunción de Allende, fue uno del los más claros precursores en inducir un “un colapso económico” para frustrar la toma de mando. Envió a sus ministros a sembrar el terror y la incertidumbre en la población. El ministro de Hacienda, por ejemplo, informaba con acentuado pesimismo la situación económica del país. Y todo esto era culpa de un hombre, Salvador Allende.
Frei también les comentó a sus ministros que estaría dispuesto a ser derrocado por un golpe militar, ya que esto liquidaría a Allende. Después les comentaría a los jefes militares que él estaba absolutamente en contra de algo así. Así, luego, condicionó su apoyo al mandatario bajo el “Estatuto de garantías constitucionales”,
documento que prácticamente le “ataba las manos” a Salvador Allende. Manuscrito que pretendía dejar incólume el estado burgués reinante hasta la fecha.
Pero el punto más importante era el concepto de “Autonomía de las FFAA”, es decir, que fueran intocables y que “fueran una garantía para nuestra convivencia democrática” Este punto expuesto por la DC, fue el punto central de apoyo que usaron los militares para derrocar a Allende entre otras.
(Alianzas con la Derecha fascista, creación de grupos armados, sabotajes, etcétera)
Sucintamente, los hechos públicamente conocidos son que después del golpe gorila de 1973, una vez recuperada la “verdadera democracia” y vuelta la tranquilidad a la nación, el alto mando castrense entregaría el gobierno a Eduardo Frei M., en ausencia de sucesor. Es ampliamente conocido el apoyo financiero por parte de la familia Frei (dinero, joyas y especies) a la junta de Gobierno encabezada por Pinochet en sus inicios, como así también las declaraciones de elogio, aprobación y aplausos por parte del mismo, desde y fuera del país al dictador. Además, los militares también tienen sus cositas que decir, acerca del gobernante bajo la masacre de Puerto Montt.
Hoy la DC, al frente del gobierno junto con sus socios Socialistas (O Socios listos para el robo), son incapaces de reconocer que fueron los boicoteadores del Gobierno de Salvador Allende, fueron los lame botas de Estados Unidos para implantar a sangre y fuego su sistema capitalista, neoliberal y deshumanizado, que hasta hoy impera en nuestro país. Fueron, por lo tanto, el nexo entre el imperio y los perrochet.
Fueron sus asquerosos dólares los que financiaron el golpe de Estado en Chile y hoy aplauden, ojean sus chequeras y vuelven a aplaudir.
Hoy, el hijo de Eduardo Frei Montalva, Eduardo Frei Junior, pretende -seguramente con éxito– ocupar el sillón presidencial, quien, al igual que su padre, es parte del Partido Demócrata Cristiano (PDC), partido de centro derecha, que de “cristiano” no tienen nada y que en su gran mayoría son de insistente gusto “Derecha Dura”.
Hoy algunos sectores necesitan urgentemente “levantar “la alicaída figura de un hombre que supuestamente fue un defensor de la democracia, esto anexado al hecho de que la Democracia Cristiana ha visto mermado su cuota de poder, bajo el auge del Partido Social-Demócrata en Chile, léase Ricardo Lagos, y la actual presidenta Michell Bachelet.
Entonces, la Democracia Cristiana necesita desesperadamente poner a uno de los suyos en el asiento de rey, y claro con el vergonzante papel del PS y su alicaído perfil “democrático” hay que salvar el poder como sea y qué mejor que elevar a Eduardo Frei como otra “víctima” de la Dictadura, otra violación a los derechos humanos reivindicada en su figura máxima.
Tristemente célebres personajes como Patricio Aylwin, Andrés Zaldivar, Eduardo Frei padre e hijo, podrían hablar en forma seria acerca de asesinatos, violación de derechos humanos, y trato crueles e inhumanos.
Ellos han sido artífices de las innumerables violaciones a los Derechos humanos.
El único partido del gobierno reinante, que alguien podría confundir con algo relacionado con la Izquierda es el Partido Socialista de Chile. Organización nacida de la mejor cepa de la clase obrera hace casi 100 años. El único detalle es que ahora esa misma cepa se avinagró a tal punto de mentiras, omisiones y deslealtades que, por ejemplo, de sus mismas entrañas surgió una inmensa gama de personajes siniestros y vendepatrias al total servicio de los intereses norteamericano y del poder capitalista.
Entonces, esa mal llamada centro izquierda no es más que una mentira repugnante, un eufemismo cobarde para referirse a partidos social demócratas, es decir, primos hermanos de la derecha, la burguesía y el fascismo.
La supuesta izquierda extra parlamentaria (la que está fuera del gobierno) se muere de ganas por ser parte del mismo gobierno que acusan a los cuatros vientos.
Allí encontramos a un Partido Comunista sin un proyecto político, ni serio, ni revolucionario, dando aletazos de ahogado que a última hora se da cuenta que la lucha es contra la derecha (Dios los cría y el diablo los junta). Mantienen el nombre por pura conveniencia y es que resulta fácil quedarse con el sello y poner la firma traidora sobre él.
Aparecerán entonces, los mismos “palos blancos” como el Juntos podemos Más (JPM), hablando de lo bien que le hace al país esta nueva organización. Harán correr listas con interminables nombres de organizaciones brujas y chantas y falsas y las menos reales, pero con menos peso que una pluma.
Aún así, contamos con una izquierda algo dispersa, hay que decirlo, dispuesta a dar la lucha fuera de lo que la institucionalidad burguesa nos ofrece; plantean el voto nulo como un medio de protesta contra el sistema y la represión, un voto de castigo contra este infierno que tanto Derecha como Concertación ha implantado.
El sabotaje obvio viene de la propia izquierda, los mal llamado “Izquierda” llaman nuevamente a votar por “el mal menor” que es el peor de los males, “Idea” que nos tiene en jaque y enclaustrados en un Estado inhumano que hace alarde del capitalismo salvaje, donde el único diálogo posible entre los gobernantes y luchadores sociales son las balas, las detenciones y una amable ley anti terrorista que espera a todo aquel que ose alzar su voz contra esta falsa democracia.
Tenemos la razón y lamentablemente esta sólo la podemos defender con la fuerza. Tal vez no es la mejor, pero es sin duda la única que asusta a la excelentícima autoridad (No sea cosa que su gobernabilidad se cuestione).
Sin embargo, nos falta y nos falta mucho para alcanzar un pedacito siquiera de nuestro sueño libertador, lo primero entonces sería organizarnos más allá de la palabra y buenas intenciones. La teoría revolucionaria puesta en acción revolucionaria es lo que hace la diferencia entre el solo decir y el ser realmente un revolucionario.
La autodefensa es un derecho legítimo y no un acto violentista más o menos desesperado. No estamos abiertos al diálogo, ese tiempo ya pasó y las amenazas del cuco ya no mellan nuestra dignidad
Todo está como siempre, como el sistema nos tiene acostumbrados, el rico más rico y el pobre más empobrecido, y claro algunos no aprenden de los tropiezos y la misma piedra se les atraviesa una y otra vez y no faltará algún mandado del gobierno aparecerá en la TV vociferando con bombos y platillos que asignarán un crédito, un préstamo, unos terrenos, unas casas, unas becas o lo que sea.
Y como siempre y para no perder la costumbre, la izquierda (esa que nunca falta pero hace rato sobra) se asirán como suyo algún logro obtenido. Y de ahí vuelta a empezar.
Y seguimos en la misma.
Bajo los gobiernos de la Concertación se ha pavimentado la impunidad. Bachelet no es distinta, pese a los ruegos, puntos, súplicas y declaraciones varias. De entrada, un gabinete conformado por lo más selecto de los explotadores. Como si esto fuera poco, los milicos tienen claro que si nuevamente apareciera el “cáncer marxista” tienen carta blanca para matar a diestra y siniestra. Hagan lo que hagan, no les va a faltar ese ser “civilizado” que dirá, ¡olvidemos el pasado, cerremos las heridas!
(Deberían decir lo mismo de Jesucristo; fue asesinado hace tanto tiempo, dejemos las cosas así no más)
Bajo la actual forma de hacer política tanto en la forma como el fondo de querer apoderarse del poder, la Concertación y la mal llamada oposición (son iguales) no hay mucha diferencia ¿A alguien le podría caber duda siquiera de ello?
Las elecciones en sí no son el problema, el problema fundamental es la casta autodenominada «políticos» que se presentan a ellas, sin un representante de los trabajadores, uno que defienda nuestros intereses de clase, que nos dé confianza; la única alternativa que nos queda es ANULAR el voto como una forma de rechazo al sistema imperante y dominador de nuestro país, como forma de deslegitimar a estas autoridades implantadas a base de engaños y fraudes.
Por que nuestra lucha no es un mero sueño, es mucho más que eso, es nuestro futuro que nos devolverá la esencia del ser humano y que no es otra cosa que ser tratados como tal y no solo un número a los cuales explotan y le dan no solo su fuerza de trabajo si no también el voto.
Mientras tanto, pongámonos de acuerdo en algo.
Debemos re fundar y re pensar nuestra manera de hacer política y revolución.
Otra Izquierda es Posible
Por Lucas Zahiri
Nota de los Editores: Hemos recibido de parte de Andrés Bianque -colaborador ocasional de El Ciudadano- una acusación de plagio respecto a párrafos completos de esta columna. Para que el lector pueda hacer por sí mismo la comparación, les entregamos los enlaces a los artículos del demandante.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=36797&titular=eduardo-frei-montalva-y-las-toxinas-olvidadas-
http://santiago.indymedia.org/news/2006/07/52630.php
Para evitar este tipo de molestias, rogamos a todas y todos los colaboradores de nuestro medio, que si toman fragmentos de otros autores para elaborar sus textos, que sean rigurosos con la cita de las fuentes.