La periodista Mónica Rincón reflexionó acerca de la condena a los casos de corrupción en Chile a propósito del escándalo de los tres millonarios convenios firmados entre la Secretaría Regional del Ministerio de Vivienda (Seremi) de Antofagasta y la Fundación Democracia Viva.
En su minuto de confianza, la conductora de Tolerancia Cero, planteó que «este caso vergonzoso en Democracia Viva lo protagonizan personas dignas del Renacimiento. Como el representante legal de la fundación y pareja de la diputada Pérez: Daniel Andrade. Un Leonardo Da Vinci capaz de pasar de “la evaluación de proyectos y empresas estratégicas de defensa” al “seguimiento legislativo y articulación política” o a una fundación que va desde lo constitucional a campamentos».
Planteó que el problema de fondo, con la persistente corrupción, «es la transversal falta de adhesión a la probidad que se revela en la amnesia o distorsión de hechos cuando, suelto de cuerpo, el diputado Aedo dice que en los casos de la Concertación hubo cárcel. En el aprovechamiento político que se intenta cuando quienes defendieron al condenado Orpis, hoy critican al gobierno. Y también falta de adhesión a la probidad de quienes desde el actual oficialismo con pétalos de rosa calificaron de errores, actos de corrupción que en otros hubieran condenado implacablemente».
La comunicadora señaló que la mejor prueba de todo este escenario es la manera en cómo se saldan los casos de corrupción y recordó que se hacen importantes cambios legales, pero incompletos y sin la necesaria sanción penal.
«En Chile no se paga con cárcel (delitos de corrupción), lo que en otros países sí. Y cuando se pretende cambiarlo con la nueva Ley de Delitos Económicos, saltan», afirmó.
Recordó que «tras MOP Gate hubo acuerdo para hacer vista gorda y transformar platas negras de sobresueldos en supuestas compensaciones para funcionarios mal pagados insólitamente no tributables». Asimismo, se refirió al caso de SQM, en el cual «hubo impunidad transversal y se paralizaron las querellas». Mientras que el caso Penta se registraron «clases de ética y en los casos de colusión cero expulsados desde los gremios empresariales».
«Así venga el siguiente a servirse del Estado o a defraudar desde lo privado. Porque en Chile quien mucho hace nada teme», afirmó la periodista.
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