A Cole Buckley se le quitarán las ganas de volver a lanzarle objetos a los deportistas, cuando encare posibles cargos de asalto tras su arresto en un partido de baloncesto.
Buckley, de 21 años de edad, fue detenido por la policía de Boston tras lanzarle una botella plástica al base Kyrie Irving, cuyos Brooklyn Nets pusieron a punto de mate su serie de playoffs contra los Celtics.
El incidente, ocurrido en el TD Garden durante el cuarto partido de esta serie, constituyó otro episodio nefasto de aficionados descontrolados en la estadounidense Asociación Nacional de Baloncesto (NBA).
La semana pasada se dieron sendos episodios en las canchas del Utah Jazz, los Philadelphia 76ers y los New York Knicks, protagonizados por gente del público que lanzó insultos, objetos e incluso escupitajos a jugadores.
Para Irving, quien jugó con los Celtics antes de irse a Brooklyn, estas personas se creen que pagar la entrada les confiere el derecho de lanzarle cosas a los jugadores rivales.
El base Russell Westbrook (Washington Wizards) tuvo que ser controlado por la seguridad en el Wells Fargo Center de Philadelphia, después que un seguidor de los Sixers le tirara un cartón con palomitas.
A su vez, a Trae Young (Atlanta Hawks) le escupió un fanático en el Madison Square Garden, y a los padres del escolta Ja Morant (Memphis Grizzlies) les llovieron las ofensas en la Vivint Arena, casa de los Jazz.
‘Llega el momento en que los aficionados tienen que madurar. Sé que el confinamiento ha estresado a la gente, pero cuando vienes a estos juegos, tienes que entender que somos humanos’, señaló el alero Kevin Durant.
Por lo pronto, los New York Knicks y los Sixers vetaron de sus estadios por tiempo indefinido a los fanáticos que agredieron a Young y a Westbrook, aunque jugadores, técnicos y analistas reclaman más dureza.
Cortesía de Prensa Latina
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