Ni las cacerolas ni el «modelo» del capitalismo «serio»…

El jueves 13 de septiembre, una gran cantidad de gente en la ciudad de Buenos Aires, algunas capitales provinciales y otras ciudades del país, se manifestó para hacer sentir su disconformidad con el gobierno nacional

Ni las cacerolas ni el «modelo» del capitalismo «serio»…

Autor: Wari

El jueves 13 de septiembre, una gran cantidad de gente en la ciudad de Buenos Aires, algunas capitales provinciales y otras ciudades del país, se manifestó para hacer sentir su disconformidad con el gobierno nacional. Con un amplio espectro de reclamos, desde pedir mayor presencia policial y “seguridad”, hasta poder comprar dólares como forma de ahorro o para sus vacaciones en el exterior, salieron a las calles.

Consignas como: “¡No queremos ser Cuba ni Venezuela!”, “¡Basta de corrupción!”, “¡Libertad!”, “¡Basta de pobreza!”, “¡Queremos un gobierno que traiga orden, un gobierno fuerte que garantice nuestros derechos!”, “¡Fuera la izquierda de la argentina!”, “¡Se quedaron cortos, deberían haber matado a 100.000 en lugar de los 30.000 terroristas que mataron!”, “¡Pena de muerte!”, etc., etc., fueron algunas de las que se escucharon.

Nosotros no estamos confundidos: ni éste es un gobierno de izquierda ni los intereses de la burguesía son los nuestros ni las oscilaciones de la pequeña burguesía nos arrastran.

Nuestro partido tiene una política clara sobre estas luchas y contradicciones burguesas y pequeño burguesas: no marchamos con el pseudo “ingeniero” Blumberg, no desplegamos nuestras banderas al viento en un acto de la Sociedad Rural Argentina, como tampoco nos confundimos ni nos prestamos como furgón de cola de estas mezquindades de la clase dominante.

SÍ seguiremos en las calles, en los barrios humildes, en las fábricas, en los lugares donde verdaderamente se trabaja, pero también donde se nos explota a los trabajadores. Continuaremos junto a los campesinos y originarios expulsados a tiros de sus tierras. Persistiremos en denunciar la creciente criminalización de la protesta social, la superexplotación a la que nos someten, ya que apenas podemos sobrevivir con lo que ganamos; la militarización territorial; los pactos con el imperialismo para establecer bases y entrenar a nuestros represores con las “modernas técnicas” de tortura y control de los pobres y trabajadores que luchamos por nuestra subsistencia.

Los acuerdos que podríamos tener en temas tan sensibles como los referentes a la corrupción, la pobreza y la libertad desaparecen rápidamente cuando emergen la ideología y la metodología con las que estos grupos, por ahora muy heterogéneos, proponen solucionar los problemas. Y mucho menos acompañaríamos este tipo de movilizaciones cuando pretenden invocar a los actores políticos del pasado para llevar a cabo estas “proezas de la voluntad”, en la cuales fracasaron sistemáticamente en la historia reciente -y no tan reciente- de nuestro país. Esos políticos son parte de la clase dominante. Por eso es imposible acordar NADA con ellos y sus secuaces.

Nuestra solución pasa por un lugar diametralmente opuesto a las variantes que proponen estos “indignados”: consiste en la creación de poder popular, en la disputa por la propiedad y el control de los medios de producción para ponerlos en manos de sus legítimos dueños, los trabajadores. Nuestra solución sigue siendo la lucha por el poder, el socialismo aquí y en toda América Latina.

No es ninguna novedad que nuestro partido no está de acuerdo con las políticas que lleva adelante el gobierno nacional ni los gobiernos provinciales que marchan al compás de la música de la Casa Rosada. Los consideramos la continuidad de otros gobiernos burgueses, con una ligera pátina de populismo y un aparente progresismo que se diluyen a pasos agigantados. Tampoco nos van a engañar con el supuesto abismo al que nos asomaríamos si abandonáramos el mentado “modelo”. Pretenden que en el fondo de ese pozo veamos agazapados a los explotadores del pasado como si fueran los últimos y los únicos, pero nosotros lo que vemos son las aguas en las que se reflejan los capitalistas de siempre, los explotadores del sistema y sus esbirros dispuestos a reprimirnos cuando sea menester garantizar su tasa de ganancia. Por todas estas razones, el PARTIDO REVOLUCIONARIO DE LOS TRABAJADORES no acepta las falsas opciones de la burguesía. Nosotros solamente desempolvaremos las cacerolas y otros utensilios de cocina cuando con nuestros hermanos del proletariado, los desposeídos de toda esperanza, así lo determinemos.

PARTIDO REVOLUCIONARIO DE LOS TRABAJADORES

www.prt-argentina.org.ar


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