Con la excusa de un mal manejo de sueldos de bolsillo, se produjo una protesta y sublevación de suboficiales de Prefectura Naval al que se le plegó Gendarmería Nacional.
Se trata de ensayos desestabilizadores, ejercicios golpistas. Porque no son movimientos aislados ni movimientos que aparecen de un día para otro. Y porque hoy en día las fuerzas de seguridad bajo sus diversas formas, son vector fundamental en las líneas del imperialismo para la desestabilización en Nuestra América.
En este sentido debemos recordar lo sucedido hace dos años en Ecuador, donde las fuerzas de seguridad locales (policía) trataron de asesinar al presidente Correa. O más recientemente el caso de Bolivia, donde policías amotinados se acuartelaron, asaltaron edificios públicos y quemaron documentación oficial.
El actual ejemplo se suma a varios acuartelamientos previos ocurridos durante este año de 2012 en Argentina, en la provincia de Misiones (febrero), Chubut (agosto), Santa Cruz (julio), Rosario (septiembre).
Estas protestas de las fuerzas de seguridad constituyen rasgos visibles de las nuevas formas de desestabilización, que se articulan con los “golpes blandos o parlamentarios” como los ocurridos en Honduras (2009) y Paraguay (2012) y son respaldados por un discurso sistemático de los grandes medios de comunicación y sectores oscuros de la política que buscan legitimarlos.
Repudiamos la protesta de las fuerzas de seguridad, tal como repudiamos en su momento la presencia de estas mismas fuerzas resguardando las calles con el operativo Centinela y Cinturón Sur, implementado por el gobierno nacional.
Pero hagan lo que hagan, ninguna milicada se llevará por delante al pueblo argentino.
Octubre 3 de 2012