Nuevo logro de las Abuelas de Plaza de Mayo: Recuperan al nieto 138

Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron con inmensa alegría el encuentro del nieto número 138, hijo de Marta Enriqueta Pourtalé y Juan Carlos Villamayor, secuestrado durante la dictadura cívico militar en Argentina, un nuevo logro en la búsqueda incansable de verdad justicia y memoria.

Nuevo logro de las Abuelas de Plaza de Mayo: Recuperan al nieto 138

Autor: Seguel Alfredo

¡Encontrado el Nieto 138! Abuelas de Plaza de Mayo celebran un nuevo logro en la búsqueda de la verdad y justicia

Con una profunda emoción y alegría, las Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron el viernes 27 de diciembre el encuentro del nieto número 138, hijo de Marta Enriqueta Pourtalé y Juan Carlos Villamayor, nacidos en diciembre de 1976. Este nuevo hallazgo representa un hito en la incansable lucha de la organización por la verdad, la justicia y la memoria, sumando un nuevo capítulo a sus 47 años de búsqueda inquebrantable.

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“Con enorme felicidad, las Abuelas de Plaza de Mayo comunicamos el encuentro de un nuevo nieto”, expresaron en un comunicado oficial, destacando que “Se trata del hijo de Marta Enriqueta Pourtalé y Juan Carlos Villamayor, nacido en diciembre de 1976. Son así 138 los casos resueltos en estos 47 años de búsqueda inclaudicable de verdad e identidad.”

Marta Pourtalé nació el 5 de mayo de 1946 en Azul, provincia de Buenos Aires, mientras que Juan Carlos Villamayor nació el 28 de abril de 1955 en la misma provincia. Juan Carlos, criado junto a su hermana por su madre tras la temprana muerte de su padre, comenzó a trabajar a los 11 años. Sus allegados lo recuerdan como una persona sensible, solidaria y con mucha iniciativa, amante de la música, la guitarra y fanático de River Plate.

Marta, por su parte, estudió profesorado de Historia y trabajó como administrativa. Al momento de conocer a Juan Carlos, ya tenía un hijo, Diego Antonio, a quien Juan Carlos reconoció dándole su apellido al cumplir 21 años. La pareja, militante de Montoneros, era conocida como “La Negra” o “María” (Marta) y “Ricardo” o “El Negro” (Juan Carlos).

El 10 de diciembre de 1976, la pareja fue secuestrada en su domicilio de Buenos Aires en un operativo por personas vestidas de civil. Marta estaba embarazada de ocho meses y medio. Testimonios los ubican en el centro clandestino de detención ESMA, donde se presume que nació su hijo, el nieto 138. Se estima que más de 30 nacimientos ocurrieron en este lugar de horror. Sus padres planeaban llamarlo Soledad o Manuel.

Tras el secuestro, la hermana de Juan Carlos, María del Carmen Villamayor, y su madre, Carmen Antonia Morinigo, iniciaron una búsqueda incansable, presentando hábeas corpus y visitando tribunales y cárceles, sin obtener respuestas. En septiembre de 1979, Carmen Morinigo presentó una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), donde escribió de puño y letra: “En la carta que les entregué personalmente en septiembre pasado denuncié la desaparición de mi hijo Juan Carlos Villamayor y de mi nuera Marta Enriqueta Pourtalé (…) Ella en el momento que desapareció estaba embarazada de ocho meses y medio por lo cual queremos saber, como imaginará, qué fue del bebé”.

Por parte de la familia de Marta, su tío Pedro Pourtalé recibió un llamado de la Comisaría de Villa Ballester informando sobre un menor de cuatro años abandonado: Diego, el hijo de Marta. Pedro, junto a su madre, crió a Diego y posteriormente denunció el caso de Marta y Juan Carlos ante la CONADEP. Diego, quien desde pequeño supo que esperaba un hermanito, continuó la búsqueda desde el grupo de familiares que participa activamente en Abuelas.

En 1988, Las Abuelas presentaron una denuncia sobre un niño que podría ser hijo de desaparecidos. Desde 1999, Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDI) trabajó en la investigación del grupo familiar Villamayor-Pourtalé, incorporando muestras biológicas al Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG). Paralelamente, un joven convocado por la justicia aportó su muestra de ADN al BNDG en el marco de la causa 188/2000 impulsada por Abuelas.

Este caso, según Abuelas, “demuestra, una vez más, la imprescindible e incansable labor de los distintos mecanismos que nuestro país fue creando para lograr resultados por los que somos admirados en el mundo”. La articulación entre Abuelas, la CoNaDI, el BNDG y la justicia, con la jueza María Romilda Servini de Cubría y el juez Daniel Rafecas, culminó con la restitución de la identidad del nieto 138.

“Ayer, el Juez Daniel Rafecas informó al nieto 138 los resultados. Todo este proceso conjunto permitió la restitución de su identidad y abrió su camino hacia la verdad”, afirmaron desde Abuelas. “La verdad siempre sale a la luz”.

Esta restitución, según la organización, “es, una vez más, la muestra de las consecuencias del terrorismo de Estado en el presente y, también, de la necesidad de dar centralidad a las políticas de derechos humanos para que los delitos de lesa humanidad cesen”.

Abuelas destacó el rol fundamental de la CoNaDI y el BNDG, así como el acompañamiento de la Secretaría de Derechos Humanos, actualmente afectada por recortes. “El delito más aberrante de la dictadura se hace evidente en cada restitución: mantener viva a una mujer embarazada, someterla a las peores vejaciones hasta dar a luz a su bebé en condiciones inhumanas, para luego robarle a su hijo y sustituir su identidad. Aunque tarde, con este encuentro, este crimen cesa”, manifestaron.

Finalmente, Abuelas agradeció el apoyo recibido durante el 2024 y reiteró su compromiso de seguir buscando a los 300 nietos y nietas que aún faltan. “Hoy celebramos la restitución del nieto 138 y desde Abuelas pedimos que se sostenga el trabajo de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, una herramienta imprescindible para la defensa de estos derechos fundamentales”, concluyeron, enviando un abrazo al nieto restituido y deseándole un vínculo amoroso con su familia.


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