La justicia de Brasil aceptó este martes la solicitud de protección federal por bancarrota de la gran empresa de construcciones Odebrecht, mientras ésta reestructura sus deudas.
El Tribunal de Quiebras y Recuperación Judicial número 1 del estado de Sao Paulo dijo en su sitio web que la empresa debe presentar un plan para la reestructuración de su deuda en 60 días.
Odebrecht anunció el lunes por la noche que buscaba la protección judicial para reestructurar sus deudas de 13.000 millones de dólares, una de las más grandes de la historia de Brasil.
Empresa en el «ojo del huracán»
Esta empresa es conocida en la región por ser el centro de diversos casos de corrupción en varios países de sudamerica.
El consorcio de la construcción es señalado por protagonizar coimas y sobornos con funcionarios de 12 países: Angola, Argentina, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela, durante los últimos 20 años, para obtener beneficios en contrataciones públicas.
Nombres de presidentes, ministros y distintos altos funcionarios de Gobierno de los países antes mencionados han sido señalados por presuntamente realizar negocios extraños con Odebrecht.
Tanto ha sido el escandalo que, el pasado 2 de mayo, la empresa se cambió el nombre a OEC, con la idea de ir limpiando su imagen.
«En el año que completa 75 años, Odebrecht Ingeniería & Construcción anuncia la renovación de su marca adoptando ahora las iniciales OEC. La nueva identidad visual (…) trae los colores verde, azul y gris y podrá verse en todas las comunicaciones de la empresa a partir de este mes«, explicó la empresa en aquel momento.
«Lava Jato» empaña a Brasil
Odebrecht está ligada a una de las indagaciones por corrupción más grandes del mundo, la llamada “Lava Jato” (Autolavado), que sacó a la luz una vasta operación de pago de sobornos entre políticos brasileños y empresas de la construcción.
Por este caso esta tras las rejas el expresidente brasileño Luiz Inacio Lula Da Silva, quien fue acusado por presuntamente aceptar un apartamento como soborno, dentro de esta movida de Lava Jato.
Sin embrago, la defensa del líder del Partido de los Trabajadores (PT) asegura que se trata de una persecución judicial para alejarlo de la vida política, lo que permitió el triunfo de Jair Bolsonaro como jefe de Estado.
Esta última hipótesis cobrafuerza con la filtración de los mensajes del entonces juez Sergio Moro, publicados por The Intercept, en los que confirma la gravedad de las violaciones en los procedimientos para procesar al expresidente de izquierda. También destaca la ilegal colaboración que en el caso prestó Moro, quien ahora es el ministro de Justicia de Bolsonaro, lo que se puede ver como un premio que obtuvo tras encarcelar a Lula.