El presidente de Bolivia, Luis Arce, prevé poner en marcha esta semana una reforma judicial y la ONU está dispuesta a cooperar en el proceso, dijo el secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Políticos y Construcción de Paz, Miroslav Jenca.
«Si hay interés en que la ONU acompañe a las autoridades bolivianas, vamos a considerar una petición así y claro que vamos a acompañar ese proceso«, respondió al ser consultado por la prensa.
Jenca dialogó con reporteros tras reunirse con los presidentes de las dos Cámaras del Parlamento, en su tercer día de actividades en La Paz, donde llegó, según dijo, a establecer contacto directo con el nuevo Gobierno boliviano en representación del secretario general de la ONU, António Guterres, reseñó la agencia Sputnik.
El enviado internacional destacó el aparente consenso inicial entre el oficialismo y la oposición para impulsar la reforma judicial que, de acuerdo con anuncios previos del Gobierno, pasaría por un referéndum nacional para modificar parcialmente la Constitución, vigente desde 2009.
«Hemos hablado, he oído mucha opinión sobre la reforma del sistema judicial, y me parece que es una iniciativa muy importante, en la que debe haber apoyo, consenso, me parece que hay apoyo multipartidario», dijo Jenca.
Más eficaz e independiente
La reforma del sistema judicial, para hacerlo más eficaz e independiente del poder político, ha sido un planteo coincidente de los candidatos que participaron en las elecciones generales de octubre pasado, ganadas por el Movimiento Al Socialismo (MAS) de Arce y el expresidente Evo Morales (2006-2019).
Los primeros pasos del Gobierno para esa reforma coincidían con la presencia en Bolivia de un grupo de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que investiga las masacres ocurridas durante la crisis política de 2019, sobre las cuales la justicia local aún no ha establecido responsabilidades.
«Lo más importante es establecer la verdad en Bolivia, por las instituciones que existen aquí», afirmó el enviado.
Finalmente, agregó que Bolivia tiene «una oportunidad para la reconciliación» y advirtió que «no hay reconciliación sin justicia», señalando que por esa razón la ONU espera el esclarecimiento total de los hechos de violencia política de 2019.
En esos sucesos murieron 37 personas, de las cuales al menos 27 eran manifestantes que repudiaban el golpe contra Morales y fueron abatidos por militares y policías movilizados por el Gobierno transitorio de Jeanine Áñez, según una investigación del Parlamento.
Fuentes: Telesur, agencia Sputnik.