La Coordinadora de Organizaciones para la Defensa de la Naturaleza (Cedenma) presentó en la Cancillería de Ecuador un reclamo administrativo contra la presencia de una flota pesquera extranjera en el límite de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) del Archipiélago de Galápagos.
«Estamos reclamando por la falta de acción de parte del Estado para controlar a la flota pesquera internacional. El Estado no ha cumplido con sus obligaciones de control», dijo en entrevista el Presidente de Cedenma, Gustavo Redín.
Cada año, desde 2017, llega a las aguas del Archipiélago ecuatoriano de Galápagos una gran flota pesquera industrial.Esa flota se compone por barcos en su mayor parte de bandera china, y llegan al Archipiélago para pescar calamar gigante, especie marina muy cotizada en los mercados asiáticos.
Ambientalistas creen que también pescan otras especies, incluidas aquellas prohibidas en las aguas del archipiélago, en el que el científico inglés Charles Darwin desarrolló su teoría de evolución de las especies.
La flota permanece en aguas contiguas a la Reserva marina de Galápagos entre junio y septiembre.El año pasado la flota estuvo conformada por alrededor de 340 buques.
En la reserva marina de Galápagos está prohibida totalmente la pesca industrial y en la ZEE solo pueden pescar embarcaciones de bandera nacional.
Científicos y ambientalistas sostienen que el arribo anual de la flota pone en peligro las especies propias de las islas y las especies migratorias, varias de ellas en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, por estar en peligro de desaparecer, entre ellas el tiburón martillo y algunas especies de tortugas únicas de Galápagos.
Grupos ambientalistas, entre ellos Cedenma, manifiestan que entre las artes de pesca de esa flota se usan palangres, que capturan especies incidentalmente, y también tecnología de punta que atrae a las especies fuera de la reserva marina y a otras que salen de la ZEE para migrar a otras zonas en el Pacífico Este Tropical.
Según Redín, Ecuador puede aplicar convenios internacionales para hacer los controles que eviten tanto pesca incidental como furtiva, como lo que sucedió en el 2017 cuando una nave de bandera china fue sorprendida en la Reserva Marina de Galápagos cargando 300 toneladas de tiburones, incluidos tiburones martillo festoneados y tiburones sedosos.
Respuesta en 30 días
Redín explicó que al momento no existen datos sobre los volúmenes de pesca del calamar gigante en las aguas contiguas a Galápagos, pero que se sabe que su captura genera problemas con la biomasa y a la larga genera problemas con otras especies protegidas.
«Si bien no existe una regulación muy estricta respecto al calamar gigante, el Estado ecuatoriano podría generarla; es posible que haya una sobrepesca que afecte derechos sobre la biodiversidad, sobre la soberanía alimentaria y sobre la soberanía en general. Nosotros no podemos reclamar a China, pero sí al Estado ecuatoriano para que lo haga», destaca Redín.
Adicionalmente a la flota, en altamar hay barcos que reciben pesca y Redín cree que podrían estar recibiendo pesca ilegal.
Cedenma trabaja en conjunto con organizaciones de Argentina sobre pesca ilegal de parte de la misma flota en ese país.
La Cancillería tiene 30 días laborales para responder al requerimiento de Cedenma, organización que también analiza acudir a otro tipo de acciones para evitar afectaciones a las especies del Archipiélago de Galápagos.
Cortesía de Sputnik
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