Imagen portada: Macroalgas espacio marino (Mission-Blue-Chile)
La importancia de tener océanos sanos en el sur de la Patagonia chilena
Los bosques submarinos también llamados “Bosques Azules”, brindan hábitats esenciales para cientos de especies, contribuyen al ciclo del carbono y a diversas economías locales.
Pero ¿Cuál es la situación general de las macroalgas en la región de Magallanes, Patagonia Austral? ¿qué desafíos se visualizan en materia de políticas públicas y educación ambiental marina?
Para hablar de estos temas, consultamos a Pablo Melo, diseñador y fotógrafo y uno de los fundadores de la Fundación Ciudadanos y Clima, iniciativa ciudadana que busca concientizar sobre el cambio climático y visibilizar sus impactos medioambientales desde Tierra del Fuego, quien comenta: “Recorriendo el borde costero de Magallanes siempre podrás ver los bosques de algas, y que muchas veces son invisibles para la gran parte de las personas sin saber la importancia que guardan estas maravillas; nos ayudan por ejemplo directamente en esta crisis climática y ecológica siendo sumideros de carbono inclusive mucho más que un bosque terrestre, nos entregan oxígeno y son el hábitats perfecto de una gran variedad de especies, sirven como refugio para invertebrados y peces, son áreas de asentamiento, desove y sitios de crianza y nos protegen de las marejadas por mencionar algunas de sus características”.
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Melo también destaca sobre estos bosques submarinos: “También son llamadas el alimento del futuro y de ellas se extrae un carbohidrato llamado alginato, el cual es muy utilizado en la industria cosmética, alimentaria inclusive la industria textil lo que lleva a que Chile sea el mayor productor de macroalgas extraídas de poblaciones naturales donde muchas veces su manejo es indiscriminado y son llevadas a la superficie con una técnica nefasta llamada “barreteo” logrando así extinguir la especie de la zona y perdiendo todo lo que genera este bosque. En el norte específicamente, hemos visto cómo varias comunidades la extraen sin control transformando en verdaderos desiertos los fondos marinos sacrificando sin querer la pesca artesanal y la economía local que vive del océano”.
Pablo Melo, con respecto a las macroalgas y sus condiciones actuales a nivel país y en Magallanes, señala: “Hoy en día existe mayor protección y se está trabajando con las comunidades locales del norte de Chile para que esto no se repita y no sigamos perdiendo ecosistemas únicos y que puedan cohabitar en armonía junto a las comunidades locales entendiendo la importancia que estás desarrollan para el océano. Es por eso que en Magallanes no podemos darnos el lujo de perder estos bosques y así es como existen fundaciones como Ciudadanos y Clima, junto a la sociedad civil y la academia trabajando de manera articulada para educar y buscar su protección, así tener océanos sanos en el sur de la Patagonia chilena”.
La campaña BosquesAzulesCL y la importancia de una educación ambiental marina en Chile sobre macroalgas.
Pablo Melo, cofundador de la Fundación Ciudadanos y Clima, se refiere inicialmente a la campaña ciudadana y comunitaria BosquesAzulesCL: “Hoy vemos con alegría como campañas ciudadanas, me refiero a BosquesAzulesCL incentivan la educación y promueven la importancia de los bosques de algas en la Patagonia, esto nos llevará a seguir creciendo de manera articulada y desde la sociedad civil y los territorios un despertar ambiental donde el ser humano no este por sobre la naturaleza, sino que seamos parte de ella respetando y entendiendo que no vivimos sin el otro, somos uno solo.
Melo, agrega: “Nuestro país cuenta como más de 4.300 kilómetros de costa y nuestra sociedad siempre se ha desarrollado hacia los valles sin mirar al mar y olvidando costumbres como lo hacían los pueblos originarios; Kawésqar, Yagán, Selk´nam, entre otros donde su cosmovisión los llevaba a convivir con el océanos de maneras inimaginables y entendían la importancia de los bosques de algas. Sin duda nos falta educar desde los colegios sobre estos ecosistemas”, incentivar el respeto hacia el azul para volver de a poco al mar y así convivir como los hacían los pueblos originarios”.