Patrimonio y Ciudadanía en Quilpué: ¿pasos hacia una democracia participativa?

El sábado recién pasado (22 junio) se inauguró la 1ª Escuela de Líderes Ciudadanos en Patrimonio, Memoria y Desarrollo Cultural, gratuita y abierta, impulsada por la Municipalidad de Quilpué y la Universidad de Playa Ancha

Patrimonio y Ciudadanía en Quilpué: ¿pasos hacia una democracia participativa?

Autor: Leonel Retamal

El sábado recién pasado (22 junio) se inauguró la 1ª Escuela de Líderes Ciudadanos en Patrimonio, Memoria y Desarrollo Cultural, gratuita y abierta, impulsada por la Municipalidad de Quilpué y la Universidad de Playa Ancha.

Esta iniciativa, que definitivamente representa ciertos principios poco valorados en esta cuestionada democracia, permite que el individuo, luego de ser considerado solo un consumidor en el sistema institucional de nuestro país, tenga la oportunidad de constituirse en un sujeto político activo y partícipe de la toma de decisiones que le competen por derecho propio.

Dirigentes vecinales, profesionales, jóvenes, mayores, mujeres y hombres toman parte en esta actividad, lo que perfila un amplio espacio de debate en torno a la ciudad que queremos construir. Esto, considerando que el patrimonio no es solo material, sino, y principalmente, inmaterial, cultural, una construcción permanente de espacialidades y territorios con un historiar de memorias comunitarias constituyentes de lo que somos y queremos ser.

Y estas búsquedas no se dan en un contexto aislado, ya que obedecen a una tendencia cada vez mas intensa en nuestro continente, en una América Latina que desplaza la incidencia de sus elites desde el poder político centralizado al fortalecimiento del poder local de parte de los diversos sujetos que componen nuestras comunidades. Así, la democracia representativa como modelo, que tanta crítica y decepción genera, tiene la posibilidad de incorporar prácticas de democracia directa y participativa.

Así, desplazarnos desde la mirada estrictamente institucional y paternalista del Estado central permite que la misma comunidad organizada aprehenda su ciudadanía y tome en sus manos la crítica para construir comunidades solidarias que puedan encontrarse y re/encontrarse en el espacio público y levantar su propio buen vivir.

Por Cristina Oyarzo

Analista Internacional


Reels

Ver Más »
Busca en El Ciudadano