«Pelo suelto», de Gloria Trevi: ¿»Anarchy in the UK» a la mexicana?

Ambas piezas se pusieron de moda en momentos en los que el neoliberalismo se insinuaba en sus países; ambas piezas tomaron por asalto los oídos de sus juventudes rebeldes.

«Pelo suelto», de Gloria Trevi: ¿»Anarchy in the UK»  a la mexicana?

Autor: Daniel Carpinteyro

PUEBLA, 22 DE NOVIEMBRE DE 2024. En 1991 salió a la venta «Tu ángel de la guarda«, el segundo LP de Gloria Trevi. La nitidez de su sonido era más pulida que su álbum debut , «¿Qué hago aquí?», pero las letras de las canciones eran aún más audaces e irreverentes.

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Audaces e irreverentes, se entiende, ante una audiencia mexicana que -con excepción de las minorías que disponían de antena parabólica o servicio de cable- no tenía más referentes que los artistas que les presentaba Raúl Velasco en Siempre en Domingo, que eran por lo general calcos descafeinados de otras propuestas musicales importadas de Estados Unidos, Reino Unido y algunas otras partes de Europa, en ese orden. La escena del rock nacional, por otro lado, aún luchaba por abrirse camino y a pesar de que alguna banda destelleaba por aquí y por allá en algún certamen de Valores Bacardí o en algún programa de Imevisión -que por entonces era del estado mexicano-, pues el rock mexicano no era aún fenómeno masivo.

En ese contexto, la primera canción de «¿Qué hago aquí?», intitulada «Pelo suelto», generó ondas de choque entre la audiencia masiva mexicana y de otros países latinoamericanos. La apuesta musical que el polémico productor y compositor Sergio Andrade y Gloria Treviño habían formulado daba resultados, a pesar de que pocos años antes, cuando aún tenían el grupo femenil «Boquitas pintadas», muchos mandamases del medio del espectáculo les habían cerrado las puertas; entre ellos, Raúl Velasco, de quien más adelante trascendió el siguiente comentario hacia Andrade: «Eso son adolescentes prostitutas, mano. Eso es lo que estás vendiendo. Las adolescentes prostitutas que estén en los prostíbulos. Aquí, en Siempre en Domingo, el programa de televisión para la famillia, no las quiero poner«.

Sin embargo, un año después del lanzamiento de «Tu ángel de la guarda», Raúl Velasco tuvo que abrir los ojos a la realidad y aceptar que Gloria Trevi se presentara en su programa. México se había empezado a soltar la greña. La estética desaliñada de Trevi, vagamente inspirada en la moda punk, inducía al gran público mexicano a una estética surgida y agotada en el Reino Unido 12 años atrás.

Dicha estética juvenil había alcanzado su apoteosis con la banda Sex Pistols, pandilla de jóvenes desaliñados y un tanto maniáticos cuya vestimenta zarrapastrosa, según se cuenta, había sido cuidadosamente diseñada por el visionario de la moda y productor musical Malcolm McLaren, quien también era amigo de The Slits, banda de punk formada por mujeres.

Los Sex Pistols tomaron los oídos de los jóvenes su país en una década singularmente difícil para la isla, en la que el desempleo y la inflación campeaban, y en el que los sindicatos y la inversión social perdían rápidamente terreno, presagiando la atroz llegada del Thatcherismo que imperó entre 1979 y 1990, que sería la primera vez que las doctrinas económicas de Milton Friedman (ídolo de neoliberales y «libertarios» al estilo de Javier Milei) dominarían a Gran Bretaña. Y que hasta la fecha no se han podido sacudir de encima.

En este páramo desolador fue que el himno «Anarchy in the UK» («Anarquía en el Reino Unido») se propagaría por las ondas radiofónicas de Inglaterra, el resto de Europa y Estados Unidos, hasta convertirse en lo que historiadores de la talla de Greil Marcus (editor en su momento de la revista Rolling Stone) terminaría por denominar como «la pieza artística más representativa del siglo XX»; ojo, no la mejor, sino la más representativa de esa cosa que fue el siglo XX. La pieza causaba un escándalo mayúsculo entre «la gente decente», exactamente como hoy en día causan un escándalo mayúsculo las canciones de reggaetón entre la gente de la generación X que creció escuchando punk y heavy metal, y ahora se supone que entraron en razón.

Por su parte, «Pelo suelto», de Gloria Trevi, vio la luz en 1991, al incio del periodo de Salinas de Gortari, que si bien no fue el primer neoliberal en México (según los entendidos fue López Portillo), sí fue quien emprendió una campáña sin precedentes de liberalizaciós económica, con medidas como la firma del Tratado de Libre Comercio y el remate de la banca y de corporaciones como Teléfonos de México.

Era la época en que se animaba a la población a aportar su mano de obra para las mejoras en infraestructura (el programa Solidaridad), y que en la televisión mexicana se emitía constantemente el mensaje de que México se encontraba en la «antesala del primer mundo».

Mientras tanto, en esa antesala al Club del Desarrollo, las calles seguían llenas de baches, el cableado eléctrico de la mayoría de las colonias seguía pareciendo un continuo de telarañas con pares de zapatillas deportivas colgando, unidas por las agujetas, y el gusto de la leche radioactiva de Conasupo todavía no se dulía completamente en nuestra memoria.

El pueblo mexicano recibía con tanto recelo los cantos de sirena de Salinas de Gortari como las baladas corales que Azcárraga Milmo hacía entonar a las estrellas de plástico de Televisa.

La rebeldía de Enrique Guzmán se había agotado.

El rock de Angélica María había caducado.

Los locos del ritmo habían quedado reducidos a un eco muy vago de la historia musical.

México no conocía a Lydia Lunch, ni a Nina Hagen, ni a Siuousxie Siox, ni a Wendy o Williams. Pero México, sin saberlo, necesitaba una Lydia Lunch, una Nina Hagen, una Siouxsie Sioux, una Wendy o Williams. México ya tenía a Astrid Haddad, pero no estaba listo para ella. Pero México sí estaba listo para Gloria Trevi y sus letras transgresoras, antagónicas a los valores tradicionales.

Y mientras Sex Pistols gritaba «No sé lo que quiero, pero sé cómo obtenerlo. Lo que quiero es destruir a los marchantes», Gloria Trevi clamaba «Me gusta ir siempre en contra del viento/ Si dicen blanco, yo les digo «negro».

Mientras los Sex Pistols predecían «La anarquía alguna vez llegará al Reino Unido» (que, por cierto, nunca llegó, pero sí Boris Johnson, el Brexit y esas cosas), Gloria Trevi ya predecía a la mujer mexicana que proyectaría una imagen concebida de acuerdo a convicciones propias, en vez de arreglarse para agradar a los demás:

a  mí me gusta andar de pelo suelto
Yo no soporto a los hombres serios
Si alguien quiere que me corte el pelo
Aunque lo ame se va mucho al cuerno

A mí me gusta andar de pelo suelto
A los cepillos ya ni puedo verlos
Me gusta serle fiel a un sentimiento
Voy a olvidarme de los tristes tiempos

Gloria Trevi, «Pelo Suelto»

Los años han pasado, las décadas, pero aún ahora, en 2024, cada vez que «Anarchy in the UK» o «Pëlo suelto» suenan súbitamente en un espacio público, algo sucede… Las miradas libres se encuentran entre sí y se identifican mientras los labios, discreta o indiscretamente, corean.

Mientras tanto, los rostros solemnes hacen una mueca de desaprobación, y permanecen en un afectado puchero hasta que el último acorde se difumina entre los grises bucles de este siglo estéril que, a decir del comentarista cultural Mark Fischer, aún no termina de empezar.

Hoy, en Puebla, todo parece indicar que sonará (o está sonando) «pelo suelto» en Los Fuertes de Loreto y Guadalupe.

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